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El primero de mayo comenzó a operar el nuevo sistema de salud de los maestros promovido por el Gobierno de Gustavo Petro y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode). | Foto: NICOLAS LINARES

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Luis quedó sin atención médica en posoperatorio por cambio en sistema de salud de los maestros; ha gastado $800.000 en medicinas

Este paciente de 68 años se está gastando los ahorros en insumos médicos porque el Fondo del Magisterio no se los da.

Redacción Semana
10 de mayo de 2024

Luis Carlos Rodríguez tiene heridas de una cirugía de colon que no ha podido tratarse en cuidados posoperatorios por el cambio en el sistema de salud de los maestros. Por la falta de contratos del Fondo del Magisterio (Fomag) con la IPS que le trataba y la carente información que ha recibido en sus líneas de atención, está comprando los insumos médicos por su cuenta porque el sistema dejó de dárselos.

“En la Fiduprevisora improvisaron el empalme”, denuncia. Su proceso médico comenzó en agosto de 2023 cuando tuvieron que hacerle una colostomía en la que, por error, le perforaron el intestino y con ello el proceso de recuperación se alargó: su médico decía que tardaría un año de cuidados especiales hasta tener una nueva internación.

Desde entonces recibía curaciones cada cuatro días en su casa, con medicamentos e insumos médicos que ponía el Fomag y una IPS encargada de hacerle la curación en su vivienda para que no tuviera que trasladarse a un centro médico. Pero en días recientes su situación se agravó.

El primero de mayo comenzó a operar el nuevo sistema de salud de los maestros promovido por el gobierno de Gustavo Petro y la Federación Colombiana de Educadores (Fecode) y con ese anuncio también le llegó el mensaje de que su IPS no podría seguirle entregando los insumos para las curaciones porque se había quedado sin contrato.

“La EPS, a través de una entidad que la apoyaba, nos suministraba todos los medicamentos e insumos médicos. Pero me mandaron una carta en la que decían que no le renovaron contrato a Convatec, entonces ahora cada caralla y cada bolsa me vale 80.000. Ya los recursos no alcanzan. Si uno no los compra, ¿cómo le hacen la curación? Uno termina muriéndose”, lamenta Luis Carlos.

La IPS encargada de brindarle citas médicas era Servisalud y Convatec le suministraba los insumos médicos para que una tercera IPS lo visitara en casa para sanarle sus heridas. De esas tres entidades, la última es la única que no le ha suspendido el servicio porque Servisalud sólo le está brindando atención primaria (la misma que el Gobierno ha dicho que se mantiene vigente) pero que le es insuficiente porque necesita verse con su médico cirujano, con especialistas y programar una nueva cirugía.

Como lo único que no le suspendieron fue una IPS de clínica de heridas que le hace la curación cada cuatro días, le toca comprar los insumos médicos para que le puedan hacer esa sanación. En los diez días que lleva la implementación del sistema de salud se ha gastado poco más de 800 mil pesos sólo adquiriendo insumos médicos por su cuenta.

“Me comuniqué con el Fomag, con un call center, y ellos ni siquiera tienen la información de cuáles son los hospitales y las clínicas, no saben cuál es el alcance de lo que está pasando. Como quien dice: ‘Eso es problema suyo’”, denunció Luis Carlos.

El cirujano que lo operó tiene que volverlo a intervenir quirúrgicamente, pero ni a él ni a la clínica le han renovado el contrato. Entonces, desde el Fondo, le han dicho que tiene que ir a los hospitales del Distrito, que no quedan cerca de su casa, para programar una cirugía con un profesional de la salud nuevo que no conoce su caso.

¿Qué le puede ocurrir si no resuelven su caso? La respuesta que da Luis Carlos es contundente: “Pues me muero, fácil. Si yo no tuviera ahorros para poder pagar, estaría fregado”.

Además de esos 800 mil pesos en insumos médicos para que le puedan hacer las curaciones, en un día puede gastarse 40 mil pesos en contratar transporte para hacer diligencias en las oficinas del Fomag y tiene que pagar por una persona que le cuide en casa porque su cuadro médico es delicado.

La esposa de este paciente trabaja como rectora de un colegio ubicado a las afueras de Bogotá y por eso él, ingeniero de profesión, está afiliado al Fondo del Magisterio como beneficiario. Pero en su núcleo familiar no es el único que está presentando problemas, pues ella tuvo que dar 250 mil pesos en medicamentos porque la IPS a la que asistía no se los suministró por falta de contrato.

Luis Carlos Rodríguez contactó a SEMANA para contar su historia y pedir ayuda urgente con su caso, ya que en las oficinas y líneas de atención que dispuso el Gobierno para este tipo de situaciones no le han dado respuesta. Él está convencido de que en sus 68 años jamás había pasado por una situación de tanta incertidumbre porque su vida está en riesgo por cuenta del cambio en el sistema de salud de los maestros.