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El plazo que no se cumple

Esta semana, apenas días antes de la audiencia citada para el lunes, el exprocurador Bernal Cuéllar renunció a la defensa de su viejo amigo Mattos. Una valiosa dilación.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
1 de septiembre de 2018

Este lunes el multimillonario Carlos Mattos está nuevamente citado a una audiencia judicial para que le imputen cargos por cohecho por dar u ofrecer, utilización ilícita de redes de comunicaciones y acceso abusivo a un sistema informático, entre otros delitos. Esto se traduce en que la Fiscalía tiene indicios de que Mattos –hasta hace poco protagonista de las páginas sociales–sobornó a funcionarios judiciales para que manipularan el computador que reparte aleatoriamente los casos, con el propósito de que una de sus demandas contra Hyundai le cayera a un juez que estaba previamente comprado.

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La audiencia anterior fue aplazada hace un mes porque su abogado presentó una excusa de una psicóloga madrileña que asegura que el señor Mattos presenta “afectación emocional por problemas circunscritos a procesos de su actividad empresarial y que han derivado en un proceso judicial que está afectando su integridad emocional y física”.



Aunque a casi todo el mundo lo afecta emocional y físicamente que le libren una orden de captura, el juez decidió aceptar la excusa que establece además que el paciente “debe mantenerse en descanso y alejado lo más posible de situaciones de estrés sostenido”.



En consecuencia, el señor Mattos se quedó un mes más gozando de su fortuna y evadiendo la obligación de comparecer a la justicia.

La singular excusa fue llevada al estrado por un abogado llamado Jason Alexánder Andrade. Él es solo un suplente, el defensor titular de Carlos Mattos en el momento de la audiencia era el ex procurador general de la nación Jaime Bernal Cuéllar como lo acredita el poder que ustedes pueden ver en Semana.com.



El influyente doctor Bernal Cuéllar ha tenido una larga relación con Carlos Mattos, llegando incluso a ser miembro de la junta directiva de su empresa.
Y ahí surge una interesante coincidencia: el suplente de Bernal Cuéllar en esa junta directiva es el abogado de familia Luis David Durán Acuña, preso por los mismos hechos, y quien –de acuerdo con el fiscal del caso– habría actuado como pagador y operador de los sobornos para lograr la decisión favorable a los intereses de Mattos.



La seguidilla de casualidades no para ahí. Rosa Elena Suárez, la abogada de Luis David Durán, el potencial testigo principal contra Carlos Mattos, era la secretaria privada de Bernal Cuéllar cuando era procurador general.

Además, la doctora Rosa Elena Suárez Díaz, después de su paso por la Procuraduría, trabajó en la oficina particular de Jaime Bernal Cuéllar, quien era uno de los abogados recurrentes de Mattos.

Esta semana, apenas días antes de la audiencia citada para el lunes, el exprocurador Bernal Cuéllar renunció a la defensa de su viejo amigo Mattos. Una valiosa dilación.


Cuando algunos empezaban a sospechar la posibilidad de una estrategia de defensa coordinada para que los débiles se autoincriminaran y el más fuerte saliera indemne a pesar de las pruebas, surgió una nueva sorpresa.

Esta semana, apenas días antes de la audiencia citada para el lunes, el exprocurador Jaime Bernal Cuéllar envió una carta a la Fiscalía renunciando a la defensa de su viejo amigo Carlos Mattos.



En una breve conversación telefónica, Bernal Cuéllar me dijo que conservaba la mejor relación con su cliente, pero que había decidido apartarse del caso más importante de todos los que le ha manejado, del cual depende nada menos que la libertad del magnate.

Así las cosas lo que seguirá es un nuevo aplazamiento. O bien porque Mattos argumente que no tiene abogado, o porque si ya nombró uno (o una), esa persona alegará que acaba de llegar al caso y no ha tenido tiempo de conocer el expediente.

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Una valiosa dilación que demorará también la expedición de una circular roja de la Interpol para que Carlos Mattos sea buscado y arrestado en cualquier lugar del mundo.

El magnate fugitivo continuará entre salones, yates y aviones privados, burlando la orden de captura dictada en su contra.