Cuide sus encías

Las enfermedades periodontales pueden producir la pérdida de los dientes. Higiene y controles periódicos, las mejores armas para combatirlas.

30 de octubre de 2000

¿Alguna vez ha oído hablar de la enfermedad periodontal? Si el término le suena extraño tal vez le resulten familiares el sangrado de encías o los dientes flojos. Según el Estudio nacional de salud bucal, realizado por el Ministerio de Salud, el 50,2 por ciento de la población encuestada presentó pérdida de inserción, es decir, un desplazamiento de la encía hacia la raíz del diente que puede ocasionar enrojecimiento, sangrado y, en el peor de los casos, hasta pérdida de las piezas dentales. En términos generales, la enfermedad periodontal es una infección que puede producir desde gingivitis, o inflamación de las encías, hasta periodontitis, que es la pérdida de los tejidos de soporte que ‘agarran’ el diente y lo mantienen fijo en su posición.

Entre las causas de esta enfermedad se encuentran las bacterias que normalmente habitan la boca y que en principio cumplen una función benéfica de protección. Sin embargo, cuando se acumulan en el área de unión entre la encía y el diente, se vuelven contra el paciente, dando origen a la llamada placa bacteriana y a diferentes tipos de infecciones que atentan contra la salud oral. Para la doctora María Inés González, experta en tratamientos de prevención de enfermedades periodontales, “se trata de una enfermedad silenciosa que en principio no revela síntomas. Lo grave es que el común de las personas cree que el problema es pasajero, que se puede remediar con un cepillado más cuidadoso, pero al cabo de unos años se producen daños que muchas veces son irreversibles”.

Entre las más delicadas cabe mencionar dos: la llamada gingivitis, que produce el enrojecimiento y sangrado de las encías al cepillarse, bien por mala higiene o porque no se retiran debidamente los residuos de placa bacteriana acumulados en los dientes. La otra es conocida como periodontitis, que produce la pérdida del tejido que los sostiene. Existen factores que propician la aparición de estas enfermedades, en especial la falta de una higiene adecuada, las prótesis dentarias y los aparatos de ortodoncia. Según el doctor Mauricio Gómez, especialista en periodoncia y profesor de la Universidad Javeriana, “también se sabe de condiciones de los pacientes que pueden predisponer la aparición de estas enfermedades hasta siete veces más que en condiciones normales, como son el hábito de fumar y la diabetes”. Por lo general se manifiestan inicialmente con un sangrado de las encías al cepillarse o al usar la seda dental y con frecuencia las personas piensan que se están maltratando con sus elementos de higiene y no que se trata de una enfermedad. A medida que ésta progresa el sangrado puede presentarse al morder alimentos firmes, como una manzana, por ejemplo, al succionar e incluso de forma espontánea. Del mismo modo, es común que empiecen a presentarse otros síntomas, como sensación de empaquetamiento de alimentos entre los dientes, aflojamiento de éstos, mal sabor y mal aliento, aparición o aumento de espacios entre los dientes y abscesos, hongos o ulceraciones en las encías.

Según los expertos, el tratamiento varía de acuerdo con el estado de la enfermedad. Según el doctor Gómez, “en sus formas más leves e iniciales el tratamiento puede ser la instrucción en el uso adecuado de los elementos de higiene oral —cepillo y seda dental— como mínimo, pero formas más avanzadas pueden requerir procedimientos como limpieza profesional (profilaxis), detartraje (eliminación de cálculos), alisado radicular (raspado profundo y pulimento de las raíces de los dientes) o incluso cirugías para los casos más extremos”.



Cómo prevenirlas

Para la doctora González hay dos armas contra la enfermedad periodontal: cuando todavía es leve lo mejor es adquirir el hábito de una adecuada higiene oral acompañada de visitas periódicas al odontólogo. “La mejor estrategia es educar y motivar al paciente para que siga una adecuada rutina de higiene oral”. En los casos más severos las medidas a cargo del odontólogo son la única manera de evitar que la enfermedad se agrave. La aparición de cálculos, por ejemplo, produce al paciente mayor irritación e inflamación porque el cepillado no es suficiente para retirarlos. Al levantarse la encía se van produciendo daños en el hueso que comienzan a afectar las raíces y los asentamientos óseos de los dientes e, incluso, producen la sensación de movilidad. Son muchos los casos en que un diente completamente sano se cae como consecuencia de una enfermedad periodontal severa que no se trató a tiempo.