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ESCLAVITUD

En Colombia hay 131.000 esclavos ‘modernos’, según reporte

Por más lejano que se vea, en América más de 1'950.000 personas son víctimas este flagelo, de acuerdo con el Índice Global de Esclavitud.

5 de septiembre de 2018

Pensar que el término esclavitud es exclusivo de las clases de historia y corresponde a siglos pasados es un error. El Índice Global de Esclavitud 2018, elaborado por Walk Free Foundation, determinó que para el 2016, al menos 40,3 millones de personas en el mundo vivían en esclavitud moderna.

Esa es la definición genérica para un crimen oculto que está presente en muchas industrias como la confección de prendas de vestir, la minería, la agricultura y en otros contextos, que van desde hogares privados hasta los asentamientos donde se encuentran personas desplazadas al interior de sus países y refugiados.

Son ahí incluidos quienes están expuestos a la explotación laboral y sexual; al trabajo forzado, a la trata de personas e incluso, al matrimonio forzado.

Parte de los casos que mayor alerta causan están inmersos en la pesca tailandesa, en la minería de carbón en Corea del Norte, en los hogares de diplomáticos en Australia, en estaciones de lavado de automóviles en el Reino Unido, en la agricultura del cacao en Costa de Marfil y la ganadería en Brasil.

Por más lejano que se vean este flagelo, en América más de 1‘950.000 personas son víctimas y se calcula que lo son 2,7 personas por cada 1.000 habitantes en Colombia. En efecto, según el informe, en el país hay 131.000 víctimas.

Preocupante cifra que va por encima del promedio de la región, en la que por cada 1.000 habitantes, 1,9 viven en esclavitud moderna. Aunque Venezuela, Haití, República Dominicana y Cuba prevalecen, el reporte señala que México, Colombia y Honduras son los más sensibles a esta problemática debido a los altos niveles de conflicto, terrorismo y desplazamiento.

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Sale a relucir que aunque casi todos los países la han declarado ilegal, la esclavitud moderna sigue existiendo –dice el documento-, en una escala escandalosa e inaceptable en estas y muchas otras formas, mientras que la acción de los países más capacitados para responder es insignificante.

De acuerdo con Walk Free Foundation, el propósito del estudio es que los ciudadanos, las organizaciones no gubernamentales, las empresas y los gobiernos comprendan la magnitud del problema, las respuestas existentes y los factores que contribuyen al mismo, a fin de que puedan abogar por la elaboración de políticas sólidas que aporten a su erradicación.

Los números más alarmantes de la región están en Venezuela y Haití, donde por cada 1.000 habitantes, 5,6 son esclavos modernos.

Para el caso de Colombia, esa organización determinó que las principales condiciones de vulnerabilidad que se presentan en el país, tienen que ver principalmente con los efectos del conflicto armado, inequidad, asuntos de gobernabilidad y grupos marginados.

Según el reporte, el cese al fuego y el proceso de paz mejoraron una serie de indicadores en el Índice de Paz Global 2017, sin embargo, se evidencia que el desplazamiento aumentó a pesar de los acuerdos con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), poniendo a las poblaciones ya vulnerables en un mayor riesgo de trata de personas con fines de explotación sexual y laboral forzada.

De acuerdo con Walk Free Foundation, los migrantes venezolanos corren el riesgo de ser sometidos a la esclavitud moderna en sus nuevos entornos y tienen pocas opciones para regresar a su país de origen. Foto: Getty Images.

El proceso de paz genera la posibilidad de visibilizar la problemática y explotarla. Dicho proceso incluye disposiciones especiales para reparar y reintegrar a los niños asociados con las FARC y no enjuiciar a los que tenían menos de 18 años cuando cometieron actos en el contexto de un conflicto armado. Sin embargo, los niños y niñas expuestos a este tipo de violencia a edades tempranas son vulnerables a una mayor explotación en el futuro, incluyendo el abuso sexual y físico. Muchos de estos niños soldados se sienten aislados cuando intentan reintegrarse a la sociedad y el riesgo de recaída entre los menores es mayor que entre los excombatientes adultos, con un mayor riesgo de regresar a una vida violenta”, asegura Grace Forrest fundadora y directora de Walk Free Foundation.

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Por otra parte, la investigación documenta la manera en que la actual crisis política y económica de Venezuela ha obligado a muchos a huir a ciudades regionales en Colombia atraídas por la perspectiva de empleo remunerado y prosperidad, para intentar obtener alimentos, medicinas y otros recursos. Estos migrantes corren el riesgo de ser sometidos a la esclavitud moderna en sus nuevos entornos y tienen pocas opciones para regresar a su país de origen.

“El papel que desempeña la migración en la agravación de la vulnerabilidad a la esclavitud moderna es ampliamente reconocido y reflejado en los datos de vulnerabilidad del estudio. Un análisis regional de las medidas de vulnerabilidad sugiere que hay un riesgo más alto de esclavitud moderna en América de lo que es evidente en los datos de prevalencia. A pesar de tener el segundo puntaje más bajo de vulnerabilidad (41%) a nivel mundial, la vulnerabilidad relacionada con la desigualdad fue más alta en América en comparación con todas las demás regiones, lo que refleja una creciente desigualdad de ingresos, problemas significativos asociados con los delitos violentos y una menor confianza en los sistemas judiciales, todo lo cual puede afectar desproporcionadamente a los migrantes”, sostiene Davina Durgana, estadística senior, coautora del reporte.

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