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La grabación del reloj

El doctor Granados me aseguró la semana pasada que no conoce a su colega Diego Cadena. Jamás lo ha visto, ni ha hablado por teléfono, ni se ha cruzado comunicación escrita con él.

Daniel Coronell, Daniel Coronell
25 de agosto de 2018

Una cámara camuflada en un reloj grabó las voces de dos de las personas que presionaron al testigo Juan Guillermo Monsalve para que cambiara el sentido de sus declaraciones y favoreciera con ellas al expresidente Álvaro Uribe. Las dos personas son el condenado secuestrador Enrique Pardo Hasche y el abogado Diego Javier Cadena Ramírez, apoderado del senador Uribe. La cámara oculta registró estos y otros diálogos el jueves 22 de febrero de este año en el patio de extraditables de la cárcel Picota de Bogotá. Un día antes de que se venciera el término para la presentación de un recurso en otro proceso que adelanta la justicia contra Uribe, precisamente por manipulación de testigos.

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En la conversación Juan Guillermo Monsalve, quien ha declarado ante la Justicia sobre presuntas actividades criminales de los hermanos Santiago y Álvaro Uribe, afirma: “Lo único que yo le digo es que cualquier cosa que yo haga es más cárcel pa mí. Si yo me retracto, es cárcel pa mí. Antes más cárcel. Por falso testimonio si yo me fuera a retractar”.

Ante lo cual Pardo Hasche argumenta: “¿Pero qué es lo que le están pidiendo, Juan? El hombre lo que le está pidiendo es que diga que el señor le ofrecía tanto para que declarara en contra del doctor Uribe. Ya lo otro vendrá; si se retracta o no se retracta, vendrá después. Me parece muy bien lo que el presidente le pide… Ya eso está amarrado o ya tienen eso ahí cuadrado”.

El señor al que se refiere en el diálogo, evidentemente, es el senador Iván Cepeda.

El abogado Cadena permanece en conveniente silencio mientras Pardo Hasche le ofrece al testigo: “Pero si usted se pasa pa’l lado del presidente… Usted… se lo garantizo que va a recibir grandes cosas. ¿Qué hijueputa va a resolver con Cepeda, Juan? ¿Qué hijueputa? Además de llamar al director del Inpec y que lo pasen de un sitio pa otro como han hecho. Pero de ahí no pasa. En cambio, el otro señor seguro le ayuda”.

“Yo me dedico todos los días a hablar con estos señores – continúa Pardo Hasche– con todos mis amigos… que son los subalternos de Álvaro para que… Búsquese que es lo que quiere. Mire esto… Tan… Le van a poner abogados, le van a meter gente importante, fiscales, toda esa vaina. El otro señor no hace un culo, Juan”.

El abogado Diego Cadena, que sabe que le quedan horas para que su cliente presente el recurso, afirma que no quiere presionar a Monsalve mientras, de hecho, lo presiona:

El doctor Granados me aseguró la semana pasada que no conoce a su colega Diego Cadena. Jamás lo ha visto, ni ha hablado por teléfono, ni se ha cruzado comunicación escrita con él.

–Una pregunta, Juan Guillermo, que se acaba el tiempo. Entiendo todo lo que usted dice y no quiero que tenga el mínimo grado de presión. Entonces le hago una pregunta a usted. En el tiempo, mañana por la mañana, tendríamos que hacerlo ahora. Al menos para abrir un poquito la puerta, algo cortico: Yo, Juan Monsalve, estoy dispuesto a esclarecer unos hechos…

–No, doctor, ¿después de que yo firme eso qué? –cuestiona Monsalve–. No… le pregunto al doctor.

Pardo Hasche interviene, una vez más, para inducir al testigo:

–Pero es que venga le digo una cosa… Ustedes ahoritica lo que necesitan es que el señor diga que a él lo presionaron para decir lo que dijo… No que diga que es falso, ni que es cierto… Usted lo que tiene que decir es que el señor Cepeda fue allá… a manipular. Eso es lo que tiene que decir…

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–Y si fue cierto –complementa el abogado Cadena– que confió en una promesa ilegal…

Los minutos pasan y la paciencia del abogado Cadena empieza a agotarse. Tanto que termina contando que ya tiene en su camioneta varias declaraciones a favor del expresidente Uribe, pero que, sin duda, la más valiosa sería la de Juan Guillermo Monsalve para respaldar el recurso que se vence al otro día:

–Lo que yo digo es… redactemos el hijueputa documento –maldice Cadena–. Si no, yo vengo mañana. Mañana a primera hora presento el recurso. Eso es importante. La más importante de todas las declaraciones que hizo falta. Llevo cuatro… Las tengo ahí afuera en la camioneta.

Epílogo: Al día siguiente, viernes 23 de febrero, Uribe estuvo un largo rato en la entrada de la Corte Suprema, rodeado de seguidores, como si estuviera esperando algo. Otro abogado, el titular de la defensa Jaime Granados, presentó el anunciado recurso. El doctor Granados me aseguró la semana pasada que no conoce a su colega Diego Cadena. Jamás lo ha visto, ni ha hablado por teléfono, ni se ha cruzado una comunicación escrita con él.

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