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Medio ambiente y desarrollo sostenible

Coro desafinado abre Cumbre de la Tierra

El Foro Global de Río es una dispersa torre de Babel donde miles de activistas buscan una lengua común para sus reclamos ecologistas y contra la pobreza. La diversidad y también las contradicciones son visibles entre las organizaciones no gubernamentales.

Anthony Stoppard*
2 de septiembre de 2002

JOHANNESBURGO.- Las contradicciones y la diversidad atentan contra el propósito de los activistas reunidos hasta el 4 de septiembre en la ciudad sudafricana de Johannesburgo: influir en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible (CMDS) con un firme pronunciamiento contra la pobreza y a favor de la naturaleza.

El Foro Global de la Sociedad Civil es una oportunidad única para que organizaciones de todo el mundo se encuentren, intercambien puntos de vista y ejerzan presión en las decisiones de la Cumbre de la ONU, que se celebra a 10 años de la Conferencia de Medio Ambiente y Desarrollo de Río de Janeiro.

Pero las organizaciones no gubernamentales, que iniciaron sus sesiones preliminares el martes 20 de agosto, sostienen posiciones contradictorias sobre los tópicos principales.

"El primer desafío es superar la dispersión geográfica de los delegados, y luego analizar si las diferencias son tácticas, y por tanto superables, o se deben a cuestiones de principios", explicó el analista político Victor Munnik, integrante del Secretariado de la Sociedad Civil que organizó el Foro.

Problemas logísticos y discrepancias políticas llevaron a varios grupos a instalarse en lugares separados.

La coalición Movimientos Sociales Indaba, por ejemplo, ubicó su propia sede cerca de la del Foro Global, y se propone realizar reuniones y protestas al margen del proceso conducido por la ONU (Organización de las Naciones Unidas), al que considera dominado por gobiernos y grandes compañías que no aportarán soluciones al desarrollo sustentable.

Un poco más lejos está el campamento del sudafricano Movimiento de Pueblos Sin Tierra, destinado a quienes buscan concentrarse en un único asunto: el derecho de la población a la tierra. Este movimiento decidió ubicarse equidistante del Foro Global y de Indaba para evitar que ambos ignoren su propia campaña.

Decenas de miles de activistas deben sintetizar sus propuestas en una declaración dirigida a unos 100 jefes de Estado y de gobierno de la Cumbre. Y ésta deberá contemplarla al aprobar el plan de acción.

"Es muy difícil prever si podremos llegar a un acuerdo", señaló Munnik. Debemos mantener "diversidad en la solidaridad, y solidaridad en la diversidad" y aceptar "cuantas concesiones podamos" para que el Foro Global logre una posición unificada con amplio apoyo político, agregó.

El acuerdo no es imposible pese a la increíble y colorida diversidad de organizaciones civiles, ecológicas, comunitarias y de desarrollo, opinó. Y puso como ejemplo el intento de superar discrepancias de grupos ambientalistas con marcados contrastes políticos como Greenpeace, el Fondo Mundial por la Naturaleza (WWF) y la Red de Justicia Ambiental. "Están trabajando juntos de un modo que no había visto antes", comentó Munnik.

Grupos de jóvenes, mujeres y pueblos indígenas llevaron a cabo encuentros previos para alcanzar posiciones que reflejen intereses y preocupaciones comunes, y que serán incluidas en la declaración del Foro.

La gran cuestión que afronta la sociedad civil en esta instancia es decidir si es posible la colaboración con organismos financieros internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.

Pero además debe hallar caminos para defender los convenios internacionales ya alcanzados para preservar la naturaleza y aliviar la pobreza, y presionar por mayor asistencia al desarrollo y por ampliar los estándares ambientales internacionales, apuntan algunos activistas.

También hay tensión entre quienes quieren colocar el eje del Foro en la protección de los recursos naturales, y quienes aseguran que la única forma de proteger al planeta es priorizar el desarrollo social y económico de las comunidades.

Activistas de uno y otro lado señalan que aún cuando la sociedad civil logre forjar una amplia y aceptable declaración política, ésta irá mucho más allá que lo que estén dispuestos a conceder los gobiernos reunidos en la Cumbre.

A pesar de dificultades y discrepancias, el Foro Global y otros encuentros paralelos a la Cumbre son un ámbito privilegiado para debatir de una forma que no permiten las reglas diplomáticas de los encuentros oficiales, sostuvo el representante en Sudáfrica de la Unión Mundial para la Naturaleza (UICN), Saliem Fakir.

Sólo eso hace que el Foro sea crucial para alcanzar soluciones a los desafíos del desarrollo sustentable, concluyó.

* El autor es corresponsal de IPS para Tierramérica