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Desde Puebla hasta Panamá...

Tras 21 intentos fallidos de integración regional, Centroamérica expone en Madrid una nueva alternativa. SEMANA estuvo presente y estas son las perspectivas.

Rodrigo París Rojas*
16 de noviembre de 2002

Latinoamérica se escribe en los libros históricos como una cadena de intentos políticos y económicos por lograr el desarrollo y los avances que sus ciudadanos anhelan pero bajo el gravamen de los errores repetidos que imposibilitan esas metas y, dentro de la región, Centroamérica no es la excepción. Para romper esa abrumadora tendencia ha surgido un nuevo proyecto, es el Plan Puebla-Panamá (PPP).

En días pasados dicho proyecto fue presentado en Madrid ante una concurrida asistencia de políticos y empresarios españoles con el fin de obtener la financiación y recursos a un nuevo intento de integración para el área centroamericana.

Pero, ¿en qué consiste este proyecto que se extiende desde la ciudad de Puebla en México hasta Panamá? ¿Cuáles son sus avances desde que fuera lanzado en junio del 2001? ¿Quienes son las cabezas visibles de esta nueva alternativa en pro del desarrollo para los cerca de 65 millones de habitantes que viven en esta parte del mundo? ¿Hay posibilidades de revertir las tendencias históricas de marcados fracasos con este tipo de alternativas?

El significado del PPP

En una reunión de jefes de Estado de Centroamérica y México celebrada en la ciudad de San Salvador el 15 de junio de 2001, fue presentado y lanzado el PPP. Según lo manifestó a SEMANA su presidente protempore, el costarricense Alvaro Trejos, "el Plan es un esfuerzo conjunto de los gobiernos de México y Centroamérica para el desarrollo de un territorio comprendido entre la región sureste del país azteca (Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán) y los siete países centroamericanos (Belice, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá) para elevar el nivel y calidad de vida de sus habitantes no sólo en el plano económico o comercial, sino en cuestiones como medio ambiente, empleo, desarrollo humano y participación social".

Esta iniciativa está sustentada en las raíces históricas y culturales de una región conocida como "mesoamérica", en la que la paz y la democracia se han ido consolidando, luego de innumerables esfuerzos; en la que se abrió paso a una gran ansiedad por superar las graves dificultades y cíclicos problemas económicos; y en la que a pesar del escepticismo propio de esta parte del mundo se ofrece como una zona de oportunidades y no de dificultades.

No en vano, un millón de kilómetros cuadrados han sido escogidos como la tierra en la que de aquí al 2015 diversos programas encaminados a consolidar la integración integral de la región logren las metas que hoy aparecen escritas en los planes y dibujadas en las mentes de cada ciudadano.

El rompecabezas de metas que contempla el plan es tan diverso que las pretensiones abarcan: reducción de la pobreza a la mitad, aumento a los controles contra la vulnerabilidad de terremotos y huracanes, desarrollo de programas de etnoturismo, intercambio social y comercial, modernizar las aduanas y pasos fronterizos, mecanismos participativos en gestión ambiental, aumentar la interconectividad vial mediante la Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas, crear un mercado eléctrico regional, y avanzar hacia una sociedad mesoamericana de la información, entre otros.

Al respecto, Alvaro Trejos, presidente protempore del PPP, dijo a SEMANA: "La integración que se quiere hacer está dirigida hacia el desarrollo humano con componentes económicos, sociales y medioambientales; por eso se pueden observar tan variadas iniciativas".

Las cabezas visibles

El Plan Puebla-Panamá no es un mecanismo de integración fuerte en estructuras burocráticas y un espeso organigrama, por el contrario, descansa en ocho comisionados nombrados por los presidentes de cada país ?Primer Ministro en el caso de Belice-, que dirigen a su vez ocho comisiones determinadas por temáticas: turismo, vías, medio ambiente, etc. La reunión de los ocho comisionados da origen a la Comisión Ejecutiva que es el órgano decisorio, y aparte de esto, existe un Grupo Técnico Interinstitucional que brinda apoyo y asesorías en la ejecución de los diversos programas.

Por otra parte, está la participación del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Centro Americano de Integración Económica que coordinan la recepción y distribución de recursos que son utilizados en el Plan. En otra instancia, existen los mecanismos de consulta mediante los cuales busca establecerse un vínculo permanente y eficaz entre los Comisionados y la sociedad civil para que los proyectos del Plan y las necesidades de los ciudadanos marchen por una misma vía.

Finalmente, debe resaltarse el papel crucial que México juega en este proceso. Desde 1960, Centroamérica ha tenido 21 intentos de integración, que se han quedado en eso, en intentos. Dentro de esos anhelos, el Mercado Común Centro Americano (MCCA) ha tenido algunos altibajos buscando no perecer en medio de los huracanes y terremotos económicos y políticos propios de la región. Sin embargo, la posición estratégica de México y su acceso hace ocho años al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá dan una luz de esperanza a los países centroamericanos para que el Plan Puebla-Panamá no sea un nuevo caso de naufragio en la integración dentro de Latinoamérica.

Así lo corrobora Miguel Hakim, subsecretario de Relaciones Económicas y Cooperación Internacional de México, quien en entrevista con SEMANA, manifestó: "De alguna forma como parte de la política exterior de México siempre hemos tenido una serie de programas de ayuda a nuestros vecinos del sur, que ahora en el PPP se podrán integrar de una manera más grande y efectiva. México sabe del compromiso que tiene y no defraudará a los centroamericanos en el papel de liderazgo que le han adjudicado".

¿Qué dicen en España?

Los empresarios y políticos españoles que asistieron a los actos de presentación del PPP, reiteraron su compromiso del país ibérico hacia proyectos de inversión en Latinoamérica, y en este caso específico, en el sureste de México y Centroamérica.

José Manuel Reyero, vicepresidente del Instituto de Comercio Exterior de España, se mostró complacido por las oportunidades de inversión que se abren con esta nueva iniciativa pero hizo un fuerte llamado a las metas que se plantean: "Centroamérica es la prioridad de la cooperación española y el PPP parece ser un excelente escenario para ejecutar ese deseo. Lo que debe tenerse en cuenta es manejar metas reales y específicas para que no se creen falsas expectativas en una población golpeada por terremotos, huracanes, guerras y recurrentes crisis económicas".

Como balance pareciera surgir un renovado optimismo ante un mecanismo de integración subregional como el Plan Puebla Panamá. Solamente ha transcurrido un año desde su aparición y el proyecto aún es embrionario para juzgarlo o evaluarlo de manera tajante, por el contrario, hay tiempo y se logra vislumbrar que existe cierta voluntad política en sacarlo adelante. Sin embargo, la triste y repetida historia de estos sueños latinoamericanos aparece a la sombra como una amenaza que de no combatirse con hechos y logros, puede terminar registrando una nueva página de fracasos para la zona. Ojalá esto no ocurra, y Latinoamérica observe con beneplácito el ejemplo y resultados que se construyeron y forjaron desde Puebla hasta Panamá.

*Corresponsal en Madrid