Un equipo de expertos se encarga de monitorear diariamente el compartimento y salud de las abejas.
Un equipo de expertos se encarga de monitorear diariamente el compartimento y salud de las abejas. | Foto: Cortesía: Ecoparque Sabana- Fundación Jaime Duque.

CONSERVACIÓN

Así es el santuario para abejas del Ecoparque Sabana, en el Jaime Duque

La meta es tener 25 colmenas en este espacio que, entre otras cosas, será fundamental para acelerar el proceso de restauración de los humedales y el bosque de la zona.

4 de noviembre de 2021

La abejas son clave para la biodiversidad del planeta. Estos pequeños insectos contribuyen a la supervivencia de muchas especies de plantas que se reproducen y mantienen gracias a ellas, además de ser esenciales en la seguridad alimentaria.

De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), sin la ayuda de las abejas la capacidad de alimentar a millones de personas entraría en crisis, ya que son muchas las frutas y verduras que dependen del trabajo de estos insectos. Las cifras indican que al menos un 70 % de los cultivos alimentarios del mundo dependen de polinizadores como las abejas, además de aves y murciélagos que también cumplen ese rol.

Alrededor de 30.000 abejas mieleras pueden vivir en una sola colmena.
Alrededor de 30.000 abejas mieleras pueden vivir en una sola colmena. | Foto: Cortesía: Ecoparque Sabana- Fundación Jaime Duque.

Entendiendo su importancia, la Reserva Natural Ecoparque Sabana de la Fundación Parque Jaime Duque, decidió crear un santuario para la protección de las abejas mieleras. Este recinto está destinado exclusivamente para salvaguardar a estos insectos y, a largo plazo, que ellas ayuden a recuperar bosques y humedales de la zona.

Las operaciones en este espacio apícola se iniciaron en agosto de 2021, con el fin de recuperar las abejas que estaban dispersas en las 70 hectáreas que conforman la reserva del Ecoparque, una zona que por muchos años fue afectada por la constante ganadería y contaminación.

Darwin Ortega es director del Ecoparque Sabana, ubicado dentro de las instalaciones del Parque Jaime Duque, en el municipio de Tocancipá. Con más de 17 años de experiencia en restauración de ecosistemas, este ingeniero ambiental se ha encargado de recuperar humedales como el Córdoba, Arrieros y Jaime Duque, estos dos últimos ubicados en la reserva.

Actualmente, lidera el proceso de restauración en el Ecoparque con ayuda de varios expertos para recuperar la fauna y flora afectada por las actividades humanas en este territorio.

“El objetivo no es obtener unos resultados económicos, sino ver cómo inciden las abejas en la restauración ecológica dentro del proceso de conformación de un bosque de 70 hectáreas que inició hace 4 años”, explicó Ortega, quien encontró en estado crítico los humedales de la zona.

Desde 2017, empezó la recuperación de estas hectáreas de bosque y cuerpos de agua ubicados en Tocancipá. Durante este proceso, dos colmenas se habían instalado en antiguos establos, lo que impulsó a los miembros del Ecoparque a crear y planear en detalle lo que sería el santuario para abejas.

Actualmente, tienen siete colmenas, pero el objetivo es llegar a 25. Este ejercicio tiene el apoyo del Refugio de Vida Nativa en Firavitoba Boyacá y Jorge Tello, profesor de la Universidad Nacional y experto en apicultura.

El objetivo futuro de la reserva es albergar alrededor de 25 colmenas, las cuales harán parte de un proceso educativo sobre su protección.
El objetivo futuro de la reserva es albergar alrededor de 25 colmenas, las cuales harán parte de un proceso educativo sobre su protección. | Foto: Cortesía: Ecoparque Sabana- Fundación Jaime Duque.

¿Cómo ayudan las abejas a recuperar humedales?

Estos pequeños insectos ayudan a mantener el equilibrio de muchos ecosistemas, pero están constantemente amenazados por factores como la contaminación y destrucción de sus hábitats por la urbanización. A raíz de esto, muchas se ven obligadas a reubicarse para poder subsistir, de ahí la importancia de crear espacios atractivos de vegetación con flores para los polinizadores

Para el Ecoparque, el actuar humano no deja de ser un obstáculo. Fernando Castro, curador de aves y quien lidera el santuario de abejas, considera que el reto más grande son las actividades humanas y sus consecuencias en estos insectos y sus ecosistemas. “Generalmente las personas les suelen prender fuego a las abejas y sus colmenas o las extraen de manera inadecuada de sus panales. Nosotros queremos trasladarlas correctamente”, comentó.

Las abejas cumplen un papel importante en la recuperación de humedales como Arrieros y Jaime Duque, ubicados en el Ecoparque. Para Castro, con la proliferación de estos insectos habrá más polinización, mejores frutos y más semillas que van a fomentar el crecimiento de más flora. Esto, con el tiempo, ayudará a recuperar los cuerpos de agua de la zona que alguna vez fueron contaminados.

En una colmena puede haber hasta 30.000 abejas que recolectan polen y ayudan al proceso de germinación. Esto genera más semillas y, a su vez, aumenta la presencia de fauna y la recuperación natural de los bosques. Además, mejoran los suelos, el clima y el oxígeno. Son cruciales para el funcionamiento de los ecosistemas”, dijo Darwin Ortega en referencia a la importancia de las abejas.

Debido a la acción humana, muchas colmenas de abejas suelen estar en riesgo de desaparecer.
Debido a la acción humana, muchas colmenas de abejas suelen estar en riesgo de desaparecer. | Foto: Cortesía: Ecoparque Sabana- Fundación Jaime Duque.

Actualmente, el Ecoparque Sabana realiza visitas grupales cerradas al santuario. Sin embargo, el objetivo para el primer trimestre de 2022 es crear una cúpula o domo donde los visitantes puedan interactuar con las abejas. También ofrecerán talleres a turistas y poblaciones locales sobre la importancia de las abejas, su conservación y los beneficios que traen a nivel productivo.

Pese a llevar poco tiempo con el santuario, Ortega explicó que las abejas serán fundamentales para la recuperación total de los humedales Arrieros y Jaime Duque, dos cuerpos de agua severamente afectados por actividades agropecuarias en la sabana de Bogotá.