| Foto: Javier De La Torre

SALUD

Los antidepresivos pueden afectar la vida sexual

Cada vez más personas toman estos medicamentos para combatir la depresión, pero se estima que el 70 por ciento sufre por eso algún tipo de disfunción sexual. Los expertos explican qué hacer.

2 de abril de 2016

Las personas que tienen un trastorno depresivo crónico requieren en ocasiones un tratamiento médico para seguir funcionando normalmente. Se estima que 350 millones de personas padecen de este mal, en su mayoría mujeres, y la forma más común de combatirlo es mediante psicoterapia o antidepresivos. Aunque estos medicamentos han demostrado ser eficaces, la mayoría provocan efectos secundarios, y uno de los más molestos es la disminución de la libido o el deseo sexual.

Algunos estudios señalan que aproximadamente entre el 30 y 70 por ciento sufren esa situación. Esto le sucede, principalmente, a quienes consumen inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), como el Prozac, el Paxil o el Zoloft, que aumentan los niveles de ese neurotransmisor que inhibe los estados de ánimo y el apetito, pero que también “está implicado en el funcionamiento de la sexualidad”, dijo a SEMANA Jorge Forero, médico psiquiatra de la Universidad El Bosque.

La serotonina ayuda a manejar la depresión y la ansiedad, pero en mucha cantidad inhibe el deseo sexual y le dificulta al paciente alcanzar el orgasmo. Adicionalmente, es posible que a medida que aumenta la serotonina se reduzca la dopamina, otro neurotransmisor que facilita la excitación sexual. A pesar de estos problemas, la psiquiatra Virginia Sadock, del Centro Médico Langone en la Universidad de Nueva York, señala que si bien algunos pacientes pueden verse afectados al principio “después de unos meses su cuerpo se equilibra y no vuelven a sufrir por esta causa”.

Los expertos coinciden en que cada caso es distinto y el psiquiatra debe tener en cuenta varios factores como la edad, si el paciente está casado o no y sus antecedentes clínicos para recetarle el antidepresivo más adecuado. “La prioridad es combatir la depresión, pero en personas entre los 25 y 35 años hay que pensar en no recetarle un antidepresivo que afecte el deseo sexual porque están en su periodo de mayor actividad”, dijo a SEMANA Hernán Rincón, presidente de la Asociación Colombiana de Psiquiatría.

Es posible, además, que las disfunciones sexuales no siempre se deban a los antidepresivos, sino a problema previos del paciente. “Los conflictos de pareja pueden ser una de las causas del cuadro de depresión y esto puede conllevar a la pérdida del deseo sexual”, afirma el experto. Por ser más prevalente la depresión en las mujeres, ellas son mucho más propensas a sufrir de falta de deseo sexual o anorgasmia por esta causa. A veces los síntomas de la depresión coinciden con la menopausia, lo que puede empeorar la situación. En los hombres puede presentarse disfunción eréctil y eyaculación retardada, es decir, dificultad para alcanzar el orgasmo.

Los expertos recomiendan no dejar de consumir el antidepresivo sin la asesoría del médico, pues dejar de hacerlo de forma drástica no va a ayudar. “Es importante que el paciente informe al médico sobre la situación para que evalúe si se puede disminuir la dosis y así reducir los efectos secundarios”, afirma Madeleine Castellanos, psiquiatra y autora del libro Wanting to Want: What Kills Your Sex Life and How To Keep It Alive.

Aunque los ISRS son los antidepresivos más recetados, otros no afectan la libido como el bupropion, que aumenta los niveles de noradrenalina y dopamina. Aunque es una alternativa, el psiquiatra debe evaluar primero el caso para saber si el paciente es apto para consumir ese medicamento, pues no siempre es la mejor opción. Lo más importante es complementar el uso de fármacos con la psicoterapia y si el problema persiste también consultar a un sexólogo para tratar ese problema específicamente. “Todo paciente depresivo debe ser investigado sobre su vida sexual antes de comenzar a tomar antidepresivos”, afirma el sexólogo Mauricio Delgado. También es clave que él le avise a su pareja para no afectar sus relaciones y buscar la mejor solución junto con ella y su médico.