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La médica Nubia Muñoz descubrió que el VPH era la principal causa del cáncer de cuello uterino. | Foto: David Campuzano

SALUD

La laureada experta que defiende el uso de la vacuna contra el VPH

Desde Lyon (Francia), la médica colombiana Nubia Muñoz controvierte los argumentos de la Academia Nacional de Salud, que solicitó al Minsalud cambios en el protocolo de aplicación de este biológico.

13 de abril de 2016

Quizá ningún tema de salud había causado tanta controversia entre organizaciones médicas del país como la vacuna contra el Virus del Papiloma Humano (VPH). A las múltiples voces que han opinado sobre la efectividad y las consecuencias del medicamento, el pasado mes de marzo se sumó la voz de la Academia Nacional de Salud, que solicitó al Ministerio de Salud un cambio en los actuales protocolos para la aplicación de la vacuna.

Las razones de la organización se fundamentaron en información recopilada sobre el agravamiento de diversas enfermedades autoinmunes después del suministro de este biológico. Y aunque reconocían la importancia de prevenir una enfermedad como el cáncer de cérvix uterino –que se puede desarrollar a causa del VPH-, también creían necesario que el Ministerio prestara sumo cuidado a las consecuencias que traía.

Por eso propusieron, entre otros, que la cartera excluyera de la vacunación a las personas con antecedentes de enfermedades autoinmunes o que tuvieran alguna de ellas.

Ahora, una eminencia en el tema se suma al debate y controvierte los argumentos de la Academia. Se trata de Nubia Muñoz, la médica vallecaucana que descubrió que el VPH era la principal causa del cáncer de cuello uterino y que puso a Colombia, desde finales de los noventa, en el foco de miradas de prestigiosas instituciones médicas internacionales.

Su descubrimiento la llevó a trabajar en la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés) en Lyon, Francia. También fue nominada al Premio Nobel de Medicina en 2008, recibió varios premios de tres asociaciones epidemiológicas de Estados Unidos y Canadá, como el de Epidemióloga Distinguida otorgado en 2005. Y ganó el premio Canada Gairdner Global Heath, que otorgó la fundación Gairdner en la categoría Individual.

Como miembro honorario de la Academia Nacional de Salud, Muñoz envió una misiva desde Francia en donde explica, punto por punto, por qué no está de acuerdo con la postura de esa institución.

“No estoy de acuerdo con la recomendación de la Academia de excluir del programa de vacunación contra el VPH a población con antecedentes familiares de enfermedades autoinmunes o con presencia de alguna de ellas porque, como lo dice el mismo comunicado, actualmente no existe evidencia clara y sólida de una relación causal entre la vacuna contra el VPH y el desencadenamiento o agravación de estas enfermedades”, inicia la comunicación.

La experta asegura que, así como existen publicaciones que cuestionan la vacuna, también hay un gran número de estudios epidemiológicos, basados en varios millones de mujeres, “que no han encontrado una asociación causal entre la vacuna y varias enfermedades autoinmunes”.

Y expresa que la petición de la Academia “no está basada en ningún estudio epidemiológico serio”. Por el contrario, dice, la vacuna contra el VPH ha sido avalada por entes regulatorios nacionales, organismos internacionales (Organización Mundial de la Salud –OMS- y la Agencia Europea de Medicamentos –EMA-) y sociedades científicas (FIGO, ACOG, SOG, SCC).

Como si eso fuera poco, Muñoz argumenta que el Comité Consultor Mundial sobre Seguridad de las Vacunas (GACVS) de la OMS ha avalado “la seguridad” del medicamento contra el VPH en el 2007, 2009, 2013, 2014 y en el 2015.

“En su informe de diciembre del 2015 además anotan que las decisiones políticas basadas en evidencia débil, que llevan a abandonar vacunas eficaces y seguras pueden causar un daño real. (…) Es difícil de entender como colegas aún dudan de la eficacia de la vacuna contra el papiloma al no aceptar la prevención de lesiones precancerosas de alto grado”, dice la misiva. Y agrega que esa “alta eficacia” se ha confirmado en la vida real.

Por último manifiesta que, para ella, “es muy triste que después de haber liderado la investigación epidemiológica internacional que demostró la asociación causal entre el VPH y el cáncer cervical, durante las tres décadas de mi trabajo en el IARC, ahora colegas Colombianos quieran destruir el excelente programa de prevención del cáncer cervical que el gobierno de mi país inició hace cuatro años”.