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Hidroituango, no es ficción

¡Última hora, última hora! Perifoneaban con insistencia por las calles de Cannes en el festival de cine que se realizó por estos días en Francia. Los cinéfilos adictos al séptimo arte y los críticos ahí presentes se devanaban los sesos para tratar de entender lo que estaba sucediendo.

Javier Gómez, Javier Gómez
21 de mayo de 2018

¡Última hora, última hora! Perifoneaban con insistencia por las calles de Cannes en el festival de cine que se realizó por estos días en Francia. Los cinéfilos adictos al séptimo arte y los críticos ahí presentes se devanaban los sesos para tratar de entender lo que estaba sucediendo.

Entonces, apareció una gran valla en la que se proponía una película de ficción de última hora para concursar por la palma de oro: “Hidroituango: crónica de una tragedia anunciada”, director: gobernador de Antioquia, Luis Pérez. Productor: Jorge Londoño, gerente EPM. Con el patrocinio de clase política antioqueña corrupta, y protagonizada por más de 120.000 humildes pobladores de cerca de diez humildes pueblos que quedaron al borde de desaparecer del mapa.  

Con esta metáfora festivalera no quiero minimizar el incalculable desastre provocado por la larvada corrupción que, sin duda, afectó la megaobra, pero lo hago para protestar por una irresponsable declaración del gobernador Pérez quien, en su afán de ocultar qué sabe qué y proteger a quién sabe a quién,  habló de una película o ¿telenovela? de ficción y responsabilizó a los periodistas de estar inventándose fantasiosas historias, mientras miles de vidas estaban en peligro y se enterraban entre el lodo y el concreto miles de millones de dólares por tamaño fracaso.

Hoy, en plena campaña electoral, ¿quién responde por esta tragedia? Pretenden ocultar la  corrupción que se instaló en el megaproyecto de Hidroituango echándole la culpa a la naturaleza y listo; dicen que una falla ecológica es el origen de la tragedia. Eso no es cierto, todo apunta a que hubo corrupción, desidia, negligencia. El guion les resultó mal escrito porque desoyeron a  las comunidades campesinas y a las autoridades ambientales que, en su momento, les advirtieron sobre la fragilidad de los terrenos y la improcedencia de la obra. Pero la codicia y el dinero fácil mandan.

A todas estas, cabe una pregunta: ¿qué dicen los candidatos presidenciales? Los colombianos que iremos el próximo domingo a las urnas queremos saber qué piensan Fajardo, Vargas Lleras, De la Calle, Duque y Petro. No es oportunismo político y tampoco una utilización indebida de la tragedia, ése no es el relato. Como ciudadano, reclamo que en los debates presidenciales que restan este sea un tema central de discusión. Auscultar la verdad y buscar responsables no es una banalidad y mucho menos un método de aprovechamiento político.     

No más llamados a la “unidad nacional ante la tragedia”, no más eufemismos, queremos resultados y que los responsables paguen. No hacerlo es opacidad. Los colombianos, por muchos años, nos hemos comido ese cuento, el de la unidad ante la tragedia, mientras el oportunismo político y criminal se apodera de los dineros públicos.   

Cerca de 34 millones de colombianos aptos para votar tenemos en frente un tarjetón que nos debe poner a reflexionar: Reficar, Chirajara, Odebrecht, Hidroituango, mafias, carruseles de la contratación y los etcéteras que le quiera colgar. Votemos bien, hagámoslo por la decencia.

@jairotevi

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