En estudios realizados durante 7 años hemos visto que en el humo, que es el resultado de la combustión del tabaco, hay químicos potencialmente malos.

SALUD

¿Cómo es un cigarrillo que hace menos daño?

La industria de tabaco lanza un nuevo producto en Colombia que genera menos daño a los fumadores. SEMANA.COM habló con Nveed Chaudhary, gerente de comunicaciones científicas de PMI sobre el nuevo producto.

21 de marzo de 2017

Phillip Morris Internacional desarrolló un producto que en lugar de encenderse como el cigarrillo convencional apenas caliente el tabaco. Por esta razón es mucho menos dañino que el de combustión, según lo establecen estudios realizados por la compañía multinacional. SEMANA.COM habló con Nveed Chaudhary, gerente de comunicaciones científicas de PMI sobre los alcances de este nuevo cigarrillo.

SEMANA: ¿Por qué insistir con el tabaco si está probado que es malo?
Nveed Chaudhary: El tabaco en sí mismo no es malo. Es una planta y nada más, el problema es lo que hacemos con ella. Con el cigarrillo convencional quemamos el tabaco y es la combustión de esa planta lo que produce miles de químicos que son potencialmente peligrosos.

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SEMANA: ¿Cómo llegaron a la idea de que puede haber un cigarrillo con tabaco menos dañino?
N.C.: En estudios realizados durante 7 años hemos visto que en el humo, que es el resultado de la combustión del tabaco, hay químicos potencialmente malos. Pero con el conocimiento que tenemos hoy es imposible establecer un vínculo entre un químico determinado y una enfermedad. Entonces, no vimos sentido en reducir los elementos potencialmente dañinos sino que decidimos que lo mejor era hacer una reducción total en el número de químicos que se encuentran en el humo y aerosol.

SEMANA: ¿Cómo lograron ese producto?
N.C.: En nuestras investigaciones vimos que si lo quemamos producimos químicos que son potencialmente peligrosos pero también observamos que si reducimos la temperatura a la que el tabaco se usa empezamos a disminuir el número de químicos que se encuentran en el humo o el aerosol.

SEMANA: ¿Cuál es esa temperatura crítica?
N.C: La temperatura crítica en el cigarrillo es 400 grados centígrados. En ese punto se da un proceso llamado pirolisis en donde se empiezan a ver estos químicos. A 600 grados se da la combustión y es la combinación de pirolisis y combustión lo que resulta en la producción de miles de químicos, de modo que para nosotros la temperatura crítica es 400. Nos aseguramos de que los productos que hacemos de menor riesgo tengan temperatura menores a 400.

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SEMANA: ¿Qué estudios se han hecho para demostrarlos que estos productos en realidad no generan tanto daño?
N.C.: Iqos es el producto más avanzado resultado de este acercamiento al tema, y es el más estudiado. La evidencia está en proceso de ser construida pero los datos que tenemos ya son muy prometedores. Por ejemplo, tenemos que hay 90-95por ciento de reducción en químicos dañinos o potencialmente dañinos si se compara con los niveles encontrados en el humo del cigarrillo. Hemos encontrado que hay 90-95 por ciento de reducción en toxicidad comparado con un cigarrillo de referencia y hemos mostrado en clínica que usando el producto hay un 90-95 por ciento de reducción en los niveles de elementos dañinos a los que la gente se expone.

SEMANA: ¿Cuál es el impacto real en los fumadores?
N.C.: Hemos encontrado también que en gente fumadora el nivel de químicos a los que se expone se reduce tanto como el que se da cuando la gente deja de fumar. Observamos que si alguien fuma esto o si lo deja, los niveles de químicos a los que se expone son igualmente bajos en ambos grupos.

SEMANA: ¿Está sugiriendo que tendría el mismo efecto saludable que dejar de fumar?
N.C: En este punto no tenemos suficiente información para decir si esto es un producto de reducción de riesgo o de reducción de daño. Lo que podemos decir de manera categórica es que cuando la gente usa el producto se expone a muchos menos químicos que fumando un cigarrillo de combustión. Para alguien que fuma lo mejor sigue siendo dejar de fumar. A los que deciden seguir fumando les estamos diciendo que en lugar de continuar con cigarrillos convencionales se cambien a un producto como Iqos, pues los expone a menos químicos. Si eso se traduce en menos enfermedad o no lo averiguaremos cuando terminemos los estudios a largo plazo.

SEMANA: ¿Cómo funciona este producto?
N.C: Iqos usa tabaco real y en esencia es un producto que calienta el tabaco en lugar de quemarlo. Esto se logra a través de una cuchilla de calor hecha de cerámica. La temperatura de esa cuchilla está controlada por un microprocesador que asegura que nunca exceda 350 centígrados. Así controlamos también el suministro de químicos en el aerosol.

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SEMANA: ¿Cómo es la experiencia de ese producto?

N.C.: El cigarrillo tiene tres componentes. El sostenedor que contiene la cuchilla de calor y ahí está el heatstick que es una tira de tabaco especialmente diseñada y que parece como un minicigarrillo. El usuario inserta el tabaco en el sostenedor, ese se calienta y está listo para su consumo. El tercer componente es el cargador

SEMANA: ¿Y ese tabaco ha tenido algún procesamiento diferente?
N.C.: En los convencionales el tabaco se rasga, se mezcla. Con este producto es más complejo porque usamos tabaco reconstituido. Eso significa que una vez tenemos la mezcla de tabaco que queremos usar, se muele y se forma una hoja muy delgada que se enrolla y se lleva a un heatstick. Esto ayuda a que el tabaco sea uniforme porque es importante que haya un calentamiento parejo de todo el tabaco para mayor control de los químicos.

SEMANA: ¿Ustedes creen que la gente que fuma se va a pasar a este tipo de productos?
N.C.: Para tener un impacto positivo el producto debe tener el potencial de reducir el riesgo pero también ser atractivo para los actuales fumadores. Lo que hemos encontrado con Iqos es muy prometedor y en Japón, el primer mercado que lanzamos, tenemos 2.5 por ciento de penetración del mercado, lo que significa que 2.5 por ciento de los fumadores adultos se ha convertido a este producto. Y entre los que se han pasado a este producto hemos visto que 18 por ciento lo usa para obtener más de 75 por ciento de su consumo de tabaco cada día y 68 por ciento lo usa para más del 95 por ciento del consumo de tabaco diario. Vemos historias similares en Suiza y en Italia.

SEMANA: Entonces es solo para los que ya fuman…
N.C: Es solo para fumadores, y una de las cosas que queremos dejar claro es que si quieren dejar de fumar deben seguir por ese camino. Si no quieren fumar, no deben usar Iqos, y si han dejado ya de fumar no deben usarlo tampoco. Esto es solo diseñado para los que ya fuman y no quieren dejar de fumar. porque es potencialmente mejor para su salud.

SEMANA: Es un momento de quiebre para la industria, ¿cree que el cigarrillo convencional va a desaparecer?
N.C.: La idea de nuestra compañía es alentar a los fumadores que quieren dejar el hábito a este tipo de productos y entre más temprano mejor. Eso es lo que buscamos. Y sí va a cambiar la industria. Esperamos que todos los productos que sean consumidos por adultos sean de reducción de daño y no de los convencionales.

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SEMANA: ¿Cuáles son los retos que ustedes como industria enfrentan?

C.N.: Los dos más grandes son, primero establecer la idea de que esto no es otro cigarrrillo electrónico. La primera inclinación con Iqos es pensar que lo es pero es diferente.

SEMANA: ¿Y cuál sería esa diferencia?
N.C..: Iqos usa tabaco y lo calienta y el cigarrillo electrónico usa una solución con nicotina que tiene un sabor. Tenemos un producto natural con un sabor natural mientras que en el otro tienes químicos. Hay que educar al consumidor pues es un producto diferente que para el cual el usuario necesita entre 5 o 6 semanas para adaptarse. Es un viaje y deben estar dispuestos a tomarlo.

SEMANA: ¿Y el otro gran reto?
N.C.: Asegurarnos de que nos crean y que vean estos estudios y datos de manera transparente, que los analicen y vean que es cierto. Para eso estamos viendo que esa investigación sea publicada en revistas indexadas.