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"No le queda grande el título de estadista": La Tarde

El diario La Tarde, de Pereira reconoció el aporte de López como mandatario, de su aporte a los derechos de las mujeres, y de su conocimiento de la actualidad.

12 de julio de 2007

La búsqueda de un Acuerdo Humanitario, para posibilitar que los secuestrados por la guerrilla recuperen su libertad, fue la última cruzada política del ex presidente liberal Alfonso López Michelsen, fallecido ayer en Bogotá a los 94 años.

López fue una figura de la política colombiana que desde que regresó al país luego de estudiar en Europa, a mediados del siglo pasado, tuvo qué ver en los sucesivos gobiernos y a quien siempre se le buscó para que diera luces sobre diferentes temas de la actualidad nacional.

La frase acuñada en su favor según la cual “cuando López habla, el país escucha”, tuvo asidero en el sentido de que tuvo mucha influencia política e intelectual en la sociedad, desde cuando fundó a finales de los 60’s el Movimiento Revolucionario Liberal, MRL, que pretendió continuar la política legada por su padre, Alfonso López Pumarejo, con el eslogan de “La revolución en marcha”.

Profesor de derecho constitucional, ensayista, novelista, gobernador del Cesar, Ministro de Relaciones Exteriores, Presidente de la República, hacen parte de la extensa participación del ex presidente liberal en la vida del país.

En sus columnas de opinión, que mantuvo hasta el pasado fin de semana, habló de todos los temas; era imposible que López no estuviera contactado y conectado con la realidad nacional y mundial: hablaba de política, de economía, de aborto, de derechos humanos, de agricultura, de las costumbres sexuales, de la clonación...

En la última entrevista que López Michelsen le concedió al profesor Stephen Randall, para la elaboración de su libro de reciente publicación: “Alfonso López Michelsen, Su vida, su época” (Villegas Editores), y ante la pregunta del autor de qué querría el ex presidente que recordaran los colombianos en 20 o 30 años, sobre sus contribuciones a la sociedad, esto afirmó:

“Que a través del cambio en el Código Civil, traje igualdad ante la ley para las mujeres en Colombia”. Y así fue. Esta medida, que luego ha sido atribuida erróneamente al gobierno de facto de Gustavo Rojas Pinilla, fue una de las revoluciones que lideró López, en una sociedad que no había reconocido estos mínimos derechos a la población femenina.

Surgirán, después de su muerte, críticas a algunos aspectos de su gestión y vida política. Pero, sin lugar a dudas, a López es a uno de esos ex mandatarios de nuestro país, que no les queda grande el título de estadista