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Una buena política de seguridad ciudadana en Bogotá

La situación de seguridad y orden público se encuentra en grave crisis, es momento de implementar tal y como la alcaldesa anunció medidas para hacerle frente.

Marco Tulio Gutiérrez Morad
30 de junio de 2020

Llegó el momento de revisar y resaltar la situación de la seguridad en las ciudades en estos complejos momentos por los que atravesamos, la cuarentena trajo un elemental suceso de tranquilidad en la medida en que todos nos encontrábamos en nuestros hogares, razón por la cual los antisociales y criminales tuvieron que afrontar el rigor del confinamiento, durante el mes de abril de 2020, seguramente se presentaron los índices más bajos de delincuencia en la historia reciente de Colombia. Ciudades como Bogotá, Cali y Medellín registraron cifras que no se veían desde hacía décadas, sin duda, el fenómeno incluso fue resaltado por The New York Times, en donde se destacó la significativa reducción de las estadísticas criminales, en Colombia se registraron 91 homicidios entre el 20 y 25 de marzo, cifra significativamente inferior a los 206 registrados durante el mismo periodo en el año 2019, los casos de lesiones cayeron a 283 de 2046 del año pasado, y los robos bajaron de 5045 a 486.

Estos datos y estas cifras, desafortunadamente son ahora solo un recuerdo de la compleja época por la que estamos atravesando, pues con la apertura y el gradual regreso a la normalidad, la criminalidad volvió a las calles, y sin duda, en condiciones que a hoy son incluso mas aterradoras y zozobrosas, pues además de la constante amenaza biológica por el virus, estamos viendo una desaforada y compleja situación de seguridad, robos en centros comerciales con pistolas con silenciadores, hurtos en el transporte público, un edificio en Bogotá fue violentado con rifles de asalto, los atracos callejeros pululan. Parece que el primer sector en volver a activarse plenamente fue el de la delincuencia, en este entender es de vital importancia activar políticas de seguridad públicas que permitan de manera eficaz detener y sortear la dramática situación por la que actualmente atravesamos, por ello, queremos destacar las líneas generales de la política de seguridad y convivencia que activará la Alcaldía de Bogotá. Dicho plan de manera sistemática y a través de un método establecerá varios pilares fundamentales para lograr hacerle frente a esta situación, básicamente, se establecen varias líneas que estructuran como tal un mecanismo capaz de traer una sensación de seguridad, el plan en primer lugar establece una línea de prevención, mediante la cual se pretende generar conciencia ciudadana para evitar todo acto de violencia y así anteponer los valores y la legalidad sobre los factores de riesgo individuales, familiares, comunitarios y sociales, asociados a la materialización  de la violencia y la criminalidad. Esta línea busca ingresar al interior de las localidades que mayores factores de propensión a la violencia tienen y desde ahí crear un lenguaje de cambio a través de la prevención. Luego el plan estructura una línea de control, mediante la cual se pretende gestionar el conocimiento sobre las dinámicas delincuenciales y violentas en la ciudad, lo cual implica el desarrollo y gestión de un sistema de procesamiento de información, así mismo esta línea de control establece la desarticulación de las estructuras criminales, con el fortalecimiento a la investigación criminal y la generación de metodologías de trabajo articulado y en equipo entre los organismos de seguridad, los entes distritales, departamentales, nacionales y las comunidades afectadas.

El plan luego estructura una línea de participación y cultura ciudadana, que pretende desarrollar competencias ciudadanas para la prevención de la violencia y la criminalidad, iniciativa que buscará generar dentro de la comunidad elementos de sensibilización cimentados sobre la práctica y exaltación de la cultura ciudadana, en donde se propenderá por aunar esfuerzos tendientes a educar y a formar valores que permitan identificar desde la base acciones y comportamientos criminales y delictuales, por último, el plan establece una línea de Legitimidad y Confianza, con la que se buscará fortalecer capacidades y competencias de los servidores públicos que gestionan la convivencia y la seguridad, esto es, profesionalizar servidores públicos especializados en investigación criminal, aumentar el número de efectivos de la fuerza pública, así mismo, se implementarán sistemas de seguimiento, monitoreo y evaluación de la efectividad de las instituciones de convivencia y seguridad.

Las medidas previstas en este plan deberán además siempre estar en contexto con los desarrollos informáticos y del estado de la técnica, es claro que en el mundo de hoy es menester confiar en la tecnología, el monitoreo electrónico, las cámaras y los sensores de movimiento, empiezan a tornarse en herramientas imprescindibles para las ciudades de hoy, y precisamente es ahí donde nuestros gobernantes han de centrar sus esfuerzos, Bogotá tiene la obligación de multiplicar su sistema de monitoreo por cámaras, es necesario que la ciudad pueda estar vigilada integralmente, resulta ilógico pensar que hayan sectores de complejidad criminal que actualmente no tienen cobertura de cámaras, así mismo, es fundamental identificar e individualizar al criminal que siempre atraca en la misma esquina, en la misma estación de TransMilenio, es fundamental atacar a la delincuencia en donde se encuentra, no podemos seguir inertes y estáticos, desde hace más de treinta años la esquina de la carrera 10 con calle 19 en Bogotá, es una oficina de atracadores, que gobierno tras gobierno, administración tras administración, nunca han podido desmantelar.

Se necesita asimismo, un incremento significativo del pie de fuerza de la policía, para ello, se pueden buscar diferentes alternativas, formar y profesionalizar jóvenes que tengan libreta militar para que integren una red de seguridad, que de manera directa coadyuve con la policía, es fundamental que se estructure un sistema de judicialización eficiente en el que el delincuente pueda ser sancionado, pues actualmente, ese atracador de la carrera 10 con calle 19, es capturado, luego es conducido a la estación de policía y por lo general en cuestión de horas está en la misma esquina robando, de ahí la necesidad de individualizar e identificar al criminal, para que con el concurso de los medios tecnológicos la prueba sea aportada al proceso judicial, garantizando así la efectiva judicialización y sanción del criminal.

Debe existir una normatividad en la que se obligue a las propiedades horizontales, a los centros comerciales, a los edificios de oficinas a tener sistemas de cámaras que puedan ser homologados con los sistemas de monitoreo de la ciudad, al criminal hay que quitarle su primer insumo; la invisibilidad, si logramos estructurar un sistema eficiente de seguimiento y control será muchísimo lo que lograremos avanzar en la mitigación de la delincuencia.

Es oportuno reproducir sistemas que en otras latitudes han sido modelos exitosos, por ejemplo, en España se implementaron las alarmas sonoras de alta potencia mediante las cuales se logra generar una señal de pánico que inmediatamente alerta a la ciudadanía y pone en descubierto al criminal.

Hoy en día Bogotá ha de esforzarse en puntos como el control de acceso, que mediante la coadyuvancia de elementos tecnológicos se logre identificar a través de lectores faciales o biométricos a las personas, ello con el propósito de individualizar e identificar al criminal, creando así otro filtro para complementar la función de la policía.

Estos esfuerzos serían fútiles si no contemplamos una política criminal que incluya la construcción y operación de nuevos centros de reclusión para lograr materializar estas iniciativas, pues lógicamente con sistemas tecnológicos de punta los delincuentes capturados serán más, por ello, se requieren estructurar alianzas publico privadas, para poder dotar a la ciudad de modernos centros penitenciarios ubicados en la localidad de Sumapaz con el fin de retirarlos del centro urbano.

Estamos seguros de que la alcaldesa y su secretario de seguridad Hugo Acero llevarán a buen suceso estas iniciativas que durante la semana pasada fueron anunciadas a la opinión publica de Bogotá.

PD: Alcaldesa, tenemos una gentil observación, basándonos en la igualdad material ante la ley, permítanos volver a los parques públicos y a los clubes deportivos tal como lo han permitido los alcaldes de la sabana de Bogotá, son lugares para lograr la reactivación de la economía, miles de empleados, caddies y personal tienen su sustento en estos trabajos, así mismo, los deportes profesionales ya están regresando a través de los protocolos que el Ministerio del Deporte ha fijado, ello significa que los deportes para aficionados también pueden acomodarse a los sistemas que se han implementado, así como permitir a las personas mayores volver a practicar deportes.

 

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