Una estética minimalista e impecable prima en una serie cuya factura visual es de sus mayores fuertes. Foto: HBO

Entrevista

"Esta temporada de 'Westworld' es continuación y separación"

Jonathan Carlos, director de arte de la serie de HBO, habló con ARCADIA sobre los retos de redefinir visualmente una producción tan ambiciosa en su tercera temporada, las lecciones que le dejó su paso por la célebre e impecable ‘Mad Men’ y 'Jurassic Park'.

Alejandro Pérez
21 de abril de 2020

Westworld desconcierta, y parece hacerlo de aposta.

La millonaria y ambiciosa producción de HBO exprimió al comienzo la dualidad entre la violenta fantasía de jugar en un parque de atracciones hiperrealista (un mundo de inmersión, en el viejo Oeste, con recreaciones humanas ‘asesinables’) y vivir en la constreñida naturaleza del mundo real. Así pues, a lo largo de dos temporadas, los humanos jugaron en el parque Westworld a desatar su monstruo, matar y abusar. Hasta que las víctimas, estos androides de apariencia humana, se sublevaron y devolvieron atenciones.

En esta tercera temporada, la serie de ciencia ficción se fija primordialmente en ese mundo “real” en el futuro, fuera del parque. A este llegan estos humanoides después de romper sus cadenas para enfilarse contra quienes determinan sus destinos, unos humanos que quieren controlarlo todo desde saberlo todo. Van por su liberación y la de uno que otro humano que la quiera recibir. La conspiración ahora involucra a los seres creados artificialmente y a sus creadores.

Aaron Paul, conocido por su rol de Jessse Oinkman en Breaking Bad, se une al reparto de esta nueva fase en ‘Westworld‘. Foto: HBO

Es Westworld, pero es otra fase. Para recrearla, la producción que lideran Lisa Joy y Jonathan Nolan (hermano de Christopher Nolan) sumó a Vincent Cassel, a Aaron Paul, y mantuvo a su reparto base de Evan Rachel Wood (Dolores), Tessa Thompson, Thandie Newton, Jeffrey Wright y Ed Harris (quien entrega un gran rol, pero odió el rodaje). 

A pesar de una inconstante narrativa que a veces emociona y a veces desinfla, Westworld tiene una constante: su factura visual. Desde su principio, la serie asombra con sus gráficas y arte impecables, así como sus locaciones frías pero altamente rítmicas.

Con buen ojo, tacto y mucho trabajo, el equipo de arte recreó mundos del viejo Oeste estadounidense, con sus vaqueros, sus mujeres, sus violencias y sus burdeles. También recreó momentáneamente un escenario samurai (que muchos quisimos más explorado), y, paralelamente, laboratorios altamente tecnológicos y estilizados. Ahora, en esta entrega reciente, presenta un mundo tecnológico pero orgánico, que saca provecho visual de las locaciones y sigue una estética estilizada y minimalista en colores.

Detrás de ese mérito hay una visión, claro, y un líder, Jonathan Carlos. El director de arte, que se ha probado en las grandes ligas de su país y del mercado asiático, habla con ARCADIA de la serie, de su camino y de esa película de dinosaurios que marcó su camino para siempre.

‘Westworld‘ cambió mucho pero mantiene su escala masiva, ¿cómo abordan la escala y los cambios?

Partimos de la base de lo conseguido en las temporadas anteriores, así que hubo decisiones ya tomadas antes con las que seguimos firmes, como un fundamento. En esta tercera, que tiene un énfasis mayor en el aspecto futuro, enfrentamos nuevos retos de producción e investigación. En las anteriores partíamos de un contexto histórico, en esta se trataba de separarnos de eso y de las muchas otras producciones que ya han mirado al futuro. La misión y el reto eran encontrar una voz propia. 

En reuniones, Jonathan (Nolan) y Lisa (Joy) expresaron su visión clara, de innovación, de centros urbanos poblados por robots y por vehículos y automatizados y naves y lanchas, y en esos diseños nos tomamos un buen tiempo. Para las oficinas de Delos, y lo que se quería proyectar a nivel de ciudad, hubo un trabajo intenso y fantástico de parte del equipo para encontrar las locaciones precisas, que terminaron siendo en Los Ángeles. 

Desde escoger un piano hasta decidir sobre qué edificio será x o y oficina en x o y escena... cuéntenos sobre quién toma decisiones que pueden parecer pequeñas, pero no lo son.

Son varios niveles. Hay detalles sobre piezas fundamentales de decoración que vienen en el guion de Jonathan y Lisa y, si no es el caso, se expresan muy temprano en las reuniones de producción. También tomamos decisiones en las discusiones de mesa redonda entre los creadores, el diseñador de producción y nosotros. Por eso no se le pueden atribuir a alguien específico las decisiones; es un trabajo en equipo que responde a necesidades muy específicas y también es un proceso de concertar un lenguaje estético entre todos

Sobre objetos específicos, hay decisiones que se toman desde el principio, con una intención, un propósito, y estas se justifican muchos capítulos después, incluso temporadas después. Y en ciertos momentos también surgen unas exploraciones hermosas en el set.

Evan Rachel Wood (Dolores Abernathy) y Tessa Thompson (Charlotte Hale). Foto: HBO

Ha estado ligado a esta serie desde su principio, ¿cuáles han sido sus mayores retos y sus mayores satisfacciones?

La mera dimensión de lo que hemos creado en esta serie, las imágenes logradas, y ese contraste entre los parques con una mirada al pasado lejano y el futurismo de las oficinas y los laboratorios, es una gran satisfacción. Crear un mundo en el que esta dicotomía funcione unida es un reto enorme. Y creo que ha sido de lo más creativo que he logrado.

No nos relajamos, no nos aburrimos ni nos sentimos complacidos, nunca. Los retos de diseño cambian constantemente. Y si bien este esfuerzo te deja exhausto física, mental y emocionalmente, se compensa cuando ves fluir una interacción entre estos mundos que, en teoría, no deberían coexistir. Es increíblemente emocionante.

Cuéntenos por favor sobre otros trabajos, como ‘Mad Men‘, una serie inolvidable y visualmente impecable...

Mi colaboración con Mad Men fue muy especial. El proceso que allí se dio, y que me marcó, se basaba en investigación extrema y precisión absoluta. No solo desde un punto de vista estético, también desde el funcional. Es decir, se diseñaba estéticamente pero también filosóficamente y logísticamente. Y es una gran lección, diseñar espacios y objetos desde esas aproximaciones. 

Hay algo familiar con lo que hacemos en Westworld, al menos en que se trata de crear muchos ambientes históricos (Mad Men se desarrolla en los años 50 y 60), pero nos ha permitido jugar un poco más. De hecho, es interesante saber ahora que a veces esa precisión absoluta se debe quebrar, porque es un proceso de cambios y decisiones... pero se debe saber y justificar exactamente por qué.

¿Cómo llegó a ser director de arte? 

Siempre sentí una afinidad por las artes y por la arquitectura, y resulta que si echas estas dos en una licuadora, milagrosamente das con esta profesión. Cuando era más joven, creo que mis padres llegaron a pensar que podía ser un asesino serial, por la manera en la que decoraba el patio de la casa en Halloween, digna de un niño atormentado. Pero equilibraba todo cuando llegaba la navidad y decoraba mucho más agradable.

Supe por primera vez que quería hacer algo en cine de niño. Tenía una obsesión con los dinosaurios y Jurassic Park me impactó muchísimo, y mi tío tuvo que ver con el ‘detrás de cámaras‘ de la cinta. Entendí que había una profesión que seguía mis pasiones. Y me siento bendecido por haber sabido eso temprano en mi vida.

Luego fui a UCLA, estudié Diseño de teatro y televisión, y comencé a trabajar poco después de graduarme. Hice live action, television, hice películas, también trabajé en un estudio en Hong Kong, desarrollé producciones para Japón, y en ese camino entendí bien el trabajo, los procedimientos del CGI (escenas creadas computador). Todos los pasos han dejado sus lecciones.

Comparta por favor su dieta creativa. ¿Hay libros, revistas, películas que vea con frecuencia?

Es raro. Cuando se trabaja en un proyecto así, consume tanto tu tiempo que el debate se planta entre ver una película, un programa, o ver a tu familia. Y tiendo a escoger a mi familia. En general, la gente que trabaja en esta industria tiene muy poco tiempo. 

Quizás el único aspecto rescatable de la situación de la covid-19 es que nos ha dado tiempo para ambas. Para familia y para consultar la lista de películas que siempre he querido ver o revisitar.  Me gusta explorar películas que me tocaron hace mucho tiempo, verlas una década o más después. En distintos contextos, se sienten totalmente distintas, y ves qué se sostiene y qué no. 

¿Qué producción recomienda estos días?

Desde un punto de vista tecnológico, The Mandalorian me parece una serie fantástica. Y en lo que a cine respecta, JoJo Rabbit me pareció hermosa. Su uso gráfico, sus colores, los patrones en el set, todo me voló la cabeza. También recomiendo Suspiria, una cinta tremenda, y Chernobyl, otra serie impresionante. 

¿Por qué no perderse esta tercera temporada de Westworld?

Es a la vez una continuación y una separación de lo que se vio ya. Las anteriores se fijaban en lo que sucedía dentro del parque y en las ramificaciones de esto en el mundo exterior. Esta mira mucho al impacto de la llegada de Dolores al mundo "real", también integra mucho material de la vida real, que sucedía mientras hacíamos el show, protestas, incendios. Hay algo simbólico en cómo situaciones que pasaron hace 100 años y hace siglos vuelven a pasar ahora...

En Halloween, sus padres creían que podía llegar a ser un asesino serial por las decoraciones macabras con las que llenaba el patio, pero Jonathan Carlos los apaciguaba meses después con las decoracions navideñas. Foto: Anne McElwain

La serie está disponible en HBO y en su plataforma streaming HBOGO.