Julio Londoño Paredes

OPINIÓN

¿Será acaso que mantenemos la mentalidad de colonia?

Congresistas norteamericanos se arrogan el derecho intervenir en nuestro país como si fuéramos una colonia.

21 de mayo de 2021

Es lógico que la situación que se está viviendo en nuestro país, genere pronunciamientos internacionales expresando preocupación: desde el presidente de Estados Unidos hasta el papa Francisco.

Se puede estar de acuerdo o no con el gobierno de Duque. Se pueden compartir o no las protestas. Se puede ser liberal, conservador, socialista, o comunista. Pero lo que no es aceptable, es que un grupo de congresistas norteamericanos formule una declaración que constituye una evidente injerencia en los asuntos internos de Colombia y decretando desde Washington la impasibilidad ante el vandalismo. Eso es aberrante.

Hemos sido víctimas a lo largo de la historia de intervenciones foráneas por diferentes motivos. Se recuerda la situación planteada por la expedición por el presidente Marco Fidel Suárez del decreto 1255 bis de 1919, mediante el cual se incurría en “el delito” de establecer que, la realización de exploraciones petroleras en el territorio nacional requería el previo permiso del Gobierno colombiano.

Tal como lo hace ahora el representante McGovern de la cámara de los Estados Unidos, que se ha arrogado la condición de juez de Colombia, en ese entonces el senador Cabot Lodge, pidió al senado que cancelara el proceso de aprobación del tratado Urrutia-Thomson, porque nuestro país con ese decreto estaba estableciendo una supuesta, “confiscación” de las propiedades de empresas petroleras norteamericanas.

Pero no hemos sido las únicas víctimas de dichas actitudes imperiales. En 1954 congresistas de ese país, le exigieron al Gobierno norteamericano promover la invasión a Guatemala, cuando Jacobo Arbenz estableció una reforma agraria que afectó a la multinacional norteamericana United Fruit. Igualmente, cuando congresistas norteamericanos exigieron en 1952 al Gobierno sancionar al Perú, por haber establecido 200 millas de mar territorial.

De pronto es que nos acostumbramos a ser colonia y hemos mantenido durante mucho tiempo nuestra respetuosa subordinación. No hay duda de que en nuestro país puede haber protestas, censuras y críticas. Pero no es aceptable dar campo a la intromisión extranjera, empezando por la de los congresistas norteamericanos.

Se recuerda que la disculpa que daban las potencias europeas para mantener su política colonialista en África, era que dichos territorios no se podían gobernar solos. Incluso, después de alcanzar la independencia de los países, jefes de estado africanos viajaban a Europa para pedir el aval sobre sus gestiones, mientras que sus opositores hacían exactamente lo mismo, colocando a las potencias coloniales como jueces y árbitros de sus respectivos estados.

No podemos caer en la práctica de rendir cuentas. Con mayor razón resulta aberrante que dirigentes políticos colombianos viajen a los Estados Unidos para mover a congresistas norteamericanos a que manifiesten contra el gobierno.

Eso es impulsar la intervención, contra la que tantas veces nos hemos enfrentado. Hoy es con este pretexto, mañana será con cualquier otro.

¿Será acaso que mantenemos la mentalidad de colonia ?

(*) Decano de la Facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la Universidad del Rosario.

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