GUILLERMO VALENCIA

Bitcóin, la tecnología de ahorro que todos buscarán

Bitcóin es un activo con alta volatilidad a corto plazo, pero con un excelente ‘yield’ en el largo. Cuando la inflación alcance los países desarrollados, muchos de sus críticos se transformarán en compradores tardíos.

Gustavo Valencia Patiño, Gustavo Valencia Patiño
1 de diciembre de 2020

El bitcóin se está convirtiendo en una red alternativa al sistema monetario tradicional. Aunque todavía se encuentre en proceso de maduración, su adopción transformará definitivamente el sistema financiero que hoy conocemos.

¿Cómo crear un modelo de negocio alrededor del bitcóin? Esta es una pregunta que ha rondado la cabeza de Jack Dorsey, CEO de la red social Twitter y de la compañía de pagos Square. Dorsey ve el bitcóin como un campo de batalla perfecto para competir con Facebook, WeChat, Alipay, Google Pay y Apple Pay, gigantes que están creando billeteras privadas y, con ello, murallas impenetrables en sus bases de usuarios.

Dorsey entendió que el bitcóin va más allá de ser una plataforma de pago: ¡es una tecnología de ahorro! Es decir, en un periodo superior a cuatro años, el capital ahorrado en esta criptomoneda es mucho mayor. En el argot financiero, el bitcóin es un activo con yield, es decir que le otorga un rendimiento mayor a su portador. Esta criptomoneda lo hace, en un mundo donde ya no hay yield.

¿Por qué ya no? Con esto me refiero a un mundo con tasas de interés reales negativas, utilizadas por los bancos centrales para estimular el crecimiento de sus respectivas economías. Cuando una tasa de interés es positiva, recibo un porcentaje por el dinero que presté, pero al ser negativa soy yo el que debe pagar. Estas medidas hacen que el valor de mis ahorros en el largo plazo sea inferior en términos reales, lo que arroja un yield negativo.

Al contrario, el bitcóin es altamente volátil en el corto plazo, pero tiene un gran yield en el largo. Es decir, aquel que quiera volverse rico de la noche a la mañana perderá hasta la camiseta, mientras que quien esté invirtiendo en el futuro y se asesore, entenderá que en este ecosistema podrá construir riqueza.

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La gran diferencia con las soluciones de WeChat, aplicación atada a los bonos del tesoro chino; Facebook-Libra, relacionada con el dólar o una canasta de monedas fíat, y el bitcóin, es que este último sí ofrece yield. Esta propiedad se mantiene cuando se le compara con prototipos de monedas de los bancos centrales, que estarían atados a sus respectivos bonos soberanos.

Esto fue lo que impulsó a Jack Dorsey a insertar el bitcóin en la plataforma de pagos Square. Él entendió que se trata de un activo que ningún competidor puede ofrecer. Dorsey lo hizo porque, a pesar de la falta de claridad de un marco regulatorio, puede crear una ventaja inmensa para Square. Simplemente, es una oferta imposible de rechazar.

Esto detonó inmediatamente en el dilema del prisionero, en el que aquellos que se nieguen a adoptar una nueva tecnología pierden demasiado mercado. Por esta razón, PayPal respondió con la misma estrategia, que para este gigante no es un mundo desconocido. Recordemos que en la junta de PayPal está Wences Casares, un emprendedor serial argentino y creador del primer wallet de bitcóin, llamado XAPO.

El dilema de adopción de esta criptomoneda también lo están enfrentando las tesorerías, que no quieren poner su dinero en activos de reserva proclives a perder su valor en el tiempo.

El CEO de Microstrategy, Michael Saylor, lo entendió e hizo una compra épica de US$400 millones en bitcoines, después de hacer un research juicioso en el cual determinó que se trata del mejor activo de reserva.

Este es el mayor motivo por el cual prohibir el bitcóin es un gran error. Es como apagar internet, porque hay pornografía y borrar todas las grandes cosas que nos brinda.

Mientras que China vela criptomoneda como un desafío a su sistema centralizado y obliga a WeChat y Alibaba a funcionar bajo una estricta regulación, para Estados Unidos, que libra una guerra tecnológica con el gigante asiático, es estratégico un marco regulatorio flexible que permita el desarrollo de este ecosistema. Al hacerlo, les estará dando a sus ciudadanos un yield y asegurará el derecho fundamental a la riqueza digital.

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El ascenso del bitcóin como una red monetaria emergente continúa. Existirán creyentes y personas que lo renieguen, pero cuando la inflación aparezca en el mundo desarrollado, los más incrédulos serán creyentes en masa. El problema es que ese último grupo tendrá que comprarlo a US$200.000, o quizás a un precio mayor.

El bitcóin es una carrera de resistencia, disciplina y consistencia, no de inmediatez y especulación. Como toda tecnología emergente, tiene una probabilidad de fracaso. Por ahora, celebremos sus más de 12 años de existencia.