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Con Biden o con Trump, pierde Colombia

Van a ser cuatro años candentes. Si gana Trump, Estados Unidos, como lo hemos conocido hasta hoy, desaparecerá. De ese calibre son las próximas elecciones.

Alfonso Cuéllar, Alfonso Cuéllar
7 de marzo de 2020

En abril de 2019, el exvicepresidente de Barack Obama, Joe Biden, se lanzó a la presidencia de los Estados Unidos. Prometía dos cosas: derrotar a Donald Trump e imponer un tercer mandato de Obama. En realidad era una propuesta tímida; más de lo mismo. 

Durante meses la iniciativa de Biden no cuajó. Y se sintió en las tres contiendas presidenciales iniciales: Iowa, Nuevo Hampshire y Nevada. Parecía que ese discurso no tendría futuro. Los votantes demócratas querían algo más: un líder que transformara a Estados Unidos; Biden no era el hombre para el cambio. 

El senador Bernie Sanders sí lo era: un hombre que proponía tumbar la economía gringa y volverla a hacer. Que alteraría la política exterior totalmente, arrancando del mea culpa con Cuba. Era, francamente, una revolución. Y allí los demócratas se asustaron. No estaban apoyando una transformación, al fin y al cabo, la mayoría del partido es moderada. Eso, en particular, se reflejó en la comunidad afroamericana. Son realistas y no idealistas. Han aprendido que el hombre blanco no empuja el cambio radical, sino el lento. 

En Carolina del Sur se dejaron contar. Fue tan grande la muenda de Biden que renunciaron dos candidatos: el exalcalde Pete Buttigieg y la senadora Amy Klobuchar. Entendieron que no tenían posibilidades sin afroamericanos. En 2020 ese es el apoyo que importa. 

En 60 años, la comunidad afroamericana pasó de ser útil a fundamental. Y eso lo comprendió Biden. Tiene que ser su base, y lo es. Sin los afroamericanos no hay victoria posible. Y para ellos la clave es derrotar a Trump. Punto. 

 El resultado del martes pasado, cuando Biden se convirtió en favorito de los demócratas, dejó a Trump muy preocupado. Una cosa es competir con Sanders, un socialista, y otra, contra Biden. 

La victoria de Biden fue contundente, sorpresiva y definitiva. Contundente porque ganó con el voto afroamericano y el de los suburbios. Sorpresiva porque hace una semana nadie daba un peso por Biden. Definitiva porque no hay paso atrás. No se vislumbra una caída en popularidad. Los grupos de los demócratas que lo apoyan no son pasajeros. Reconocen que no hay mejor candidato para derrotar a Trump. 

Eso preocupa a la campaña Trump. Hasta la semana pasada existía el consenso de que las primarias serían un proceso largo y tedioso. Ahora la cosa es distinta. Independientemente de lo que haga Sanders, no va a llegar a la nominación. Esa claridad permite pensar desde ya la contienda general. Con una ventaja: la plata de Mike Bloomberg. Es un factor desconocido. Dadas las reglas, es fácil utilizar esos recursos en los estados críticos. 

Sin la senadora Elizabeth Warren en la competencia –se retiró el jueves–, no hay obstáculos para Biden en las primarias. Le da flexibilidad de agenda, un plus para un político de 77 años. 

La edad, sin duda, es su debilidad. Por eso será clave su fórmula vicepresidencial, sobre la que se dice que será negro o mujer. O ambos. Lo único seguro es que será menor que Biden. 

Ocho meses faltan para las elecciones. Será una campaña de agravios como nunca. Las bases mínimas de la cordura no existen; será sangrienta. Trump no aceptará la derrota. Si Biden gana, tendrá una oposición férrea e intransigente. 

Van a ser cuatro años candentes. Si vence Trump, Estados Unidos, como lo hemos conocido hasta hoy, desaparecerá. De ese calibre son las próximas elecciones. Una contienda que decidirá el camino adecuado, en últimas, lo que los estadounidenses quieren. 

¿Cómo le va a Colombia con los dos candidatos? Con Trump habrá una reducción de ayuda cada vez más aguda. Es la visión de Trump. Con Biden, seguirá la asistencia, pero con condiciones. Estados Unidos intervendrá masivamente. Enfrentaremos un escenario pierde-pierde, no importa quién gane. 

Es irónico que Colombia, el llamado mejor aliado de los gringos en América Latina, esté en problemas. Demócratas y republicanos nos miran lejanos y sin amor.

Posdata: al cierre de la columna la semana pasada, no estaba confirmado el encuentro del presidente Duque con Donald Trump.

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