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Los hermanos

A pesar de que las evidencias lo dejan muy mal parado, el alcalde Aníbal Gaviria se ha negado a referirse a este entramado.

María Jimena Duzán, María Jimena Duzán
8 de febrero de 2014

El exsecretario de Infraestructura Física de Medellín, José Diego Gallo, denunció en una rueda de prensa esta semana que el alcalde Aníbal Gaviria estaría utilizando los dineros de la ciudad para impulsar la candidatura de su hermana Sofía Gaviria –actual candidata por el Partido Liberal al Senado– y aseguró que no hay ningún contrato que no se firme sin su  visto bueno. La frase con que El Colombiano tituló las explosivas denuncias ha causado un tsunami político en Medellín: “Si los contratistas no van con Sofía Gaviria o no tienen respaldo de otro grupo, no continua el contrato y entran otras personas”, dijo el exsecretario.

Su denuncia causó sorpresa por venir de donde venía: de uno de los funcionarios más cercanos al alcalde Aníbal Gaviria. Gallo fue enrolado por el gavirismo paisa a pesar de que su gestión como alcalde de Envigado fue seriamente cuestionada –dejó quebrado al municipio– y hasta hace poco era considerado uno de sus más fieles soldados. No se sabe cuándo cayó en desgracia con la familia Gaviria, pero en diciembre pasado el alcalde le pidió su renuncia con el argumento de que impulsó la compra irregular de siete predios. Y si no es porque que el exalcalde Alonso Salazar pone en Twitter los motivos que propiciaron la renuncia de Gallo hace unos días, nunca nos hubiéramos enterado de este episodio. Probablemente Gallo no sea un dechado de virtudes, pero eso no le quita que esté diciendo algunas verdades. 

Lo cierto es que hasta hoy, ni el alcalde Aníbal Gaviria ni su hermana Sofía han querido referirse a las denuncias de Gallo. Y lo único que ha dicho el alcalde es que él ha instruido a sus funcionarios para cumplir con el  mandato de no meterse en política en estas elecciones. Sin embargo, eso no es del todo cierto. 

En la Alcaldía de Medellín hay un funcionario que trabaja en la Secretaría de Gobierno que se llama Fredy Hurtado y que ha salido a relucir en este escándalo de Gallo porque aparece como el interventor del convenio por el cual se compraron esos siete lotes. Ese dato sería insignificante si no fuera porque este funcionario de la Alcaldía generosamente favorecido con una interventoría es el hermano de Óscar Hurtado, la fórmula a la Cámara por Antioquia de la hermana del alcalde, Sofía Gaviria.

Pero las coincidencias no paran ahí. Fredy Hurtado a pesar de ser funcionario de la Alcaldía, se ha dado el lujo de hacer campaña a favor de su hermana Sofía y de su hermano en el municipio de Betania. La denuncia de que funcionarios de la Alcaldía de Aníbal Gaviria están participando en política en favor de su hermana la hizo el diputado liberal Adolfo León Palacio en agosto del 2013, meses antes de que se anunciara oficialmente la candidatura de Sofía Gaviria al Senado por el Partido Liberal. En la misiva, el diputado liberal, con mucho tacto, denuncia que hay funcionarios “que perteneciendo a la Alcaldía vienen actuando abiertamente en política promoviendo su candidatura (la de Sofía Gaviria) y la de Óscar Hurtado, concretamente Fredy Hurtado, subsecretario de Gobierno y hermano del anteriormente mencionado candidato a la Cámara” (Óscar Hurtado). (Ver la carta completa)

Esta denuncia la recibió la oficina de control interno de la Alcaldía de Medellín (Ver soporte de la llegada del documento) pero tengo entendido que fue enviada a la Procuraduría de Andes. Lo cierto es que hasta el día de hoy el diputado no ha sido requerido por ese organismo de control para ampliar su denuncia. Y si esta denuncia no se rescata del olvido en que la tiene sumida la Procuraduría regional, lo más probable es que termine sepultada.

A pesar de que estas evidencias lo dejan muy mal parado, el alcalde Aníbal Gaviria se ha negado a referirse a este entramado. Y su silencio, como el de Sofía, le está dando la razón a lo que ha dicho Gallo en el sentido de que en la Alcaldía de Aníbal Gaviria los contratos se estarían entregando con el visto bueno de su hermana Sofía Gaviria. 

Esta historia me recuerda lo que ocurrió en Bogotá con los hermanos Moreno cuando se descubrió que el verdadero poder detrás del trono en la Alcaldía de Samuel Moreno era su hermano Iván, quien hoy está en juicio por haber urdido desde el Senado el carrusel de la contratación.

Tengo entendido que la familia Gaviria es muy prestante y poderosa en Antioquia y que ha hecho mucho por ese departamento. Pero ni su poder ni su generosidad la exime de cumplir con la ley. Y utilizar recursos de la ciudad para impulsar la candidatura de la hermana del alcalde no solo es una falta disciplinaria, sino una conducta que puede ser penalizada. El  mejor consejo que los bogotanos podemos darles a los paisas es que luchen por su ciudad antes de que colapse. Los bogotanos no nos dimos cuenta sino muy tarde de que los hermanos Moreno se habían tomado esta ciudad para saquearla.

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