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¡No les entreguemos la contratación!

Con un "mico", los ponentes de la Ley de Pliegos Tipo buscan incluir a los políticos en el proceso de elaboración de los documentos en materia de contratación.

Lucas Pombo, Lucas Pombo
26 de septiembre de 2019

La injerencia de los políticos en la contratación pública ha sido uno de los principales motores de corrupción en Colombia. El candidato recibe miles de millones del contratista para su campaña, llega al poder y diseña procesos de contratación a la medida su mecenas para pagar el favor; la fórmula es clara. Para intentar acabar con esa mecánica perversa, el presidente Duque ha buscado establecer la obligación de los documentos tipo para la contratación pública. En medio de esa cruzada, el gobierno y Colombia Compra Eficiente han impulsado un proyecto de ley que busca acabar de una vez por toda con los pliegos sastre. 

Quitarle a los políticos su mina de oro no ha sido tarea fácil. Entre maniobras dilatorias e intentos por engavetarlo, este proyecto se ha abierto paso y, el 13 de agosto, quedó a un paso de ser ley de la República. Ese día, la Comisión Primera de la Cámara de Representantes le dio vía libre a un mecanismo razonable: Colombia Compra Eficiente elaboraría los documentos tipo y una comisión, integrada por la Contraloría, la Procuraduría, la Defensoría del Puebla y la oficina de Transparencia de la Presidencia presentaría recomendaciones y observaciones. 

Aquí llega el orangután. En la ponencia para último debate se propone una modificación al proyecto, diluyendo el papel de Colombia Compra Eficiente en un mar de agentes políticos de todos los niveles. El texto planteado crea una mesa técnica -vaya ironía -, compuesta por cuatro congresistas, dos delegados de los alcaldes (Fedemunicipios y Asocapitales), uno de los gobernadores (FND), uno de la ESAP, dos de la academia, uno de la Comisión Nacional de Moralización y solo un delegado de Colombia Compra Eficiente. 

La razón expuesta por los ponentes para quitarle a los técnicos la función de elaborar los documentos es la consideración de "las necesidades particulares del territorio dentro de los pliegos tipo"; sin embargo, el experimento no es nuevo. Desde que el presidente Duque reglamentó los documentos tipo de infraestructura, lejos de los políticos y en cabeza de Colombia Compra Eficiente, Colombia ha pasado de tener únicos oferentes en el 85% de los contratos de las entidades territoriales a tener pluralidad de oferentes en el 81%. Todo eso por el simple hecho de tener reglas claras en materia de contratación. 

Señores ponentes, señores representantes a la Cámara: no insistan en remar contracorriente; los tiempos de los políticos en la contratación pública está llegando a su fin. Señor presidente Duque, si la Cámara aprueba el "mico" es necesario objetar la ley. No se puede retroceder en materia de transparencia, de lucha contra la corrupción. 

Pildorita: Hablando de políticos y contratación, las grabaciones reveladas por Vicky Dávila, en La W, sobre el entramado de corrupción en Bolívar dan ganas de sentarse a llorar. Lo mínimo que esperamos los colombianos es que los partidos se aparten de esas casas políticas corruptas enquistadas en el departamento. Esa olla podrida también debe ser un llamado de atención para que el Congreso avance en una gran reforma política que cierre de una vez por todas las listas a corporaciones públicas y establezca reglas claras en materia de financiación de campañas. 

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