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Jacobo Kouffaty, mediocampista de Millonarios y la Selección de Venezuela | Foto: Millonarios.com

FÚTBOL/LIGA ÁGUILA

Kouffaty, deslumbra el 10 de Millonarios

Los embajadores derrotaron 3-0 al Deportes Tolima en juego correspondiente a la quinta fecha. El volante venezolano brilló con un fútbol de altos quilates.  

22 de febrero de 2017

Jacobo Kouffaty (Maturín, Venezuela. 1993) fue la gran apuesta del entrenador Miguel Ángel  Russo en Millonarios. Le dieron a escoger un refuerzo extranjero, y aunque tuvo en carpeta varios argentinos de renombre, prefirió apostar por un venezolano de 23 años, que jugaba en un equipo ecuatoriano con pocas aspiraciones, el Deportivo Cuenca, y que empezaba a ganarse un lugar en la selección de fútbol de su país. Cuando la afición esperaba nombres como los de Buonanotte o Erviti, el anuncio del nuevo 10 de los embajadores no fue como para tirar cohetes.

Sin embargo, la afición azul albergaba ciertas esperanzas, entre otras por su juventud, pero también por los comentarios que lo acompañaban. Había sido destacado como el mejor jugador del balompié venezolano en el 2015, vistiendo la camiseta del Deportivo Lara. El año pasado debutó en la selección de mayores de Venezuela, jugó tres partidos y marcó un gol.

No llegó en forma por lo que no pudo estrenarse en la fase previa de la Copa Libertadores, donde Millonarios perdió por penales la serie que lo enfrentó al Paranense de Brasil. Su debut llegó apenas en la tercera fecha del campeonato, frente a Bucaramanga, ese día Millonarios ganó 3-0 y el venezolano debutó marcando el primero de los goles. Solo jugó los primeros 45 minutos.

Este miércoles, por la quinta fecha, Millonarios recibió al Deportes Tolima, y Kouffaty volvió a jugar desde el pitazo inicial. Y a partir del primer balón que tocó, o mejor, que acarició, levantó de sus asientos a los casi 13.155 aficionados que acudieron a El Campín, desafiando una noche fría y con amago de lluvia. 

Pareciera que corriera la cancha con desgano, y cuando el balón llegaba su jurisdicción lo pasaba de inmediato al compañero mejor ubicado, como si el balón le quemara los guayos. Nop tardaba más de dos segundos con la pelota en su botín. A primera intención. Con el añadido que el balón salía de sus pies a una dirección inesperada para los jugadores de marca del Tolima, que tardaron en descubrirlo hasta encajar tres goles, y cuando intentaron pararlo lo hicieron sacudiéndole sus tobillos.

Cabeza levantada, juego de primera intención, paredes, tacos, amagues, pisadas con la suela y dos pases en profundidad que cambiaron la historia del juego. Inició la jugada ofensiva del primer gol, metió el penúltimo pase para el segundo. Su estilo, elegante, hizo recordar a la mejor versión de Giovanni Hernández, jugador colombiano que fue señalado para reemplazar al Pibe Valderrama, y que conquistó la Copa América del 2001. Incluso, en dos oportunidades sorprendió con el recurso de pasar la pelota mirando para el lado contrario a dónde la enviaba. Engaño que precísamente patentó quien fuera llamado, en sus inicios, el jugador del millón de dólares. 

Aunque jugó hasta el pitazo final, por muchos minutos estuvo perdido, y aún le falta entederse con sus nuevos compañeros. Pero cuando apareció, el entrenador Miguel Ángel Russo se frotaba las manos, y los corazones palpitaban en la tribuna. 

El juvenil Harold Mosquera, de Buenaventura, encargado de reemplazar a Maxi Núñez, suspendido cuatro fechas por una patada en la cara a un rival, en el juego ante Águilas, marcó dos goles, los primeros de su carrera. No los celebro, su madre lucha contra un cáncer. El goleador del campeonato anterior, Ayron del Valle, había puesto el 2-0 parcial, con el que finalizó el primer tiempo. El arquero paraguayo Joel Silva, pese a la goleada, salvó al Tolima de una catástrofe.

Millonarios llegó a siete puntos, es sexto en la tabla de clasificación, y volverá a actuar el próximo martes de local ante Equidad, pues su visita al Junior de Barranquilla, prevista para este domingo, tuvo que ser aplazada. La afición de Millonarios cuenta las horas para volver a ver a su equipo, y al venezolano que los empieza a ilusionar.