Cuatro notas de ciencia de esta semana

GENÉTICA

Copiar y pegar

Científicos del Instituto Broad del MIT y de la Universidad de Harvard desarrollaron una nueva técnica para tratar enfermedades genéticas sin necesidad de modificar permanentemente el ADN sino el ácido ribonucleico (ARN), una molécula que se encuentra en las células y hace las veces de mensajero de las instrucciones del ADN para hacer las proteínas. La técnica, llamada Repair, usa la proteína Cas13b, que se dirige al punto deseado en el ARN y corrige las letras defectuosas. Los expertos, liderados por Feng Zhang, demostraron su efectividad en dos enfermedades, anemia de Fanconi y diabetes insipidus. No editar el ADN sino el ARN no solo evita las preocupaciones éticas asociadas con este tipo de tratamiento, sino que permite modificar los genes con mayor precisión. Zhang garantiza que esto es apenas la punta del iceberg y que se descubrirán muchos sistemas similares con aplicaciones terapéuticas. La investigación apareció en la revista Science.  

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6 años tarda el cáncer de ovario en presentar síntomas y volverse mortal, según una investigación realizada en el Hospital Johns Hopkins de Estados Unidos. El estudio también evidenció que la enfermedad empieza en las trompas de Falopio.

SALUD MENTAL

Mucha inteligencia enferma

Las personas con altos índices de coeficiente intelectual (CI) tienen el doble de riesgo de sufrir enfermedades mentales. Eso concluyeron los responsables de un nuevo estudio que evaluó a más de 3.500 miembros de Mensa, la asociación internacional de personas con un CI superior a 130 mientras que la población en general tiene un puntaje de 85 a 115. En los resultados, los investigadores del Pitzer College observaron que el grupo con inteligencia excepcional ha aumentado un 20 por ciento la presencia de ansiedad, depresión, autismo y los trastornos por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ese incremento fue apenas del 10 por ciento en el resto. Así mismo, los participantes de Mensa son más propensos a sufrir asma, alergias y enfermedades físicas. El estudio apareció en la revista Intelligence.

PSICOLOGÍA

En la punta de la lengua

Muchos han vivido ese momento en el que la mente queda en blanco y no logra recordar la palabra que tiene en la punta de la lengua. Esto es más común de lo que se pensaba, por lo que llamó la atención de la psicóloga Lise Abrams, quien ha dedicado 20 años a investigar sus causas. Después de varios estudios, Abrams comprobó que ese fenómeno no es un síntoma de problemas mentales, demencia o alzhéimer, sino un error causado por la acumulación de connotaciones en una misma palabra. En charla con The New York Times, la experta explicó que hay factores externos en cada persona que inconscientemente confunden su cerebro a la hora de recordar una palabra. Por eso el olvido sucede más cuando alguien quiere recordar el nombre de otros, ya que este es un acto al azar y no un término en el que todos están de acuerdo, como el vocablo televisor para designar una caja que transmite una señal. Además, muchas personas se llaman igual lo que dificulta asociar la cara con el nombre. La mala noticia del estudio es que no hay nada que hacer al respecto. Sin embargo, para que no le vuelva a pasar la experta aconseja gritar fuerte la palabra o nombre que le costó trabajo recordar.

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ACTIVIDAD FÍSICA

Entrenar concentrados

Para aprovechar el tiempo, las personas suelen ver series o escuchar música mientras se ejercitan. Pero un nuevo estudio sugiere que cuando se realiza una actividad mental al mismo tiempo que un esfuerzo físico, el cerebro se lleva la energía y afecta el entrenamiento. Para llegar a esto, los científicos de la Universidad de Cambridge calcularon el equilibrio de estas dos variables en un grupo de atletas de alto rendimiento. Encontraron que la capacidad de recordación disminuyó un 9,7 por ciento, mientras que el desempeño físico cayó en un 12,6 por ciento. Con esto, los expertos aseguran que para lograr mejores resultados se debe escoger alguna de las dos actividades. “Para tener un mejor rendimiento físico, hay que centrarse en el ejercicio y evitar que el cerebro absorba toda la energía”, dijo Danny Longman, coautor de la investigación. La revista Scientific Reports publicó el estudio.