Sin embargo, a las siete de la noche del día de ayer la situación era caótica y miles de ciudadanos se encontraban apostados en calles, paraderos y estaciones del Sistema Integrado de Transporte. | Foto: org

Transporte

Bogotá en jaque por segundo día

La Alcaldía de Bogotá y los transportadores de servicio público no llegaron a ningún acuerdo en la primera jornada de conciliación tras las medidas adoptadas por el distrito.

21 de octubre de 2014

Pese a las medidas adoptadas por la Alcaldía Mayor de Bogotá para mitigar el paro de transportadores públicos, la ciudadanía terminó pagando los platos rotos de las diferencias entre la administración y los conductores de buses tradicionales.

Después de que los transportadores de servicio público en Bogotá apagaran los motores de 10.000 vehículos de transporte, el distrito optó, entre otras medidas, sacar a las calles 1.500 articulados de Transmilenio y 5.000 buses del Sistema integrado de Transporte Público (SITP) para mitigar el cese de actividades del transporte tradicional.

Sin embargo, a las siete de la noche del día de ayer la situación era caótica y miles de ciudadanos se encontraban apostados en calles, paraderos y estaciones del Sistema Integrado de Transporte, esperando subirse en alguno de los buses azules que circulaban por las calles capitalinas para poder llegar a sus destinos.

Mientras tanto, en la Alcaldía Mayor de Bogotá los dirigentes de la Asociación de Pequeños Transportadores (Apetrans) con las autoridades capitalinas abandonaban la mesa de negociación sin llegar a algún acuerdo en la primera jornada de conciliación, para levantar el paro de transportadores de servicio público.

Horas antes, la ministra de Transportes, Natalia Abello, había instado a las partes a que se sentaran en una mesa de negociación para que solucionaran cuanto antes la situación. De hecho, las vías  durante las primeras horas del paro dejaron 52 buses azules destruidos, algunos bloqueos en las localidades de Bosa, Keneddy y Ciudad Bolívar, con un saldo de ocho personas detenidas.

Hacia las 7:30 pm, los conductores de buses, busetas y colectivos se apostaban afuera de la sede del Gobierno Bogotano, alegando que el pico y placa para vehículos de transporte público los dejaría sin empleo.

Durante la jornada los líderes de las manifestaciones hicieron un llamado a los protestantes para que cesaran los ataques a los pocos buses que no se sumaron al evento, y dejaran de bloquear las vías de Bogotá, ya que esto podría afectar las negociaciones y darle un tinte violento a la jornada.

Hacia las 7:40 de la noche, la orden del presidente de Apetrans, Alfonso Pérez, a todos sus asociados, fue la de mantener los buses en los parqueaderos y las llaves en los bolsillos, hasta tanto el distrito no ceda en algunas de las demandas del gremio.