Tecnología para evolucionar y La alternativa es el arte

Tecnología para evolucionar

Eliana Villota, Cofundadora y directora para América Latina de Minka Dev.

Tenía 6 años en 1983, cuando un terremoto de 5,6 grados dejó 1.200 muertos y 90.000 damnificados en Popayán, la ciudad donde vivía. “No podía soportar la realidad de esas personas” dice Eliana Villota. Hoy su vida está orientada a reducir la pobreza y a proteger el medioambiente sin necesidad de que haya un desastre natural de por medio. Tras estudiar ingeniería química en la Universidad Nacional y especializarse en mercados globales, Villota fundó Minka Dev, una empresa online que conecta mercados con negocios locales en contextos de pobreza. De la misma manera que cualquiera puede financiar un disco o una película en Kickstarter, Minka Dev permite que los proyectos sociales puedan ser patrocinados e impulsados por agencias de cooperación, institutos y universidades, entre otras entidades. No es un tema de caridad, sino de identificar oportunidades de negocio reales en lugares que lo requieren. Villota asegura que en el campo es “donde hay más exclusión. Si bien es la fuente más importante de recursos, son sus trabajadores quienes tienen menos acceso a tecnología, educación y salud”. Su empresa, que funciona en España y Colombia y busca llegar este año a México y Perú,  ha trabajado en conjunto con la Agencia Nacional para la Superación de la Pobreza Extrema en un banco de alimentos para mejorar la seguridad alimentaria, y con el Fondo de Patrimonio Natural y Usaid por la conservación de las palmas de corozo en el Caribe, entre otros proyectos.

La alternativa es el arte

Elisabeth Vollert, Directora de La Otra Bienal.

En 2007 nació La Otra, una feria alternativa -única en Colombia- que abrió espacio para el arte contemporáneo integrado con otras disciplinas. Elisabeth llevaba dos años en el país tras regresar de Estados Unidos, donde estudió Artes Visuales en la Escuela de Artes de Rhode Island, en la ciudad de Providence, Sociología Médica en la Universidad de Harvard y Medicina Alternativa en San Francisco, California. Atraída por “el potencial creativo en Colombia y la necesidad de abrir nuevos espacios de interacción artística”, empezó ese movimiento más allá del arte decorativo. La Otra también ganó popularidad por retomar lugares abandonados en Bogotá - como un edificio antiguo en la avenida  Caracas con calle 26 por donde pocos se atrevían a cruzar - pues “reactivar un espacio es como traer una vida. Es renovación social y material”. En 2013 estuvo en Tierra Bomba, una isla a cinco minutos de Cartagena, para “generar una colaboración con los habitantes y artistas invitados”. Ahora trabaja con niños del barrio La Perseverancia de Bogotá y de sectores aledaños en un proyecto que involucra arte, saberes ancestrales y ecología. Todo eso lo ha logrado con la participación de los habitantes de un sector al que muchas personas identifican más por sus problemas que por su potencial.