Julio Londoño Paredes

OPINIÓN

En medio de la crisis, se derrumban las posiciones

La invasión a Ucrania, además, traerá cambios fundamentales para Rusia y para los rusos.

11 de marzo de 2022

Es evidente que con la invasión de Rusia a Ucrania la geopolítica mundial está cambiando a velocidades nunca vistas y se derrumban posiciones que se suponían inalienables, como un castillo de naipes.

Colombia apostó desde los primeros días del actual gobierno, a la caída de Maduro. Sin embargo, lo que ha sucedido es que más de dos millones venezolanos han ingresado a nuestro territorio generando serias dificultades de todo orden y que mientras el presidente Duque, se va en pocos meses, Maduro inicia campaña para su reelección en el 2024.

Todo en momentos en que la economía venezolana poco a poco se parece que se va recuperando y su producción petrolera, alcanza ya a un millón de barriles por día.

Nuestro país ha tenido el apoyo, expreso o tácito del gobierno de los Estados Unidos en su política hacia Venezuela. Incluso altos funcionarios de la anterior administración norteamericana no descartaron una acción militar, con el “invaluable” apoyo de Colombia.

En el marco de la invasión a Ucrania se impusieron sanciones económicas a Rusia, que han incluido la no compra de petróleo por parte de los Estados Unidos, mientras que la Unión Europea, analiza medidas similares. Rusia afirma que, si se adoptan, el petróleo podría subir a 300 dólares barril. Se extiende el temor generalizado ante una eventual crisis energética mundial.

En esas condiciones, los Estados Unidos se han acercado a Venezuela, buscando atenuar, hasta donde sea posible, el problema del suministro petrolero.

Lo cierto es que Maduro, cambió de posición y no obstante que había aplaudido la invasión, ahora clama por el diálogo. De las furibundas diatribas contra los Estados Unidos, pasa a señalar que se siente muy satisfecho “de ver unidas otra vez las banderas de Venezuela y de los Estados Unidos” y libera a dos norteamericanos que se encontraban detenidos. Quien sabe que más habrá debajo de la manga.

Algunos sectores, tanto en Venezuela como en Colombia, han expresado su preocupación por esta aproximación.

No hay que olvidar que hoy Venezuela es para los Estados Unidos un asunto menor, el problema es Rusia y actúa en ese sentido. El ex secretario de estado norteamericano, Foster Dulles, afirmó en una ocasión que “los Estados Unidos no tienen amigos, tienen intereses”.

Nosotros también pasamos por esas. Los ecuatorianos por muchos años no pudieron entender por qué Colombia, a la que consideraban su tradicional aliado, le reconoció en 1922 al Perú los territorios que ellos, “nos habían cedido” entre los ríos Putumayo y Napo, seis años antes en el tratado de 1916.

Pero no sólo eso, con ocasión de la invasión del Perú al Ecuador en 1941, cuando los ecuatorianos supusieron también, que Colombia los apoyaría, nuestro país, en una reunión de cancilleres celebrada en el Brasil poco después del ataque japonés a Pearl Harbor, ayudó a convencer al Ecuador para que aceptara el llamado “Protocolo de Rio de Janeiro”, mediante el cual, se consagró la cesión de los territorios orientales del Ecuador al Perú.

En este momento, todavía bajo la sorpresa de los contactos de los Estados Unidos con Venezuela, el presidente Biden invitó a nuestro presidente a Washington. Naturalmente que los Estados Unidos señalaran que no han cambiado su posición respecto a Maduro. Duque por su parte, a estas alturas, dirá lo mismo.

(*) Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la universidad del Rosario.

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