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Char, el infiltrado de Santos

El premio de consolación de Char será lanzarse a la alcaldía de Barranquilla, en donde, con seguridad, seguirá haciendo más de lo mismo.

María Andrea Nieto
29 de enero de 2022

Álex Char no es más que un politiquero acostumbrado a la política tradicional. Aunque sus gestiones como alcalde de Barranquilla y gobernador del Atlántico fueron buenas, en los últimos cinco años su imagen se ha desdibujado. La palabra Char está asociada con el estilo de política y país que la mayoría de los colombianos rechazamos.

Eso explica sus resultados en las encuestas, en las que logra tener un apoyo popular en Barranquilla, pero no supera el 1 por ciento en intención de voto en ninguna región del resto del país. Según recientes encuestas, Gustavo Petro lo destroza en intención de voto en la costa atlántica.

Entonces, ¿cuál es la jugada de la casa Char? Pues seguir haciendo lo mismo que llevan haciendo durante décadas, que consiste en arrimarse al mejor postor, ayudarle a ganar las elecciones y luego conseguir burocracia y puestos. Según contó Aída Merlano, la manera como se manejan los votos en la costa atlántica es bastante corrupta. Se mueve plata, cerveza, sancocho, fiestas, incluso a ella misma le incautaron un dineral en efectivo durante las pasadas elecciones de 2018. Así fue como ganó Santos su reelección en 2014. La casa Char lo ayudó y el expresidente les retribuyó. Por eso son íntimos amigos.

Ahora bien, ¿qué trae Char a la mesa? Esas maquinarias y la forma despreciable de hacer la política, que le pueden sumar unos 500.000 votos en la costa para la elección presidencial. Char tiene precio y los políticos que lo apoyan también. Eso lo saben muy bien los santistas y los adalides de la moral de la Centro Esperanza, que tienen claro lo que dicen las encuestas y es que la gente está cansada de la politiquería. Por esta razón se inventaron una novedosa pero engañosa estrategia.

Por un lado, dicen que están con el cambio, que quieren hacer la política limpia, pero, por el otro, han transado con políticos de toda la vida para lograr su objetivo electoral. Por ejemplo, Juan Fernando Cristo, algunos de los elementos en la Alianza Verde como Sergio Fajardo y hasta Alejandro Gaviria, que fue apoyado en un principio por el Partido Liberal y recientemente por Germán Varón Cotrino, un senador desconocido para las mayorías, pero que representa mucho en términos politiqueros. Es más, están tan resquebrajadas las relaciones entre los santistas de esta coalición que entre Íngrid Betancourt y Alejandro Gaviria se sacaron los trapitos al sol en el último debate de la gran alianza de revista SEMANA y el periódico El Tiempo.

Quieren hacer más de lo mismo presentándose como una supuesta renovación. Aquí es cuando el capítulo de Char importa sumando como un politiquero más dentro del ajedrez. Consiguió más de 2,5 millones de firmas en 30 días, una cifra descomunal y llamativa no tanto por la cuantía, sino por la rapidez. Los colombianos no son bobos. Al dinamitar la unión entre el Centro Democrático y el Equipo por Colombia, Santos vuelve a rebarajar y dar patadas de ahogado. No le funcionó Fajardo, quien cayó del 25 por ciento al 7 por ciento en las encuestas durante el último año. Alejandro Gaviria, su segundo intento, también fracasó y nunca despegó. En la última encuesta tan solo logró el 1 por ciento.

Como Santos está obsesionado con destruir a Uribe y apoyaría hasta a Gustavo Petro para lograr tal fin, todavía faltan muchos capítulos por verse. Sin embargo, en el actual, le apuesta a que Char gane la consulta de Equipo por Colombia, dividir a la centroderecha y a la derecha en dos candidatos para luego poder transar con la casa Char.

¡Sorpresa! Se va a quedar con las ganas. Como Óscar Iván Zuluaga no estará en la consulta por culpa de Char, gran parte de las bases del Centro Democrático y del uribismo votarán ese día por Federico Gutiérrez. Cuando Federico gane, tendrá que haber un acuerdo entre él y Óscar Iván. Pero como los dos están del mismo lado, y defienden ideas similares, allá no habrá espacio para traiciones. En ese momento llegará a primera vuelta el que más posibilidades tenga de ganarle a Gustavo Petro. Si eso no se da, el ingeniero Rodolfo Hernández recogería a toda la derecha y también sería una opción para derrotar a Petro.

Y en cualquiera de esos escenarios la política tradicional y elitista terminaría de sepultarse. Ya el presidente Iván Duque graduó a un montón de politiqueros. Lo que pasa es que no se han dado cuenta y siguen almorzando y tomando café en los restaurantes del norte de Bogotá como si tuvieran alguna importancia. En pocos meses se darán cuenta de que no son relevantes y que el país cambió de manera definitiva.

El premio de consolación de Char será lanzarse a la alcaldía de Barranquilla, en donde, con seguridad, seguirá haciendo más de lo mismo si es que los barranquilleros quieren eso. Pero que no venga a irrumpir en la política nacional, porque sus métodos no nos gustan.

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