"Libérense de la adicción al celular": la invitación del papa a los jóvenes

Un elemento fundamental en la vida de hombres y mujeres es el teléfono celular. Este dispositivo se ha convertido en la principal manera en que las nuevas generaciones se conectan, haciendo que muchas veces se aparten del mundo real.

Este sábado, el papa Francisco, en una audiencia con los alumnos de la Escuela Ennio Quirino Visconti, célebre institución educativa heredera del Colegio Romano, se refirió al tema.

“Libérense de la adicción al celular, por favor. Seguramente han oído hablar del drama de las adicciones. Esta es muy sutil”, manifestó el pontífice.

El papa aclaró que el celular es una herramienta importante pero que también se puede convertir en una droga: “El celular es para la comunicación: es muy bueno comunicar entre nosotros". Cada vez más la ‘nomofobia‘, o adicción al celular, es considerada por más psicólogos y expertos en adicciones, una enfermedad. 

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El santo padre también aprovechó el encuentro para recalcar la importancia de la escuela como mecanismo de aprendizaje y como un espacio que, a diferencia del tipo de conectividad que permiten los celulares, implica una conexión uno a uno: “La escuela es un bien de todos y debe seguir siendo una fragua en la que se educa a la inclusión, al respeto por la diferencia, a la colaboración”.

Además, el pontífice resaltó que deben acogerse las diferencias culturales y aprovecharlas para que se enriquezcan mutuamente: “El diálogo entre culturas diferentes, entre las personas diferentes enriquece a un país, enriquece a la patria y nos hace avanzar en el respeto recíproco, nos hace ir adelante mirando hacia una tierra para todos, no solamente para algunos”.

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A su vez, el santo padre reflexionó sobre la importancia del desarrollo de la educación y de que lo se enseñe esté enmarcado en la búsqueda de la verdad.

“Cuando no hay libertad no hay educación, no hay futuro. Cuando no hay una búsqueda honesta de la verdad, sino una verdad impuesta que te quita la capacidad de buscar la verdad, no hay futuro: te anula como persona”.

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Finalmente, en su discurso, que como siempre estuvo orientado a los jóvenes, el Papa también invitó a meditar  sobre el problema del acoso escolar, y animó a los estudiantes a “luchar contra esa agresividad que es verdaderamente una semilla de guerra”.