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Fiat llora a su rey

Murió el patriarca de la familia Agnelli y, con él, una dinastía de más de 100 años. Aunque aún sobrevive su compañía, la Fiat está atravesando por un mal momento económico y ya no contará con Gianni para que de nuevo la saque de la crisis.

7 de marzo de 2003

Gianni Agnelli murió en Turín a los 81 años de edad, luego de convertirse en símbolo de la industria italiana. Su vida, como la de cualquier millonario europeo, estuvo marcada por éxitos y fracasos. Murió en el momento en que la Fiat, empresa de su familia, atravesaba por un mal momento debido a los modelos desfasados y la mala inversión, lo que llevó las acciones de la compañía a su punto más bajo en nueve años.

El legendario empresario, el más importante de su país, fue la cabeza de la empresa hasta mayo del año pasado cuando no pudo asistir a la reunión de accionistas, por primera vez en 60 años, pues tuvo que viajar a Nueva York para someterse a un tratamiento contra el cáncer de próstata causante de su muerte.

Una agenda ocupada

Su abuelo fundó la Fiat en 1899 y rápidamente construyó una dinastía que los llevó a convertirse en una de las 50 familias más ricas del mundo. Agnelli se vinculó a la compañía cuando tenía 22 años ocupando el cargo de vicepresidente. Antes había participado en la Segunda Guerra Mundial militando en los ejércitos de Mussolini, y posteriormente tras la caída del fascismo, en los frentes que ayudaron a la liberación de los aliados.

Luego de manejar con gran éxito la empresa familiar, en 1966 fue nombrado presidente, cargo que ocupó durante 36 años. Su habilidad para los negocios, le permitió constituir una de las compañías más sólidas del mundo. Con Agnelli, la Fiat compró las empresas automotrices italianas Lancia, Maserati, Alfa Romeo y Ferrari. Además su industria se extendió hasta la biotecnología, la industria aeroespacial y las telecomunicaciones.

Su afición por el fútbol, el automovilismo y la política lo llevaron a ser principal accionista y presidente honorífico del Juventus y a manejar la escudería Ferrari. Fue senador vitalicio, representante de la banca italiana tradicional y colaboró con el gobierno de Silvio Berlusconi. Presidió además, el diario La Stampa.

No fue un cuento de hadas

Su vida familiar estuvo rodeada de tragedias. Quedó huérfano muy joven, su hermano menor murió con apenas 36 años de una terrible enfermedad, y su heredero ideal y sobrino Giovanni Alberto Agnelli murió de cáncer. Aunque ninguno de estos golpes se comparó con el producido por el suicidio de su único hijo varón, Edoardo, que fue encontrado muerto el 16 de noviembre de 2000 luego de haberse lanzado desde el 'Puente los suicidios' sobre el río Stura. El oponerse a suceder a su padre en la conducción de la Fiat siempre le originó grandes conflictos.

Siempre se le vio en compañía de importantes mujeres como Anita Ekberg, Rita Hayworth, Pamela Churchill Harriman y Jacqueline Kennedy Onassis. Pero se casó con la princesa napolitana Marella Caracciolo di Castagneto, quien lo acompañó hasta el día de su muerte.

Los 100 años del apellido Agnelli a la cabeza de la Fiat están a punto de llegar a su fin. La voluntad del rey Gianni fue que su nieto John Elkann, de 26 años, hijo de Margherita, le sucediera en la presidencia de la compañía, lo que previene una desaparición paulatina de uno de los apellidos más importantes de Italia, dueño de una compañía que se apaga.