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Canales discretos

No acabemos con los canales discretos de comunicación con los grupos armados al margen de la ley. Sin esos canales, algunos de los hitos recientes en la búsqueda de paz hubieran sido imposibles.

Lucas Pombo, Lucas Pombo
7 de febrero de 2019

En la historia reciente de Colombia, sin excepción, todos los gobiernos han buscado canales de comunicación con grupos armados ilegales. Ya sea para iniciar diálogos de paz, gestionar la liberación de secuestrados o pactar ceses de hostilidades, los presidentes han autorizado que personas ajenas a sus gobiernos lleven y traigan mensajes, en medio del sigilo y la informalidad. Sin esos canales traseros, algunos de los hitos recientes en la búsqueda de paz hubieran sido imposibles; ni La Habana, ni el Caguán, ni Tlaxcala, ni Casa Verde, ninguno de esos procesos de paz hubiera quedado consignado en los libros de historia.

En muchas ocasiones (la mayoría) la semilla no germina, los acercamientos informales no llegan a buen puerto y, como si nada hubiera pasado, la vida sigue. Esa es la magia de ese tipo de canales de comunicación que se caracterizan por su carácter secreto, porque no crean obligaciones para los emisarios, ni mucho menos para los gobiernos, porque no implican una negociación formal. Sin embargo, la coyuntura ha llevado a que ese "correo de las brujas" esté en peligro de extinción y con él, el camino de las negociaciones de paz.

En las últimas semanas se hicieron públicas reuniones de Angelino Garzón y el exsenador Everth Bustamante con el ELN. En los dos casos, que involucran a personas muy cercas al Gobierno, el Comisionado de Paz ha negado que los acercamientos se hubieran hecho en representación del Gobierno Nacional y ha afirmado que esos dirigentes no eran negociadores autorizados por el Presidente de la República; claro, ¿qué más iba a decir después del peor acto terrorista de los últimos años, cuando una negociación con esa guerrilla parece tan lejana?

Se conoció también que la exsenadora Piedad Córdoba visitó La Habana en diciembre de 2018 para reunirse con representantes de los "elenos", con un ingrediente adicional; antes de viajar, la excongresista se reunió con el expresidente Álvaro Uribe y con el Canciller, Carlos Holmes Trujillo para hablar sobre las condiciones para reanudar los diálogos de paz. ¿Tuvo esa reunión en Cuba un visto bueno implícito del Gobierno? ¿fue un canal informal para tomar la temperatura del ELN frente a la posibilidad un cese unilateral o de la concentración de la guerrillerada?

La esencia de los acercamientos por canales traseros implica que no son negociaciones formales, por lo que ni el Gobierno ni la opinión pública pueden considerar ese tipo de contactos como elemento de juicio en el debate sobre la decisión del presidente Duque de desconocer los protocolos de rompimiento de los diálogos con el ELN. Si los acercamientos de Córdoba, Bustamante y Garzón con la guerrilla fueron en efecto canales informales de comunicación no se podría inferir que el Gobierno negoció con ese grupo armado, ni mucho menos castigar a los mensajeros.

No acabemos los canales discretos de comunicación. Cuando el panorama es más oscuro y la esperanza de paz es más lejana, ese tipo de acercamientos pueden convertirse en el punto de inflexión para lograr llegar a consolidar una negociación; no los satanicemos, porque resultan útiles cuando las otras vías parecen agotadas.

Perlita:

Lo que está pasando en el Río Cauca por cuenta de Hidroituango es una tragedia medioambiental y social; claro, hay que concentrar los esfuerzos en recuperar lo perdido pero se tiene que avanzar rápidamente en las investigaciones. Hay que determinar de una vez por todas, con nombres y apellidos, las responsabilidades del caso.