
OPINIÓN
Sana tus relaciones diseñando tu mejor versión
Llegamos a este mundo sanos en nuestra dimensión emocional, es decir, que nuestra esencia está intacta en el momento en el que empezamos el viaje de la existencia, pero cuando comenzamos a crecer, experimentamos todo tipo de situaciones en nuestro entorno, que interpretamos como agresiones, traumas, abandonos, etc.
El sentimiento de abandono es una de las heridas más profundas del alma, el alma llora cuando la agrieta el dolor, por un profundo sentimiento de no ser cuidada, amada y protegida y esto se traduce en soledad.
¿Cómo podríamos construir relaciones sanas cuando una gran parte de nosotros permanece herida?
De este sentimiento, es desde donde parten la mayoría de los conflictos en nuestras relaciones, es en nuestra infancia, en el momento en el que comenzamos a experimentar esta sensación de sentir que somos valiosos o que no lo somos para alguien; entonces empezamos a experimentar que, si nos escuchan, nos ven, nos toman en cuenta, nos aman, somos seres valiosos para nuestros padres, pero si no recibimos esto, empezamos a sentirnos seres heridos y vulnerados.
¿Cuál sería entonces la medicina sagrada del alma, capaz, de transformarnos de seres heridos y rotos en seres empoderados y sanos, capaces de construir relaciones sanas, estables y duraderas?
Llegamos a este mundo sano en nuestra dimensión emocional, es decir, que nuestra esencia está intacta en el momento en el que empezamos el viaje de la existencia, pero cuando comenzamos a crecer, experimentamos todo tipo de situaciones en nuestro entorno, que interpretamos como agresiones, traumas, abandonos, etc.
Es a partir de estas experiencias que vamos construyendo como una especie de coraza emocional alrededor de nuestro corazón, la cual lo va envolviendo, creyendo que es la mejor manera de proteger sus tejidos internos frágiles y sensibles. Esa coraza es la expresión del ego que viene para hacernos creer que usando mascaras vamos a cubrir la vulnerabilidad de nuestro ser auténtico.
Los casos de tristeza, soledad y abandono son recurrentes en las personas que pasan por situaciones de duelo y dolor, por la pérdida de una relación importante en su vida, por ejemplo, en el caso de Camila, ella me expresaba su tristeza desgarradora, tras años de discusiones y conflictos con su marido, lo cual la había conducido a tomar la decisión de separarse, él se había ido a empezar una nueva vida, pues ya no era feliz, ella se sentía profundamente sola y abandonada.
Con el propósito de calmarla inicié la sesión explicándole que debía comprender la diferencia entre el abandono y la soledad elegida.
Le dije: Camila debes decidir en que posición te paras: ¿en la de víctima abandonada, o en la de mujer empoderada que se decide por una soledad elegida?
Muchas veces sufrimos por la interpretación que le damos a las circunstancias en nuestras vidas, en ocasiones nos quedamos presos de una situación que nos causa dolor porque elegimos darle una connotación negativa de sufrimiento, es decir: ¿estoy solo porque me abandonaron? O estoy solo porque prefiero elegirme a mí y cuidarme a mí, pues soy lo suficientemente valioso para saber que mi valor no lo define, ni lo destruye otra persona, aquí está la diferencia en el significado que le doy a mi vivencia, esta es la diferencia en como me veo como abandonado o empoderado para ser suficiente para mi mismo.
Con esto no digo que un divorcio, una separación de un ser querido, un conflicto con alguien que amamos, o una perdida de una persona o relación afectiva no sea difícil de sobrellevar, pero si le damos el significado y la interpretación correcta podremos pasar al otro lado de una manera más rápida.
Juan Carlos es un hombre inteligente y exitoso en el ámbito profesional, sin embargo, forma parte de una familia conflictiva con sus hermanas, después de muchos años en terapia, llego a comprender que su familia no honra sus mismos valores, que su madre y sus hermanas se mueven por la ambición, el poder y el dinero, lo cual le causa la sensación de no pertenecer.
En muchas ocasiones me encuentro con personas que me dicen, “siento que mi pareja es una total desconocida, que se ha convertido en alguien con quien ya no tengo nada en común” o “siento que soy miembro de una familia, que no tiene nada que ver conmigo, es como si yo perteneciera a un mundo diametralmente opuesto y siento que no es mi lugar en el mundo”.
Él había tratado por muchos años de buscar empatía, comunicación afectiva, conexión emocional y espacios de encuentro, sin embargo, entre más se acercaba a su familia más se agredía a él mismo, pues los desencuentros y atropellos le confirmaban cada vez más que estaba en el lugar equivocado.
Mientras esperamos que los demás cambien se nos va la vida… Todos podemos ser un tierno gatito en términos de relaciones, pero también los tiernos gatitos arañan cuando les hacen daño, por eso de esta manera se van tejiendo día tras días relaciones atadas por cadenas subterráneas de hostilidad, ahogadas en ciclos de dolor interminables.
¿Cómo podemos entonces sanar nuestras relaciones, diseñando nuestra mejor versión?
El autocontrol es fuerza, la serenidad interior es nuestra mayor maestría, tienes que llegar a un punto en el que tu estado de ánimo no dependa de las agresiones de los demás, nuestra tarea espiritual es llegar a ser casi imperturbables, para no permitir que otros controlen la dirección de nuestra vida, las riendas de nuestros caballos internos las debe tomar nuestra inteligencia y no nuestras emociones, aun cuando sintamos dolor.
Te regalo unas claves para lograr construir relaciones sanas: - Lo primero es hacer un escáner del alma y ser muy franco contigo mismo, para saber si esa relación te construye o te destruye, si te da vida o te la quita.
- Salir del romanticismo cínico, en el que caen muchas personas creyendo que se debe dar hasta la vida por una relación, sea esta familiar o de pareja, aun cuando está violenta nuestra dignidad.
- Aprender a poner límites cuando sientes que te pasan por encima.
- Descubrir como soltar el equipaje emocional que no te pertenece.
- Reconocer las manifestaciones del ego que impiden la evolución espiritual en tus relaciones.
- Comprender que las enfermedades se gestan en las emociones cuando se encadenan a relaciones tóxicas.
- Liberarte del miedo que intenta paralizarte para reconstruir una relación o tener el coraje de salir de ella.
- Darle la oportunidad a las relaciones que nutren tu vida y que pueden llegar a ser la plataforma sólida de tu felicidad y trascendencia.
- No hay relaciones perfectas, sin embargo, cuando dos personas están dispuestas a diseñar su mejor versión pueden ser muy felices, hay que subirse las mangas y trabajar por ello.
- Empoderarse significa la renuncia absoluta a permanecer heridos, por eso debemos tomar responsabilidad sobre aquello que podemos hacer con nuestras relaciones.
Un parásito es un organismo que se alimenta de otro ser vivo para subsistir, viviendo en su interior o sobre su superficie, con lo que suele causarle algún daño o enfermedad, en muchos casos nos convertimos en parásitos y así vamos coexistiendo en nuestras relaciones. Creemos que nuestra nutrición emocional depende de lo que los otros nos den o nos quiten.
Cada vez que alguien te hace sentir abandonado, no amado, rechazado, no valorado, sacan lo peor de ti, pero si comprendes que a ti como ser humano no te define el abandono, ni el rechazo, ni la agresión de otro ser humano, si logras convertirte en un ser autónomo y valioso, si logras liberarte de tu historia de dolor, para pararte frente a esa relación y vincularte desde un ser nuevo, transformado, en el que ya no eres susceptible de que te hagan daño, tus relaciones podrán convertirse en compañía para tu vida que te complementan y dejan de ser el tanque de oxígeno que necesitas para respirar y sobrevivir.
Ángela me decía con lágrimas bajando por sus mejillas, tengo 54 años y me sentí abandonada por mi madre, fue una madre fría, distante y a veces hasta tirana, ella nunca estuvo a mi lado en mi infancia y nunca ha estado cerca para darme una caricia, un beso o un abrazo, solo ha estado para criticarme, exigirme e invalidarme.
¿Qué sientes ahora cuando recuerdas a esa Ángela niña abandonada? Le pregunté; “me siento huérfana y ese sentimiento me produce rabia y dolor”
Esa sensación de abandono en tu historia hace que en tu adultez proyectes ese sentimiento con tu pareja y con tus hijos, así podrías convertirte en una especie de parásito para ellos, creyendo que ellos son responsables de alimentarte emocionalmente.
La tarea de Ángela es entonces sanarse de esa sensación de abandono, empoderarse, liberarse de su historia de dolor, para que nadie pueda abandonarla, pues si ella se ama, se respeta y se cuida a ella misma, no será abandonable porque se tiene a ella misma y eso es más que suficiente.
Su madre no podrá hacerle más daño, pues ya no es una niña abandonada viviendo en un cuerpo de una mujer adulta y esa será entonces su victoria personal.
Finalmente, Ángela diseñó su mejor versión, se convirtió en una mujer adulta y autónoma, que ama a su pareja y a sus hijos, pero que no succionaba el afecto de ellos, sino que aprendió a ser un complemento en sus vidas, aprendió a tener vida propia, un mundo independiente y así comenzó a regar su propio jardín, en vez de esperar a que le trajeran flores.
¡Ya es hora de que salgas de tu zona de confort, para sanar tus relaciones y diseñar tu mejor versión!
Mi píldora para el alma
Tu herida emocional no te define, tú eliges en donde quieres pararte, para verte a ti mismo como un ser capaz de liberarse de su historia de dolor o un ser que se convierte en un parásito de otro ser, culpándolo de su infelicidad y su desgracia.
Todos podemos crecer y deshacernos de aquello que nos lastimó, aprendiendo la lección que vino a enseñarnos para convertirnos en nuestra mejor versión.