Las comunidades, junto con guardaparques y otras entidades se han dado a la tarea de cuidar a los ejemplares de esta especie. Foto: PNN

Día Mundial de las Tortugas Marinas

Tortugas marinas: ¿por qué se celebra el 16 de junio el día mundial de estos animales?

La UICN recoge en su lista roja a siete especies de tortugas amenazadas por factores como la basura oceánica, la pesca con redes y el cambio de temperatura en los mares.

16 de junio de 2021

El 16 de junio de cada año se celebra el Día Mundial de las Tortugas Marinas. El objetivo de esta celebración es concientizar a las personas sobre la reducción de las poblaciones de esta especie y su desaparición progresiva. La actividad humana se ha convertido en una constante amenaza para estos animales, por eso lo que se haga ahora para protegerlos será clave para su supervivencia en el futuro.

El consumo de su carne, así como el tráfico de partes como el caparazón y aletas son de las mayores problemáticas de estos quelonios. Sin embargo, no son las únicas.

La basura y especialmente el plástico que llega a los océanos, la pesca con redes donde quedan atrapadas, el cambio en la temperatura de los océanos y el aumento del turismo en las playas donde desovan, hacen que estos animales estén cada vez más amenazados.

La celebración de esta fecha coincide con el nacimiento en el año 1909 del conservacionista de tortugas marinas Archie Carr, cuya labor contribuyó a la protección de esta especie. Este hombre de Alabama luchó durante toda su vida por el mantenimiento de las poblaciones de tortuga, principalmente en Costa Rica.

Tortugas marinas
Las tortugas marinas son clave en los ecosistemas en los que habitan | Foto: Ministerio de Ambiente

La tortuga es uno de los animales más antiguos del planeta. Llevan habitando los ecosistemas marinos hace más de 200 millones de años enriqueciendo la biodiversidad. En el territorio nacional hay cinco de las siete especies que habitan en todo el mundo y hacen presencia en el Chocó y en el Caribe colombiano.

En el marco de la celebración de esta fecha, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible invita a los colombianos a aumentar su conciencia ambiental y frenar la desaparición progresiva de estos animales.

Todas son de gran importancia para la protección de ecosistemas marino-costeros ya que están en el tope de las redes tróficas (controlan el crecimiento de esponjas en arrecifes de coral, así como el de pequeños crustáceos e incluso medusas); además, promueven el flujo de energía entre el mar y la tierra en razón a que hacen largas migraciones y ocupan variedad de hábitats.

Estas especies, por lo general, se encuentran en las áreas de reproducción en invierno y en las de alimentación en verano, suelen arribar a las costas del Caribe y del Pacífico, a las playas continentales e insulares para realizar sus procesos reproductivos y de anidación.

Según la organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés) y el Instituto de Investigaciones Marinas y Costeras (Invemar), la mayoría de estas especies de tortugas marinas están clasificadas como en peligro de extinción, por lo que el llamado ahora más que nunca es a protegerlas.

Estas son las cinco especies que los ciudadanos pueden proteger en el país para evitar su extinción.

Carey (Eretmochelys imbricata)

Puede medir 95 centímetros de largo. Tiene una cabeza angosta con un pico recto y puntiagudo que les permite cortar y alcanzar su alimento entre grietas. Los adultos son especialistas en el consumo de esponjas y erizos. Las escamas o escudos del caparazón están imbricados y con bordes aserrados, con vetas marrón oscuro o ámbar.

Verde (Chelonia mydas)

Es la segunda tortuga marina más grande. Tiene cabeza pequeña y roma con dos escamas prefrontales y cuatro postorbitales, su caparazón es oval, liso y deprimido en el margen, sin ser aserrado. El plastrón o parte ventral es blanco, característica distintiva de sus crías. Son herbívoras, consumen algas y pastos marinos, encontrándose asociadas a zonas de arrecifes de coral y praderas de fanerógamas marinas.

La tortuga verde está al borde de la extinción debido a la caza indiscriminada. Foto: Corpoguajira.

Caguama (Caretta caretta)

La caguama, boba, gogó o cabezona puede alcanzar hasta 124 centímetros de largo. Su cabeza es relativamente grande respecto al cuerpo. Tiene una musculatura fuerte para romper caparazón y conchas de sus presas, que suelen ser caracoles, bivalvos, crustáceos, entre otros.

Laúd (Dermochelys coriácea)

Es la tortuga marina más grande, puede alcanzar hasta 180 centímetros de largo del caparazón y pesar hasta 500 kg. Su cuerpo no tiene escamas epidérmicas, en su lugar presenta una cubierta de tejido suave y liso con textura semejante al cuero, de ahí que su nombre científico se relacione con piel y cuero. Tiene aletas delanteras muy largas y fuertes.

Golfina (Lepidochelys olivácea)

También se conoce como tortuga olivácea por la tonalidad de su caparazón, verde oliva o gris oscuro, y su plastrón o parte ventral color crema. Es de las más pequeñas, alcanzando solo alrededor de 70 centímetros de largo. Su caparazón es casi circular, con seis o más escudos laterales; frecuentemente es asimétrica, lo que la diferencia de las demás. Se alimenta principalmente de cangrejos, almejas, mejillones y camarones.