| Foto: AP

DISPOSITIVOS

La familia multimillonaria coreana detrás de Samsung

La compañía surcoreana enfrenta una de las peores crisis de su historia. Pero, ¿quién está detrás de la empresa y cuál es su historia?

Alianza BBC
10 de octubre de 2016

Lee Kun-hee tiene 73 años y es el hombre más rico de Corea del Sur. Es el dueño del chaebol (en español, "negocio familiar") más importante del país, más conocido fuera de sus fronteras por ser el mayor vendedor de smartphones del mundo: Samsung.

En la nación asiática, la empresa también construye barcos, casas, hoteles y hospitales, comercializa seguros de vida y gestiona parques temáticos y canchas de golf.

Según Bloomberg, controla el 17% de su Producto Interno Bruto (PIB). El único hijo varón de Lee Kun-hee, Lee Jae-yong, de 48 años, es hoy día el vicepresidente de la compañía.

Y aunque, técnicamente, no puede asumir el cargo de presidente de manera oficial hasta que su padre fallezca, cada vez controla más el negocio.

Acaba de ser nominado por los accionistas para que se una al consejo de administración y asuma el puesto de director operativo. Desde que a Lee Kun-hee le dio un infarto al corazón en mayo 2014, su estado de salud es delicado. Y ahora también parece estarlo el de la empresa.

Debido a la reciente polémica por las explosiones de baterías del Galaxy Note 7, Samsung se enfrenta a una de las peores crisis de su historia. De hecho, acaba de anunciar que ha decidido dejar de fabricar el celular por el momento.

Para algunos, la única solución pasa por reestructurarse y dividirse. Y la propuesta ya está sobre la mesa.

Pero ¿cómo empezó todo y de qué manera podría evolucionar? 

La dinastía Samsung y el "plan de sucesión"

Samsung lleva muchos años liderando la economía en Corea del Sur. En la actualidad, produce casi una quinta parte de las exportaciones totales del país y es una de las 10 mayores marcas fabricantes del mundo (y una de las más innovadoras).

Desde 2012, lidera las ventas de telefonía móvil. Pero sus inicios fueron mucho más modestos.

El gigante tecnológico nació en 1938 como un pequeño negocio familiar a manos de Lee Byung-chul, quien se dedicaba a la venta y exportación de pescado, frutas y verduras. Y no entró en el mundo de la electrónica hasta fines de la década de 1960.

Entonces, comenzó a expandirse. En 1987, uno de los hijos de Lee Byung-chul, Lee Kun-hee asumió el poder, dos semanas después del fallecimiento de su padre.

A medida que crecía la empresa, Lee Kun-hee ideó un plan de sucesión para garantizar que una tercera generación de su familia quedaría al frente de la empresa más importante de Corea del Sur.

Pero en el caso de los chaebol, la sucesión es una cuestión compleja, pues no se puede heredar un cargo hasta que no fallece quien lo ostenta en ese momento.

¿Cómo lo hizo?

"Samsung llegó a ser líder mundial porque pudo mantener el control de la gestión lejos de las influencias externas", dijo en 20144 Kim Houng Yu, de la Escuela de Administración de la Universidad de Kyung Hee, en Seúl.

Los escándalos

Pero, antes de caer enfermo, Kun-hee ya había protagonizado algunas controversias.

En 2008 renunció a su cargo, luego de haber sido acusado por evasión de impuestos. Dos años más tarde, se puso de nuevo al frente de la firma tecnológica. Fue indultado por el gobierno surcoreano (de la condena de tres años de prisión) y no llegó a pisar la cárcel.

Y en 2010 comenzó un pleito, esta vez en los tribunales, contra Apple, por el supuesto robo de unas patentes, que se acabó convirtiendo en un proceso que duró años

Poco después, en 2013, el presidente de Samsung se vio envuelto en una disputa familiar contra uno de sus hermanos por el control de las acciones de la compañía.

Y este verano se hicieron oficiales las investigaciones ante acusaciones por contratar servicios de prostitutas, algo que salió a la luz tras la publicación de un video en internet y que es penado con cárcel o multa económica en su país.

Ahora, quien está al frente es su hijo. Al menos, en la práctica.

Paul Singer y el "plan de división"

Pero Jae-Yong lleva, en realidad, trabajando a la sombra de su padre desde 1991. Y especialmente desde 2014, cuando éste quedó hospitalizado tras el ataque cardíaco.

Y, mientras tanto, la lucha entre la familia y algunos accionistas por el control de la empresa se ha ido incrementando.

El año pasado, hubo polémica cuando Jae-yong propuso la fusión de las principales filiales del grupo: la textil Cheil Industries (de moda y productos químicos) y Samsung C&T (ingeniería y construcción).

Entonces, el magnate estadounidense Paul Singer -del fondo de inversiones Elliot Management, al que pertenecía, NML, uno de los "fondos buitre" que más duro litigó contra Argentina estos últimos años- se interpuso, instando a los accionistas a votar "no" a ese movimiento estratégico.

Singer consideró que la medida perjudicaba los intereses de los accionistas y solo beneficiaba a la familia Lee.

La campaña de Samsung fue feroz, controlando las portadas de la mayor parte de los diarios del país con un anuncio dirigido a sus accionistas para que apoyaran la medida. Al final, Singer no logró bloquear la fusión, a pesar de pelearse públicamente con Jae-Yong, algo insólito en el país.

Pero Singer ha vuelto a la carga. Y esta vez quiere reestructurar radicalmente el negocio para revitalizar las acciones de la compañía y separar la empresa en dos, creando una sociedad operativay una holding.

El acuerdo también implicaría que Samsung le pague a cada uno de sus accionistas (él incluido) una suma sustancial y "dividendos regulares".

Algunos dicen que "Lee junior" podría estar de acuerdo, pues le permitiría librarse de los enormes impuestos de la herencia, sin evitar que su familia pierda el control totalmente.

De momento, Samsung ha dicho que estudiará la propuesta.