VIDA MODERNA

54 claves para el amor

¿Será que el amor pasó de moda, es un periódico de ayer y la pareja o el matrimonio otra convención mandada a recoger? ¿O lo que falta es hablar más de amor?

14 de octubre de 2018

Por: Poly Martínez

El amor siempre es noticia. Les interesa a casi todas las personas porque antes de los titulares de la hora, las relaciones afectivas -pareja y familia, en especial- son las que marcan nuestros días. Hoy varios de los diarios y semanarios más serios del mundo le dedican espacio y recursos al tema, hacen estudios, procuran análisis y buscan historias significativas. Un consultorio sentimental contemporáneo y calificado.

Aquí va mi intento: ¿qué puede aportarle al amor moderno una pareja que cumple 60 años de matrimonio? ¿Interesan sus experiencias y reflexiones? ¿Cómo es posible durar tanto? En cosas del corazón nadie tiene la última palabra. Entrevisté por separado a los protagonistas de esta feliz y larga historia; respondieron sin remilgos ni pretensiones de sicólogos o pontífices. Hablaron con el corazón y su experiencia. En las respuestas impares habla él; en las otras se lee la voz de ella.

El mayor mito del matrimonio:

1- Que no hay amor eterno. Sí lo hay, así sufra un poquito con los altibajos de la vida. 2- Que todo es felicidad en el matrimonio. La vida en pareja es, en realidad, un viaje en compañía, una empresa de dos.

¿Sí viven enamorados?

3 - El grado de enamoramiento tiene altos y bajas. Hay momentos en que uno de los dos pasa a segundo plano y la intensidad del sentimiento se opaca. 4 - Hay distintos enamoramientos y etapas; días mejores y peores, pero en todos lo más importante es querer estar con la otra persona.

¿Cómo lidiar las crisis?

5 - Hablando con franqueza y diciendo las cosas como son, buscando la mejor comunicación y momento posible para expresar la situación personal y entender la de la pareja. 6 – Diciendo la verdad de lo que se siente. Hay que saber decir no y tener claro qué cosas no son negociables. El amor no puede darse con condiciones ni exigiendo que el otro sea diferente; cada cual debe ser querido y respetado tal y como es. Todo buen matrimonio o pareja tiene crisis; si no, ¿cómo aprenden? La crisis fortalece y da más tranquilidad después.

¿Y qué hacer con esos problemas menores tan fastidiosos?

7 - Todos los problemas en el matrimonio o la pareja son “nuestros”, así sea un asunto individual. Por eso es absurdo decirle al otro “ese es tu problema”. Todo problema afecta a las dos personas en diferente forma. La inteligencia está en conversar, aceptar y buscar conjuntamente la solución. 8 - El humor es importantísimo, reírse de las bobadas del otro y de las propias. Los problemas de la pareja se resuelven a puerta cerrada, sin gritos, bien educados. Una relación profunda y generosa es la que puede sobrepasar las dificultades.

¿Tantos años juntos no aburre?

9 - Con cariño se lidia el aburrimiento. Antes hay que corregir la actitud negativa propia, hacer algo para romper la rutina. Cosas sencillas funcionan: salir a caminar, irse de paseo, nuevos temas de conversación, hacer otras cosas juntos. 10 - Siempre hay algo nuevo en la persona; evolucionamos con los años. Claro que hay que inventarse cosas para espantar la monotonía. Pero dicen que la gente no cambia. ¿Qué hacer con “el geniecito” o temperamento? 11 - Teniendo en cuenta que las reacciones son pasajeras y comentando claramente lo que producen. El amor grande y profundo ayuda a entender los defectos y virtudes de la otra persona. 12 - El amor no es estático: con el tiempo se admiran más cosas y se aceptan los defectos del otro.

¿El matrimonio es aguante?

13 - Hay momentos en que sí. Pero se debe reflexionar si es una situación pasajera y darle a la otra persona la posibilidad de retornar a un espacio común. Cada uno debe aprender a estar en segundo plano en ciertos momentos o ante dificultades del otro. Hay que darle tiempo al tiempo, pero si el sentimiento de aguante es permanente es mejor replantear la relación. 14 - No es aguante, al contrario: es la felicidad de ver al otro o de encontrarse de diferentes formas. Obligado se vuelve jartísimo. Hay que tener bien claro si de verdad quiere estar con el otro.

¿Cómo mantener la identidad propia a través de los años?

15 – Cada cual es como es. La pareja identifica virtudes y defectos, y los acepta con ciertos límites. Pero no es cosa de decir “es que como yo soy así”, tratando de minimizar el impacto de los defectos propios sobre el otro. Hay que trabajarlos. 16 - No asumiendo el papel de víctima, no vale la pena. Nadie es monedita de oro, pero la plata separa a muchas parejas. ¿Cómo manejar el dinero? 17 - Si bien en platas propias debe haber cierta independencia, la clave está en la generosidad hacia el otro. De temas de plata hay que hablar con claridad y buena fe, decir lo que cada uno gana, qué planes tiene para ese dinero para poder definir cómo construir proyectos conjuntos y un patrimonio común. La plata requiere acuerdos y la pareja necesita ahorrar. 18 - Hay que hablar claro. El factor económico es importante y afecta las relaciones porque el dinero es poder y se presta para manipulaciones en la pareja. Tener proyectos en común es muy importante y, en el caso de la mujer, procurar la independencia económica para que el hombre no la chantajee.

¿Y los celos?

19 – Se deben tratar de frente y claramente. Hay muchos tipos de celos, como a las actividades del otro. Me denomino “viudo del iPad”, porque ella se sumerge en él y el resto desaparece. La hago caer en la cuenta, le digo que me pare bolas para conversar. Los celos por cuenta de otros también hay que expresarlos con claridad y conversarlos. 20 - Si hay alguna actividad que se roba la atención, como el deporte o el trabajo, hay que decirlo y procurar un balance. Así como es importante tener un espacio en la vida del otro, también lo es no andar como mancornas. Y ante terceras personas: hay que admirar a la pareja porque sin admiración no se puede querer. Los matrimonios no se acaban por culpa de otro, sino por cuenta de la misma pareja. Es cuento que todo se acabó porque una persona se atravesó: el final empezó mucho antes.

¿Hay que contarlo todo?

21 – Es absurdo ocultar cosas: todo lo que hago o los asuntos importantes la pueden afectar a ella y al contrario. Hay cosas que son personales, pero no por evitar el acceso o por ocultar, sino porque ofusca que la otra persona se meta. En los temas profundos, apertura total y conversación nítida. 22- Las personas tienen que tener un grado de intimidad propia. Sin embargo, lo peor que le puede pasar a una relación es no decir las cosas, todas las que le corresponden y afecten.

¿Es aconsejable propiciar cierta distancia?

23 - Hay que tener espacios de esparcimiento individual y fomentarlos en la otra persona para que tenga su grupo de gente, amigos, temas de interés propios; no hay que estar en todo. Los momentos de aislamientos, aunque necesarios, que sean pasajeros. 24 - Tener unos tiempos aparte por un viaje, por visitar amigos o a la familia es bueno. Esa distancia da valor a temas que en lo cotidiano se dan por descontados.

¿Qué tanto pesa el sexo?

25 - El sexo es importante para la pareja porque es una manifestación de unidad, del “nosotros”. Pero la frecuencia e intensidad va decayendo; con el paso de los años es menos intenso por causas naturales, no por razones afectivas. Se debe procurar mantenerlo. 26 - El sexo es importante porque es otra manifestación del afecto.

¿Cómo mantenerlo vivo?

27 - El deseo surge de muchas formas y cambia: cuando uno es joven responde más a una reacción momentánea, cosa diferente a cuando uno es mayor. Hay que propiciar el deseo de diversas formas y en eso la conversación es muy importante. Cada pareja debe identificar lo que la mueve, pero al final de cuentas es la buena relación entre las dos personas lo que más influye y el sexo, manifestación de cercanía entre la pareja. 28 - El sexo cambia, no se diluye. La frecuencia e intensidad varían. Hay que procurar que cada encuentro tenga un preámbulo y que ambos estén involucrados. Ese ritual se debe desarrollar en pareja pues ambos son responsables de él .

¿Cada hijo llega con el pan bajo el brazo?

29 - Hay que ponerse de acuerdo: los hijos no se imponen. Se deben tener a conciencia y con entusiasmo pues merecen atención, cuidado; hay que pensar bien en la capacidad de dar ese amor y atención a plenitud. Los hermanos son importantes o al menos inculcar el principio de hermandad. 30- El control de la natalidad tiene mucho peso en una relación de pareja. Es un tema del cual hay que hablar claramente y hacer un acuerdo desde antes de vivir en pareja. La clave no está en tener hijos sino en formar un hogar.

¿Las parejas se mantienen por cuenta de los hijos?

31 - La familia es un motivo fundamental para superar las diferencias. En un momento determinado, en una crisis importante, aferrarse a la familia puede ser una manera de pasarla. En todo caso, las crisis fuertes de pareja solo se superan si hay verdadero amor. No se trata de permanecer para salvar a los hijos, sino de tener claro si continua la relación con la otra persona. 32 - La pareja y la familia son temas independientes. Una pareja no se sostiene por cuenta de los hijos, eso es cuento chino y a largo plazo no funciona.

¿Qué es un hogar?

33 – El lugar de encuentro de los vínculos afectivos más importantes. Incluyo allí a todo tipo de parejas, sin discriminar por preferencia sexual, número de hijos, si son naturales o adoptados o no los hay porque para todos es igual: el hogar es un centro de afecto, el sitio donde las personas se expresan cariño y manifiestan la importancia del otro en sus vidas; es donde se puede dar y recibir amor, con todas las variables de familia que existen hoy. Con frecuencia hay matrimonio, pero no hay hogar ni afecto: no se hablan, no visitan a los padres o no se enteran de los hijos. Eso es triste.

34 - El hogar es un lugar de paz y alegría, un espacio emocional para crear. Todas las personas, sin importar condición, tienen derecho a formar una pareja, a tener hijos y hacer un hogar. Todas las parejas son respetables y los hogares fundamentados en el amor y el respeto son sagrados.

Infidelidad y el demonio de la mediana edad 35 - Hay momentos en que sí se mira a las otras personas con cierto deseo, pero hay que torear esas situaciones. Mejor evitar los enredos por simple cuestión de sanidad mental y para no irrespetar la unidad familiar. Es una situación compleja pues todos, mujeres y hombres, tenemos tentaciones, pero también tenemos criterio. La primera responsabilidad es respetarse a uno mismo y tener respeto por la pareja y los hijos, si los hay. Si alguno se mete de lleno vale la pena revisar bien las cosas. 36 - Un tercero en escena es un factor de prueba para la pareja. La infidelidad no aparece porque sí, puede darse por vacíos en la pareja, que hay que ver bien. El matrimonio hay que cuidarlo todos los días, como a una matica. Los no, no y ¡no! 37 - Nunca hablar mal de la pareja ante nadie. Si voy a hablar mal, que sea con la propia persona y claramente. No hacer nada públicamente que pueda incomodar al otro, que se sienta mal. El respeto recíproco es indispensable. 38 - Faltarle el respeto a la persona, ser grosero y dejarse de preocupar por el otro. El irrespeto a la familia política es un No rotundo. Si la familia es complicada, no pelear con la suegra, ojalá ganársela pues a todos nos gusta que la pareja quiera a nuestros papás.

El nido vacío

39 - La ida de los hijos es un golpe muy fuerte para la pareja. Primero, porque ya no están en la casa para verlos; ver la alcoba vacía es fuerte. Como pareja hay dos etapas: la ida, que es dura, pero uno se va acostumbrando a la ausencia cotidiana y se apoya mucho el uno en el otro. Y la otra: la pareja se empieza a sentir más vieja al cumplirse esa etapa. Aunque ya sin la responsabilidad directa de los hijos recuperamos la independencia para movernos de otra forma. 40 - Ese es un golpe bajo: nadie está listo a verlos ir. Hacen falta. Es otra etapa en la vida de todos y el primer gran campanazo del paso a la vejez. El nido vacío prueba si realmente hay pareja, aún más si vivían a través de los hijos. Trae cambios en todo: horarios, distracciones y hasta de amistades.

¿Qué es clave en la relación con hijos adultos?

41 - La prioridad debe ser la pareja y los hijos. Luego incluir a yernos y nietos. Ese es el eje. Y respetar la vida de los hijos cuando son ya grandes. No imponerse a los miembros de la familia ni a los hijos: nadie está obligado a quererlo a uno; nada impuesto en el afecto funciona. Lo único por hacer es dar mucho afecto siempre. 42 - La pareja debe tener una vida propia, aparte de los hijos, si los hay. Eso igual para los hijos: no meterse en sus vidas de pareja, ni compartir con los hijos los problemas de pareja o forzarlos a tomar partido.

Remedio para cicatrices y cayos

43 – Los resquemores hay que limarlos todos los días y de forma consciente. Hay que analizar la parte que uno mismo jugó y hacerse responsable de las cosas. Lo único que no se puede superar es lo hecho con mala fe. 44 – Pasar la página. No quedarse en el “si hubiera…” o pensar en el pasado. Lo que pasó, pasó. Hay que seguir adelante con ánimo. Si no, se hace la vida imposible uno mismo. Si no pueden pasar la página, es mejor separarse.

¿Son importantes los detalles?

45 - Hay que celebrar cosas, hacer planes en pareja, fomentar la compinchería, que es muy importante y alimenta la buena relación. Hay que estar dispuesto a las cosas, como cuando andábamos de novios y todo parecía un buen plan por sencillo que fuera. 46 - Se requieren siempre, y decirle al otro que lo quiere y por qué. Que no sea una frase de cajón.

Después de tantos años, ¿pesa cómo luce la otra persona?

47 - Hay que andar bien puesto; la edad no es motivo para salir como “un viejo casacao”. El descuido personal no es positiva para una relación. Ambos siempre bien puestecitos. 48 – Sí y cada cual de acuerdo con su edad. Hay que quererse a uno mismo para estar lo mejor posible. Un tipo hecho una nada, descuidado, es aburrido. Como dice el dicho: los jóvenes se arreglan para agradar y los viejos para no desagradar.

Amor y mortaja, ¿de cielo bajan?

49 – La pareja, el matrimonio es asunto de ética y comprensión, no es cosa de religión. En nuestro caso, la religión no ha sido un factor determinante en la estructura de la pareja o de la familia. Pesan la responsabilidad, la ética, la formación con la que se llega. 50 – Los principios éticos son lo importante. Hacer promesas absurdas para mantener o salvar el matrimonio, o encomendar a la pareja a no sé quién se desvirtúa rápidamente en la cotidianidad.

La muerte

51 – Es una realidad y uno siempre piensa en irse primero. No es fácil aceptar quedar viudo. Cada cual espera que el que quede pueda vivir de la mejor forma, con el cariño de la familia y amigos. La muerte no es un tema que hablemos tanto, a pesar de tener más de 80 años. Es una conversación muy aburrida. Lo único que hablamos es de dónde y cómo queremos que sea el funeral. Y no hay planes más allá… 52 - Es un tema difícil de abordar, que se hace más presente a medida que pasan los días y se van los amigos y miembros de la familia. Puede pasar en cualquier momento y lo que uno quiere es que sea rápido. Lo más cómodo es irse uno primero.

Después de 60 años de casados, ¿qué han aprendido?

53 - Nos casamos pensando que íbamos a ser felices y hemos procurando que así sea. Y es posible sin adelantarse a los hechos, atendiendo cada situación que llega en el momento en que se da. A veces es bueno no pensar tanto o no pensar: hay cosas que no se pueden cambiar. 54 - Que el amor es una maravilla y el otro, la pareja, un gran profesor.

@Polymarti