Las redes 4G mejoran la arquitectura de ciudades

Una de las mayores dificultades que enfrentan los operadores de telefonía móvil para ampliar su cobertura o mejorar la señal es encontrar dónde instalar las torres con las antenas.

A menor cantidad de antenas, es menor la replicación de señal y la cobertura. Esta lógica aplica para explicar la caída de llamadas y la desconexión en los planes de datos.

Hoy en las ciudades ocurren dos fenómenos: De un lado, prácticamente no hay espacio para ubicar nuevas torres o nuevas antenas. De otro lado, los alcaldes de algunas poblaciones medianas y pequeñas especialmente, no permiten la instalación de antenas porque las consideran perjudiciales para la salud de los ciudadanos.

Esto también ocurre cuando un operador intenta negociar con los administradores de los edificios para que les permitan ubicar torres en las azoteas. Aquí la negativa se debe a que consideran que dañan la estética de la propiedad y prefieren no otorgar el permiso.

¿Sin antenas ni torres cómo se puede garantizar un buen servicio? Hay zonas de las ciudades donde es particularmente difícil llegar con buena señal y se deben ubicar varias antenas para poder prestarles servicio de voz y datos a los habitantes o visitantes del lugar.

Esto se presenta en áreas donde hay edificios muy antiguos que obstaculizan la transmisión de tráfico de señal por tener paredes muy robustas, o en áreas con dificultades geográficas como pendientes o montañas o donde hay alta concentración de usuarios en un mismo lugar como en las universidades, estadios y centros comerciales.

La tecnología 4G permite no solo conectar usurios con celulares sino hacer funcionar lo que se conoce como internet de las cosas, que consite en tener máquinas conectadas para que hagan trabajos autónomos y a distancia. Por eso hoy más que nunca es necesario que la cobertura llegue a todos las rincones.

Mejores antenas
El vicepresidente de soluciones y mercadeo de Huawei Colombia, Iván Herrera, explica que una tendencia mundial es que los constructores diseñen los edificios de la mano con los operadores de telefonía. Esto les asegura contar con un espacio en las nuevas edificaciones.

La instalación de las antenas corre por cuenta de cada operador celular. Cada empresa debe acatar las condiciones de arquitectura y diseño que le impongan los dueños o responsables de cada edificio, para que la antena se integre de la mejor manera al inmueble.

Para evitar el conflicto de la armonía y la estética de las torres metálicas sobre los edificios, ahora los operadores utilizan la propia altura de los edificios para instalar las antenas y aprovechar la cobertura que puede alcanzar. Así, en vez de instalar torre, las antenas hacen parte del mismo entorno del edificio.

Por ejemplo, en zonas con demasiada concentración de gente como el Salitre o el Parque de la 93, las antenas que se ubican en edificios con buena altura pueden cubrir a muchos más usuarios.

Los fabricantes de infraestructura de redes cada vez construyen antenas más pequeñas, livianas, adaptables y con una apariencia más amigable ya que si bien, una antena tradicional que se instala en una torre no requiere componentes estéticos, las de los edificios sí.

Ya es común encontrar antenas internas 4G en los edificios del Senado y Cámara en Bogotá, así como en centros comerciales y torres de oficinas.

Desde la arquitectura
El arquitecto Andrés Correa, participó en el diseño y construcción de un hotel en la zona del Salitre, en Bogotá que arrendó espacios para la instalación de antenas de un operador celular.

A su juicio, la mejor ubicación para instalar una antena es en el centro de las terrazas o jardines superiores de los edificios ya que queda camuflada y serpa difícil verla.

El color es otro aspecto importante. Por eso para evitar un choque entre la antena y el diseño, se está teniendo en cuenta ahora que esta combine con los colores de las paredes, los marcos, las ventanas y otros elementos para que se vean como elementos integrados al entorno y no como un aparato sobre puesto, como ocurre hoy.

Las plantas pueden convertirse en el mejor aliado para esconder una antena en un edificio residencial. Ubicar una enramada es lo que los especialistas llaman embellecimiento natural. Con esto se cumplen dos funciones: disimular la antena aérea y darle una mejor visibilidad a la fachada del edificio.

¿Cómo beneficia a los usuarios?
El asunto es simple: entre menos antenas, menor cobertura y más posibilidades de fallas en los servicios de telefonía móvil. Es una cuestión de cobertura. Pongamos un ejemplo para clarificar:

Si en su casa tiene conexión a internet mediante Wi-Fi, se habrá dado cuenta que entre más se aleja del módem, la señal es más débil.

La cobertura de las antenas es igual. Entre más cerca se encuentre un usuario de una antena replicadora, mejor serán sus llamadas y conexión a plan de datos.

Actualmente, los operadores están en la tarea de ampliar la cobertura 4G. Esta construcción incluye la consecución de espacios para instalar antenas en zonas urbanas para que haya la cobertura que se espera con este servicio.

Así que apartir de ahora se espera que los diseñadores de redes de telecomunicaciones y de edificios, trabajen de la mano para crear soluciones integradas para todos los usuarios.