Caminar más lento en la vejez también se ha relacionado con un mayor riesgo de demencia. | Foto: Cortesía BBC

VIDA MODERNA

Cómo caminar despacio a los 45 años puede ser una señal de envejecimiento rápido

Mediante una simple prueba de velocidad al caminar, investigadores de Nueva Zelanda pudieron medir el proceso de envejecimiento. El equipo internacional de científicos detrás del estudio informó que los hallazgos fueron una "sorprendente revelación".

Alianza BBC
12 de octubre de 2019

 ¿Cuán rápido caminas?

La rapidez con que las personas caminan a los 45 años es una señal de cuánto envejecen sus cerebros, así como sus cuerpos, según un reciente estudio.

Mediante una simple prueba de velocidad al caminar, los investigadores pudieron medir el proceso de envejecimiento.

No solo los cuerpos de aquellos que caminan más lento envejecen más rápido, sino que sus caras parecen de personas más viejas y tienen cerebros más pequeños.

El equipo internacional de científicos detrás del estudio informó que los hallazgos fueron una "sorprendente revelación".

Los médicos a menudo estudian la velocidad al caminar para medir la salud general, particularmente en los mayores de 65 años, porque es un buen indicador de la fuerza muscular, la función pulmonar, el equilibrio, la fuerza de la columna vertebral y la vista.

Le puede interesar: El costo de la obesidad: un país pierde 3.3% de su PIB al año por atender esta enfermedad prevenible

Caminar más lento en la vejez también se ha relacionado con un mayor riesgo de demencia.

"Señal de problemas"

En este estudio, que se realizó en 1.000 personas de Nueva Zelanda que nacieron en la década de 1970 y fueron monitoreadas hasta los 45 años, la prueba de velocidad de caminata se probó mucho antes, en adultos de mediana edad y no en mayores de 65 años.

Los participantes de la investigación se sometieron a pruebas físicas, de función cerebral y escáneres cerebrales, y durante su infancia tuvieron pruebas cognitivas cada dos años.

"Este estudio encontró que una caminata lenta es una señal de que hay un problema (que aparece) décadas antes de la vejez", asegura Terrie E Moffitt, autora del estudio y profesora del King‘s College de Londres y la Universidad de Duke en Estados Unidos.

Incluso a los 45 años, hubo una amplia variación en las velocidades de caminata con el movimiento más rápido en 2 metros por segundo como máximo (sin correr).

En general, los caminantes más lentos tienden a manifestar signos de "envejecimiento acelerado" en sus pulmones, dientes y sistemas inmunes mostrando un peor estado que aquellos que caminaron más rápido.

El hallazgo más inesperado fue que los escáneres cerebrales mostraron que los caminantes más lentos también tienen más probabilidades de tener cerebros de aspecto más viejo.

Y los investigadores descubrieron también que se podría predecir la velocidad de caminata de los jóvenes de 45 años utilizando los resultados de las pruebas de inteligencia, lenguaje y habilidades motoras de cuando tenían 3 años.

Los niños que crecieron y se convirtieron en caminantes más lentos (con una marcha media de 1,2 metros por segundo) tuvieron, en promedio, un coeficiente intelectual 12 puntos menor que aquellos que fueron caminantes más rápidos (de 1,75 metros por segundo) 40 años después

Estilo de vida

El equipo internacional de investigadores, que publicó su estudio en el JAMA Network Open de la Asociación Médica Estadounidense, dijo que las diferencias en salud y coeficiente intelectual podrían deberse a elecciones de estilo de vida o al reflejo de algunas personas que tienen una mejor salud al comienzo de la vida.

Pero sugieren que hay signos en la vida temprana de quién va a mejorar en términos de salud en la edad adulta.

Los investigadores advirtieron que medir la velocidad al caminar a una edad más temprana podría ser una forma de probar tratamientos para retrasar el envejecimiento.

Actualmente se están investigando varios tratamientos, desde dietas bajas en calorías hasta tomar el medicamento metformina, que se utiliza comúnmente para tratar y prevenir la diabetes tipo 2, antes conocida como diabetes no insulinodependiente.

También sería un indicador temprano de la salud del cerebro y el cuerpo para que las personas puedan hacer cambios en su estilo de vida mientras aún son jóvenes y saludables, afirmaron los científicos.