Ciencia
Científicos advierten sobre una nueva amenaza en Marte que podría complicar futuras exploraciones espaciales
Un estudio europeo muestra que los remolinos de polvo marcianos alcanzan hasta 158 km/h, un dato clave para planificar futuras misiones al planeta rojo.
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Un nuevo estudio revela que los vientos en Marte son mucho más fuertes de lo que se creía, alcanzando velocidades de hasta 158 kilómetros por hora. Este hallazgo resulta clave para planificar futuras misiones espaciales y el diseño de módulos y rovers capaces de resistir las duras condiciones del planeta rojo.

El análisis, publicado en Science Advances por un equipo liderado por la Universidad de Berna, utilizó imágenes captadas por las naves Mars Express y ExoMars Trace Gas Orbiter de la Agencia Espacial Europea (ESA). Los investigadores rastrearon más de mil remolinos de polvo y analizaron imágenes estereoscópicas para medir sus direcciones, tamaños y velocidades.
Las imágenes estereoscópicas –tomadas con segundos de diferencia desde el mismo punto– permitieron observar cómo el polvo se eleva y se desplaza por la superficie marciana. Los resultados muestran que los remolinos de polvo pueden alcanzar velocidades de hasta 158 km/h, muy por encima de los registros anteriores, que apenas superaban los 50 km/h.
Desafío para futuras misiones
Al igual que en la Tierra, estos remolinos son más comunes durante la primavera y el verano marcianos, y se forman sobre todo entre las 11:00 y las 14:00 horas locales. Duran pocos minutos, pero su intensidad puede levantar grandes cantidades de polvo, afectando la visibilidad y la distribución de partículas en la atmósfera.
Según el investigador Valentin Bickel, estos vientos podrían transportar mucho más polvo del que se estimaba, alterando el clima marciano y representando un desafío técnico para futuras misiones. Conocer su comportamiento permitirá calcular cuánto polvo se acumulará en los paneles solares de los rovers y ajustar su capacidad de limpieza.

La ESA ya utiliza esta información para planificar la llegada de su próximo rover, ExoMars Rosalind Franklin, previsto para 2030, con el objetivo de evitar el aterrizaje durante la temporada de tormentas globales. A diferencia de la Tierra, donde la lluvia limpia el aire, el polvo marciano puede permanecer en suspensión durante semanas, recorriendo todo el planeta.
*Con información de DW.