Ciencia

Liliana Villarreal, la colombiana detrás del arte de traer a los héroes de vuelta: la misión lunar que puede cambiarlo todo

En 2026, la humanidad volverá a cumplir un hito: la primera misión tripulada en más de 50 años que viajará alrededor de la Luna.

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David Alejandro Rojas García

David Alejandro Rojas García

Periodista en Semana

13 de diciembre de 2025, 4:20 a. m.
Más de medio siglo después del Apolo 17, la Nasa se prepara para volver a llevar astronautas alrededor de la Luna en una misión donde la seguridad será el mayor desafío. | Foto: NASA

A más tardar en abril de 2026, la Nasa lanzará la misión Artemis II, el primer vuelo tripulado alrededor de la Luna desde 1972, cuando el Apolo 17 completó su histórica tarea.

Esta nueva aventura no solo pone a prueba la nave Orión y el Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS), sino que también plantea un desafío crítico: proteger la vida de los astronautas en un viaje en el que cada segundo y cada decisión cuentan.

Dada la magnitud de esta responsabilidad, SEMANA conversó con la cartagenera Liliana Villarreal, directora de Aterrizaje y Recuperación de Artemis II en el Centro Espacial Kennedy de la Nasa, en Florida.

Entre la espera más intensa: el día a día de quien asegura la vida de la tripulación

Su rol es crucial para que la histórica misión lunar culmine de manera segura, garantizando que los astronautas regresen a la Tierra tras su viaje alrededor de la Luna.

El cargo de la colombiana no es uno cualquiera. Villarreal explica que su trabajo combina planificación, coordinación y anticipación de imprevistos, siempre con un objetivo claro: que la tripulación vuelva a la Tierra sana y salva.

El cargo que ocupa Liliana Villarreal es determinante para que la tripulación vuelva a casa tras rodear la Luna.
La tripulación de Artemis II (de izquierda a derecha): Jeremy Hansen, especialista de misión de la CSA (Agencia Espacial Canadiense); Christina Koch, especialista de misión; Victor Glover, piloto; y Reid Wiseman, comandante. | Foto: NASA/Rad Sinyak

La mayor parte de su tiempo transcurre entre papeles y pantallas en la oficina del Centro Espacial Kennedy, donde revisa requerimientos, productos, procedimientos y planes de entrenamiento.

Pero no todo es oficina: Villarreal viaja con frecuencia a bases militares y otros centros de la Nasa, participando en entrenamientos y reuniones con los distintos equipos que hacen posible la misión.

Aun con tanta preparación, hay un momento que mantiene a todo el equipo en tensión: la espera del amerizaje, cuando la nave entra en la atmósfera, y la incertidumbre sobre cómo responderán los elementos y el clima se hace más presente.

“El momento que podría resultar más desafiante en la misión es la espera del amerizaje después de que la nave entre en la atmósfera”, reconoce Villarreal.

Recuerda que en ese instante cada segundo y cada decisión cuentan.

Lecciones del pasado: cómo Artemis I prepara el camino para los astronautas

Antes de enviar humanos, la Nasa necesitaba asegurarse de que todo funcionara a la perfección. Artemis I, la misión no tripulada, fue ese primer ensayo crítico.

Su vuelo, de acuerdo con la Nasa, superó expectativas, y la experiencia dejó aprendizajes esenciales para Artemis II. De acuerdo con Villarreal, cuando el vehículo regresó a la Tierra y se colocó sobre la cubierta del barco de la Marina, “pudimos ver la magnitud del desgaste del escudo térmico”. Y agrega: “Esto se convirtió en un desafío técnico para la Nasa, ya que tuvimos que investigar la causa raíz y decidir qué hacer para Artemis II”.

El primer vuelo no tripulado dejó lecciones técnicas que hoy marcan el rumbo de Artemis II.
El desgaste del escudo térmico encendió alertas tras el regreso de la misión Artemis I. (amerizaje Artemis I) | Foto: NASA/Kim Shiflett

La experta también señala que hay personas brillantes del equipo, quienes lograron identificar la razón y garantizar que la nave pudiera volar en Artemis II.

El desafío de traer a los astronautas a salvo

La misión tripulada que volverá a marcar un hito para la humanidad y la historia de la navegación espacial no solo representa el regreso del ser humano a las cercanías de la Luna después de más de 50 años, sino también enfrentar retos únicos en la fase de recuperación de la nave.

“El clima será uno de los factores que vigilaremos de cerca. La nave y nuestro equipo están diseñados para operar en condiciones de mar más agitado que otras naves, por lo que estamos preparados, aunque la recuperación sería más fácil si aterrizáramos en mares tranquilos”, afirma Villarreal.

La misión lunar contempla escenarios de amerizaje más complejos que en vuelos anteriores.
El clima y el estado del mar serán determinantes en la recuperación de la nave. (Reid Wiseman y Victor Glover, dentro de la maqueta de la nave espacial Orión durante el entrenamiento) | Foto: NASA/Mark Sowa

La fecha y hora de regreso dependen de la dinámica orbital de la misión, lo que significa que el equipo no puede controlar completamente las condiciones en las que la nave amerizará. La estrategia consiste en seleccionar puntos de aterrizaje que ofrezcan las mejores condiciones posibles, incluso si se encuentran lejos del sitio principal cerca de San Diego.

“Por eso estamos muy agradecidos de contar con el apoyo de la Marina”, añade la colombiana. Destaca la colaboración imprescindible entre la Nasa y las fuerzas militares para certificar que cada paso del regreso sea seguro.

Tecnología que hace posible “flotar” una nave hacia la seguridad

Artemis II no solo se distingue por llevar humanos de regreso a las cercanías de la Luna, sino también por la innovación tecnológica que garantiza la recuperación de la nave.

Entre estas herramientas, una de las más sorprendentes es el sistema de monitoreo de olas (WMS). Liliana señala que este fue diseñado por la Nasa y sus contratistas; además, tal sistema ayuda al capitán del barco de la Marina a posicionar la nave en la orientación ideal, asegurando que la cubierta permanezca lo más estable posible mientras la nave flota hacia el barco.

“Sin esta capacidad, las operaciones podrían volverse muy riesgosas”. Explica que la nave Orión es más grande y pesada que las de las misiones Apolo.

La preparación que salva vidas

Para garantizar el éxito de Artemis II, Villarreal y su equipo han llevado la preparación al límite de la precisión y la coordinación. Desde Artemis I, los entrenamientos se han multiplicado, afinando cada detalle de la recuperación de la nave y la tripulación.

“Hicimos tres pruebas de recuperación en altamar con la Marina, refinando nuestros conceptos y procedimientos para la tripulación, ya que no los habíamos practicado antes de Artemis I”.

Pero la preparación no se limita al mar. Liliana afirma que también se realizaron demostraciones de rescate a gran escala con la Fuerza Aérea, simulaciones de comunicaciones y ejercicios en el Laboratorio de Flotabilidad Neutral (NBL), donde la tripulación y los ingenieros recrean condiciones de ingravidez y emergencia.

La Nasa reforzó su plan con ejercicios que no se limitan a escenarios marítimos.
Astronautas de Artemis II realizando ejercicios de evacuación de emergencia en el Centro Espacial Kennedy. | Foto: NASA/Kim Shiflett

Cada fase culmina en un evento especial llamado Just in Time Training, en el que se entrena al barco asignado y a su tripulación antes de la misión a fin de que todos estén sincronizados y listos para cualquier contingencia.

“El equipo siente la emoción de estar cerca de ejecutar esta misión. Me siento muy afortunada de contar con un equipo tan increíble; son los mejores que tiene la Nasa”, añade Villarreal.

Presión y humanidad: el equilibrio detrás de cada decisión

Trabajar en Artemis II implica una responsabilidad que pocos pueden imaginar: cada decisión de Villarreal y su equipo impacta directamente la seguridad de los astronautas.

Manejar esa presión requiere: disciplina, autocuidado y un fuerte sentido de compromiso.

“Lo manejo lo mejor que puedo y, ciertamente, no soy perfecta en ello, pero lo intento. Hay momentos en que, realmente, necesito parar y tomar un descanso para estar en mi mejor nivel. Nuestro trabajo impacta la seguridad de los astronautas y no lo tomamos a la ligera”, explica Villarreal.

Artemis como trampolín para los sueños más grandes

“Creo que Artemis será igual de inspirador que Apolo, especialmente después de aterrizar en la Luna y permanecer allí”.

Para la colombiana, Artemis II y las misiones futuras no solo representan un avance tecnológico, sino también una oportunidad para inspirar a toda una generación a soñar en grande. La visión de explorar otros mundos comienza en la Luna, donde cada aterrizaje y aprendizaje allana el camino hacia Marte.

“¡Es muy emocionante! Si podemos aterrizar en la Luna y aprender a vivir allí, estaremos listos para Marte. No puedo esperar a ver a la primera persona pisar Marte y estoy segura de que será en mi vida. Por eso, Artemis es tan importante”, comparte Villarreal con entusiasmo.

Cómo Artemis II mejora nuestra vida cotidiana

Aunque Artemis II se centre en la exploración lunar, Villarreal indica que los avances desarrollados para el espacio tienen un impacto directo en la vida diaria. Cada innovación, cada procedimiento diseñado para la seguridad de los astronautas, puede terminar transformando la manera en que se vive en la Tierra.

La directora de Artemis II defiende que los desarrollos espaciales generan beneficios inesperados en la sociedad.
Villarreal afirma que las tecnologías espaciales terminan aplicándose en soluciones para la Tierra. | Foto: AFP

“Todo lo que hacemos en la Nasa es para el beneficio de la humanidad, por eso amo esta agencia gubernamental. Puede que a algunos no les parezca, pero todos los avances tecnológicos y soluciones que desarrollamos para viajar al espacio terminan siendo aplicables para la vida en la Tierra, con beneficios sorprendentes”, explica Villarreal.

Para ella, esta misión representa la posibilidad de inspirar a futuras generaciones, abrir caminos hacia Marte y demostrar que los avances espaciales pueden beneficiar directamente a la Tierra.