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Socialismo para ricos, capitalismo para los pobres

El caso de Gustavo Bolívar es singular. Ha sorprendido por su aplicada y fructífera acción parlamentaria. Su reciente actuación sobre el pago de impuestos ha servido para ilustrar una paradójica situación.

Yezid Arteta, Yezid Arteta
26 de febrero de 2020

¿Por qué voy a pagarle impuestos a un gobierno de rateros? se pregunta Artemio Cruz desde su lecho de muerte. El camaléonico político agoniza. Reflexiona sobre su corrupta y dilatada vida. Él mismo ha sido un ratero. Ocurre en La muerte de Artemio Cruz, la espléndida novela del mexicano Carlos Fuentes. México y Colombia se parecen. Lo escribí en mi anterior columna. En estos países abundan los políticos que viven de los impuestos que otros pagan. Los operadores políticos tradicionales, por regla general, no pagan impuestos. En algunos casos se quedan con los impuestos. Así lo hizo Artemio Cruz. Así lo hacen muchísimos operadores políticos colombianos. 

Gustavo Bolívar ha sido un hombre de la televisión. La mayoría de actores, deportistas y gente de la farándula que se han hecho elegir al Congreso no han dejado huella. Han pasado por la política sin pena ni gloria. El caso de Gustavo Bolívar es singular. Ha sorprendido por su juiciosa y fructífera acción parlamentaria. Su reciente actuación sobre el pago de impuestos ha servido para ilustrar una paradójica situación: los que más tienen y ganan en Colombia son los menos aplicados cuando se trata de pagar impuestos. 

La declaración de renta dice mucho sobre un individuo. Sobre su listón de valores. Sobre su responsabilidad social. Sobre su relación con el Estado. Sobre su familia. Gustavo Bolívar le picó la cresta al gallo. En las redes sociales hubo una pueril competencia entre quienes pagan y no pagan. A simple vista se podía ver que en Colombia el mayor esfuerzo contributivo lo hacen los individuos de rentas medias y bajas. Empero, el asunto va más allá. Salomón Kalmanovitz puso el dedo en la llaga. En una columna de El Espectador que tituló La riqueza de Álvaro Uribe, el versado economista cuestionó la debilidad del Estado colombiano y el anacrónico modelo productivo del país. Allí está la raíz del problema. El resto son estupideces contemporáneas.

Los oligarcas colombianos son partidarios del socialismo cuando el Estado los exime del pago de impuestos y les confiere multimillonarios contratos de obra pública. En cambio son capitalistas cuando se trata de pagar salarios de mierda a los trabajadores o despedirlos sin impedimento cuando les venga en gana. La derecha colombiana es partidaria del socialismo que permite a sus dirigentes políticos recibir jugosos salarios, bonificaciones y onerosas jubilaciones. El capitalismo es para la clase media, trabajadora y desempleada que debe pagar altísimas tasas por obtener una precaria asistencia médica, una vivienda estrecha y una pésima educación para sus hijos. A los grandes latifundistas les gusta el socialismo que los exime del pago de impuestos sobre la tierra improductiva. Los jornaleros del campo y los campesinos sin tierra son los que llevan la peor parte. Su relación con los terratenientes es de naturaleza feudal. La forma más brutal del capitalismo.

No sé, parcera, si este asunto de la declaración de renta te ha quedado claro. Sino no te ha quedado claro te recomiendo que le eches una mirada a la fábula de El escorpión y la rana. Sí, ese cuentico fácil. 

(*) Escritor y analista político 

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