NACIÓN
Un parque en tiempo récord
Una iniciativa conjunta de la Universidad de Pensilvania y la Fundación por la Educación Multidimensional (FEM) dejará a la comunidad de El Pozón de Cartagena con un parque autogestionado.
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El 11 de junio se realizará la presentación del parque de San Nicolás del Pozón, una iniciativa que se desarrolló junto a la comunidad de este humilde barrio cartagenero para proveer a sus habitantes con un lugar de esparcimiento. El Pozón es una zona rica a nivel paisajístico, por su cercanía a la Ciénaga de la Virgen, pero con deficiente oferta de espacio público para sus habitantes. Por esto Fundación por la Educación Multidimensional (FEM) la consideró el escenario perfecto para materializar su misión de transformación del territorio, las vidas y el modelo de desarrollo en Cartagena.
Desde el 1 de junio y hasta el 12 ese mes se realiza el taller de diseño y construcción de un parque comunitario autogestionado en el barrio El Pozón de Cartagena. FEM declaró que el proyecto de intervención urbana: “Se da en colaboración con la Asociación de Mujeres AMOR de la comunidad San Nicolás de El Pozón y la UPENN (Universidad de Pensilvania) con la misión de construir espacios públicos comunitarios que embellezcan el entorno, mejoren la calidad de la vida y sirvan para adaptar la ciudad de Cartagena al cambio climático”.
11 estudiantes de diseño de la Universidad de Pensilvania y dos docentes, asumieron el reto de construir el parque comunitario en tan solo 10 días. Trabajaron mano a mano con el equipo de FEM, conformado por comunidades afro, indígenas y voluntarios locales. El proyecto del parque es pensado para favorecer al ambiente, usando materiales reciclables que la misma comunidad recolectó.
Además, se sumaron las 23 madres de familia de San Nicolás del Pozón organizadas en la institución AMOR para mejorar su vida y la de sus familias. AMOR y FEM vienen trabajando juntas desde el año 2015 para lograr objetivos a nivel de calidad de vida, de dinámicas locales y de territorio.
AMOR cuenta ya con un banco de ahorro autogestionado en el cual cada familia define su ahorro y aporta una cuota semanal al fondo del parque comunitario. De esta forma, están aprendiendo a ahorrar para ellos mismos, juntos, para poder invertir en proyectos colectivos. También son las mujeres de AMOR quienes se están encargando de la organización recurrente de eventos como ventas de pasteles, rifas y actividades de todo tipo para la recolección de fondos propios para aportar a la construcción del parque. Además del aporte financiero, AMOR lleva desde enero recolectando material reciclado y cuenta ya con unas 400 botellas de plástico para contribuir al taller.
El resto del material necesario para la construcción fue suministrado por la empresa Esenttia. De esta forma se logra la cantidad necesaria de plástico para elaborar los módulos, resistentes al agua y al transcurso del tiempo, con los que se construirá el parque.
El proyecto del parque de San Nicolás del Pozón se suma a la red de parques urbanos autogestionados que FEM ha construido hace varios años en otras comunidades afro e indígenas de la ciudad. Sus proyectos materializan la estrategia de desarrollo de la organización en Cartagena, como respuesta a la urbanización excluyente y el cambio climático.
“Nuestra estrategia de desarrollo presenta una alternativa a la excluyente forma de expansión urbana que se ha promovido históricamente en la ciudad y que ha causado desplazamiento y marginalización interna”, expresa la fundación.
En Cartagena, las formas de urbanización informal se traducen en una baja calidad de vida, con espacios públicos limitados y mal cuidados. La expansión de la ciudad hacia su área suburbana brinda una importante oportunidad para diseñar colectivamente la ciudad del futuro. FEM trabaja con las comunidades que se encuentran en la periferia para impulsar de forma inclusiva la mejora de la calidad de vida del conjunto de la ciudad.
Todo el trabajo está delimitado por la lucha en contra del cambio climático, que ya muestra síntomas en Cartagena, como inundaciones de varias zonas de la ciudad. FEM plantea enfrentar al problema desde la resiliencia, trabajando junto a las comunidades para que sepan cómo pueden aportar para encontrar soluciones.