Sandra Gómez Presidenta de Findeter | Foto: foto: karen salamanca

FINDETER

Quién es la mujer detrás de la exitosa gestión de Findeter

En medio de la pandemia, el banco de desarrollo estatal trabaja con las regiones en reactivar obras, al apoyar su planeación y financiación.

7 de agosto de 2020

La Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter) tuvo en 2019 un año histórico en varios aspectos. En el plano financiero, alcanzó resultados inmejorables; corporativamente, se consolidó como una de las mejores empresas para trabajar en Latinoamérica; y en el aspecto operativo, se convirtió en un gran impulsor del desarrollo de las regiones.

Por eso, cuando llegó la pandemia Findeter estaba preparada. Algunas metas cambiaron no para reducir el nivel de ambición, sino para seguir impulsando los proyectos que llevan el desarrollo a las regiones, como lo ha hecho durante tres décadas.

Sandra Gómez, su presidenta desde octubre de 2018, dice que al asumir esta posición, el ministro de Hacienda le encargó mejorar la eficiencia, la rentabilidad y el nivel de ingresos de la entidad. Para 2021 tenía la meta de alcanzar una rentabilidad del 6 por ciento, luego de cerrar este indicador en 4,96 por ciento en 2018. Pero en 2019, dos años antes de lo previsto, la compañía reportó una rentabilidad del 6,05 por ciento.

La eficiencia, medida por la relación entre ingresos y gastos, también resultó mejor de lo esperado. El año pasado alcanzó el 1,4 por ciento debido a que aumentaron los ingresos, al mismo tiempo que bajaron los gastos. Y en ingresos, logró un crecimiento del 15 por ciento, por encima del 10 por ciento que esperaban.

No solo los avances financieros enorgullecen a la presidenta de la empresa; también verificar los positivos resultados para sus clientes finales, las entidades territoriales. Especialmente en momentos de crisis sanitaria, cuando el país no puede darse el lujo de quedarse parado.

Al cambiar algunas de sus prácticas, la entidad se ha convertido en pieza clave del desarrollo de las regiones. Una de las transformaciones consistió en pasar de hacer solo las estructuraciones a acompañar el proyecto completo.

Tradicionalmente, Findeter se encargaba de adelantar las labores de planeación en territorio, luego de definir con los gobernantes regionales las necesidades en materia de vías, acueductos, energía, sistemas de infraestructura o salud. Pero muchos de estos planes no terminaban ejecutados porque el alcalde o el gobernador no sabían qué hacer con esa planeación, o debían salir a conseguir los recursos financieros para concretarlos.

Ese problema se convirtió en una oportunidad para la entidad, que decidió fortalecer su labor como banca de inversión. Ahora no solo participa en el proceso de definir los proyectos, sino que además los estructura financiera, jurídica y técnicamente. Findeter contrata la obra y hace la interventoría y la supervisión, lo que implica “mayor transparencia y publicidad, pues tenemos el acompañamiento de los entes de control desde el primer momento”, dice su presidenta.

Esto les ha permitido estar presentes en grandes proyectos regionales como el Regiotram, que mejorará la movilidad de Bogotá y de varios municipios de Cundinamarca. En este caso planearon la obra, la estructuraron, e incluso apoyarán su financiación. Y en municipios de categorías 4, 5 y 6, es decir los de menos de 30.000 habitantes, estructurarán gratuitamente las iniciativas de gran envergadura.

Regiotram

Esta empresa, en la que el Estado participa con 93 por ciento y los departamentos con el resto, ha tenido en 2020 unos meses muy movidos. Hasta junio había entregado más de 3,4 billones de pesos en créditos, y todo indica que los desembolsos llegarán este año a 12 billones de pesos, por encima de los 9,7 billones proyectados.

A fin de mejorar la situación para las entidades territoriales, acaba de diseñar una política de alivios para otorgar hasta seis meses de plazo para pago de capital e intereses a quienes necesiten diferir los créditos.

Como banco de desarrollo, quieren transmitir las utilidades a los entes territoriales por medio de alivios para que paguen sus deudas; “porque queremos que vean que los apoyamos en las buenas y en las malas”, dice la ejecutiva.

Findeter actualmente estructura y participa en la contratación, interventoría y supervisión de todo tipo de obras que contribuyen al desarrollo regional. Van desde plantas de tratamiento de aguas residuales y saneamiento básico hasta colegios, parques, polideportivos, parques fotovoltaicos, sistemas de transporte para mejorar la movilidad de las ciudades y el alumbrado eléctrico.

El trabajo ha acelerado porque el año pasado, cuando se posesionaron los nuevos alcaldes y gobernadores, la entidad comenzó a apoyar los planes de desarrollo que ejecutarán en su periodo de cuatro años. La pandemia ha ocasionado algunos retrasos en las regiones, aunque esperan poder retomar su ritmo en el segundo semestre. Por eso, en medio de la crisis, el Gobierno aprobó, en uno de los decretos de emergencia, que la entidad pueda prestarles directamente para inversión a los entes territoriales, alcaldías y gobernaciones, con tasa compensada. Comenzarán a desembolsar estos recursos una vez estén estructurados los proyectos y cuenten con el aval del ministerio correspondiente.

Diciendo y haciendo

A lo largo de su vida profesional, la presidenta de Findeter ha tenido como una de sus premisas que la palabra mueve, pero el ejemplo arrastra. Por eso llega de primera al trabajo con el mayor compromiso, incluso en plena pandemia, cuando tiene un bebé de menos de tres meses.

A la hora de conformar sus equipos laborales, prefiere escoger a las mejores personas en todos los ámbitos profesionales. Porque asegura que de eso dependen los buenos resultados.

Está convencida de que la inclusión y un buen ambiente de trabajo determinan si las organizaciones cumplen sus objetivos. En el primer caso, en su grupo de 550 colaboradores, hay una participación femenina del 65 por ciento, lo que convierte a esta institución en una de las más inclusivas del sector público.

Y en materia de clima laboral, el año pasado Findeter estuvo entre las mejores entidades para trabajar en América Latina, al ocupar el puesto 21. Pero este año ascendió al 13, y se ubicó en el quinto lugar para las mujeres. Además, está certificada como empresa familiarmente responsable. Esto implica un compromiso real de garantizar que no haya discriminación alguna por género, etnia ni edad. En efecto, está convencida de que los equipos con varios saberes y experiencias aportan más al resultado.

Tiene una meta clara junto con su grupo: en un año atípico, buscarán cuidar la eficiencia, controlar los gastos y, sobre todo, crear valor para las entidades territoriales. Todo ello para garantizar el papel de Findeter en la reactivación regional.