Desde el avión, antes de aterrizar en el aeropuerto Los Garzones en Montería, se observa una ciudad alegre en torno al río Sinú, ciudad designada en 1952 como capital del departamento de Córdoba.
El recorrido a la ciudad nos llevó inmediatamente a la Ronda del río Sinú, un corredor ecológico de cuatro kilómetros de longitud, en donde la biodiversidad, los planchones en el río y muy especialmente el contacto con sus habitantes, permiten comprender el significado de la Perla del Sinú.
Esta ciudad región ubicada en un valle fértil no en vano es considerada como la capital ganadera de Colombia y agroindustria con productos como el maíz, algodón, arroz, entre otros. Adicionalmente, esta región le ha apostado al turismo con experiencias que confirman su compromiso con la sostenibilidad, como se evidencia en los diferentes reconocimientos internacionales que ha recibido. De igual manera, cuenta con una apuesta cultural que permite disfrutar del arte y la música, como el porro de María Barilla, con la elegancia de su baile que recuerda a quien solía pedir a las bandas musicales “toquen mi porro”.
Aunque las apuestas de desarrollo de la región han permitido grandes avances, desafortunadamente existen todavía grandes desafíos para la ciudad como la convergencia entre la inseguridad, la crisis económica y la corrupción, las cuales impactan negativamente.
La percepción de los ciudadanos es que el flagelo de la inseguridad, causado por la delincuencia común, hurtos, extorsión y organizaciones criminales, está presente y no ha sido posible superarlo. La violencia histórica en la región, y muy especialmente la presentada durante los años 80 y 90, ha dejado una cicatriz muy grande que genera incredulidad por una paz duradera en el territorio.
La crisis económica golpea a las familias en Montería con inflación, desaceleración y un desempleo muy fuerte, especialmente juvenil. Esto no les permite a los jóvenes obtener nuevas oportunidades, lo que los lleva a refugiarse en la informalidad para lograr una fuente de ingresos.
El diálogo con diferentes actores nos confirmó la percepción de los ciudadanos sobre la desgracia de la corrupción y, por tanto, de la desconfianza con respecto a las instituciones.
A pesar de estos desafíos, el empuje de sus habitantes y el amor por su tierra generan esperanza. Por esto comparto algunas recomendaciones, resultado del diálogo con monterianos, enfocadas en emprendimiento, innovación y creación para que puedan ser incorporadas en la hoja de ruta de la región.
1. Fortalecer el ecosistema del emprendimiento es una oportunidad de mejora para la ciudad, el cual debe facilitar la generación de valor, con un liderazgo especial de los jóvenes y una colaboración público-privada. Un acompañamiento que garantice la creación de emprendimientos por oportunidad más que por necesidad, con un enfoque en la sostenibilidad y acorde con las apuestas productivas de la ciudad.
2. El Índice de Competitividad de Ciudades refleja un incremento de tres posiciones en el último año para Montería. Sin embargo, es prioritario desarrollar una agenda de innovación para la ciudad, clave para diversificar la oferta con la colaboración entre empresas, universidades, instituciones locales y la sociedad en general, lo que puede generar nuevos empleos y oportunidades para el desarrollo de la región.
3. La cultura y el deporte son el medio adecuado para promover el talento y las ganas de transformación de los jóvenes, ya que pueden fomentar el desarrollo de habilidades creativas y sociales, así como el bienestar físico y emocional. Para que esto sea posible, se requieren inversiones que permitan el acceso a instalaciones, equipamientos, programas y recursos para la formación y la práctica de estas actividades.
Nuestra Universidad del Rosario, en alianza con la Universidad de Córdoba y la participación de diferentes actores público-privados, desarrollará una agenda que permita fortalecer la competitividad y el bienestar para la ciudad.