
OPINIÓN
¿Una polémica declaración?
Ha quedado en el aire las declaració del ministro de Defensa sobre “el país enemigo”.
Con las críticas que se formulan al Gobierno de Duque se ha pasado por encima el hecho de que varios de sus ministros están desarrollando una excelente tarea. El ministro de Salud, a pesar de los problemas que se han presentado con la vacunación, ha trabajado con eficiencia en el desastre de la pandemia.
La canciller ha establecido un marcado contraste con lo que se venía dando anteriormente, cuando nadie sabía con precisión quién y cómo se dirigían las relaciones internacionales. Por su parte, el ministro de Hacienda, con habilidad y tacto, llegó de emergente a solucionar la situación creada por el empecinamiento del jefe de Estado de presentar una inconsultada reforma tributaria, que precipitó una grave crisis institucional.
El ministro de Defensa, ajeno por el momento a otras aspiraciones políticas, ha desempeñado una tarea seria y coherente logrando restañar las divisiones que se percibían en las Fuerzas Militares y en la Policía Nacional.
Por ello, llama la atención que haya formulado una sorpresiva declaración en el sentido de que Irán es un país enemigo de Colombia que está actuando contra nuestro país desde Venezuela. Independientemente de que su manifestación esté respaldada por informaciones de inteligencia, el presidente, en medio de su viaje al Medio Oriente, se vio abocado a salir públicamente, si no a rectificarlo, sí al menos a atenuar sus declaraciones.
De ninguna manera el Irán de los ayatolas es un país amistoso y amante de la paz. Por el contrario, genera muchas preocupaciones. Es bien sabido, además, que ha estado y seguirá estando al lado del Gobierno de Maduro en todos los aspectos y que el régimen venezolano sigue siendo el dolor de cabeza para Colombia. No solamente porque es el refugio privilegiado de los grupos armados colombianos que desde allí operan contra nuestro país, sino por la migración que estamos sufriendo.
No obstante, la declaración del ministro evidencia que persiste cierta falta de coordinación en aspectos de política exterior. Sobre todo al señalar que un país, con el que se tienen relaciones diplomáticas, es un enemigo.
Si eso es así, Colombia debía poner de presente la situación que se está afrontando en los foros internacionales y tomar otras medidas entre las cuales, naturalmente, no está la de declararle la guerra a Irán.
Tras de que tenemos una compleja situación con Venezuela que amenaza la seguridad nacional, autocalificarnos de enemigos de un país con un brazo muy largo en el fomento del terrorismo, al mismo tiempo que se hagan pronunciamientos sobre la producción de uranio enriquecido, que es una preocupación de los vecinos de Irán y de las grandes potencias, puede resultar riesgoso.
Después, ¿quién podrá defendernos?
(*) Decano de la facultad de estudios internacionales, políticos y urbanos de la Universidad del Rosario.