Julio Londoño Paredes

OPINIÓN

Colombia entre la expectativa y la intervención

De la llegada de Biden a la presidencia de los Estados Unidos y de las informaciones sobre la intervención de Cuba en Colombia.

Juliana Londoño
22 de enero de 2021

La atención de Colombia y del mundo se ha centrado en los últimos tiempos en la angustiosa pandemia y en los hechos derivados de las elecciones en los Estados Unidos, que han culminado con la posesión de Biden.

Se especula ahora sobre cuál será el rumbo que tomarán las relaciones de nuestro país con los Estados Unidos. La expectativa aumenta con la designación de Juan González, nacido en Cartagena, como director para el hemisferio occidental del Consejo de Seguridad de los Estados Unidos. Durante la administración Obama había sido subsecretario de estado para asuntos occidentales y asesor del en ese entonces vicepresidente Biden.

Se habla de si Colombia ante la llegada del nuevo mandatario norteamericano debe modificar su política exterior. Igualmente se preguntan algunos si llegó el momento de iniciar las aspersiones aéreas con glifosato y si se deben abrir las negociaciones con el ELN. En fin, muchas cosas más.

Da la impresión de que algunos piensan que somos una modalidad de la Republica de Islas Marshall, que, aunque en la práctica es una colonia norteamericana, como miembro de Naciones Unidas, vota siempre con los Estados Unidos.

Es evidente la gran importancia que tienen para nuestro país las relaciones con los Estados Unidos, que han sido y son fundamentales en nuestra vida republicana. Sin embargo, todo tiene sus límites y no puede inferirse que será el gobierno norteamericano el que señale las pautas para los lineamientos de aspectos fundamentales del ordenamiento interno colombiano.

Tampoco las pautas de nuestra política exterior, siempre y cuando esta haya sido bien estructurada. No puede modificarse cada vez que cambia un presidente de los Estados Unidos, aunque el país debe ser objetivo y realista en el momento actual.

No hay que olvidar que las palabras del secretario de estado del presidente Eisenhower, John Foster Dulles, “Los Estados Unidos no tienen amigos, sólo tienen intereses”, siguen teniendo plena vigencia.

Han aparecido recientemente informaciones sobre la intervención de Cuba en asuntos internos de Colombia, de lo que se ha venido hablando de tiempo atrás.

Cuba ha tenido una especie de “obsesión fatal” con Colombia. Sería ingenuo considerar que, con las accidentadas relaciones entre los dos países, los cubanos se hayan prestado desde hace más de veinte años a ser los facilitadores en el dilatado proceso de negociaciones con la guerrilla, solo por amor a la paz y a la amistad entre los pueblos.

Las reiteradas solicitudes de Colombia de la extradición de los miembros del ELN, patrocinado por Cuba; el liderazgo de nuestro país en los esfuerzos para lograr la caída del régimen de Maduro, del que el gobierno cubano es tutor; así como la iniciación prematura de la campaña presidencial en Colombia, de la que los cubanos no serán indiferentes, contribuyen a afectar las relaciones colombo-cubanas.

A Cuba no le conviene estar en la lista de los países que auspician el terrorismo, por cuenta de la presencia del ELN en su territorio, ni tampoco proseguir la burda intervención en asuntos internos de Colombia con acciones propias de la Guerra Fría. Menos aún, cuando el nuevo mandatario norteamericano estuvo al lado de Obama, cuando se pactó la normalización de las relaciones entre los dos países.

(*) Decano de la Facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la Universidad del Rosario.

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