Neurociencia

El cerebro en coma

Los médicos tratan de entender lo que sucede cuando el cerebro se lesiona y se altera la conciencia.

10 de abril de 2005

El caso de Terri Schiavo, la mujer que se encontraba en estado vegetativo desde hace 15 años, generó muchos interrogantes éticos. Pero también sobre lo que pasa con la conciencia cuando una persona se sume en esa condición.

Los científicos tratan de entender mejor las diferencias entre las alteraciones de la conciencia para prever quién podrá despertar y quién no. No ha sido fácil pues ni siquiera es fácil definir la conciencia. Para Jamshid Ghajar, presidente de Brain Trauma Foundation, en Nueva York, ella requiere tres componentes: estar despierto, recibir información sensorial y poder procesarla. Otros como Remberto Burgos, presidente de la Sociedad Colombiana de Neurocirugía, han optado por diferenciar entre las alteraciones de los estados de conciencia y el contenido de la conciencia.

Dentro de los primeros se encuentra estar despierto. Otro es la somnolencia, por ejemplo, cuando un estudiante se duerme en clase por falta de horas de sueño. Está también el estupor, que sucede cuando el individuo requiere un estímulo más intenso para despertarse. Por último el estado de coma.

Esta palabra viene del griego koma o sueño profundo. La situación más parecida a esta condición es una cirugía con anestesia general. La gran diferencia es que si se le envía un estímulo indicado, la persona se despierta; una persona sumida en coma no lo hace.

Los estados de conciencia dependen de una estructura primitiva en la base del cerebro: el tallo cerebral, que controla los ciclos de vigilia y sueño. Alguien en estado de coma por lo general ha tenido una lesión en estas estructuras o en el tálamo.

Para un 15 por ciento de los pacientes, el coma dura solo un par de semanas. En ese término la persona con lesiones menos severas despierta espontáneamente. Algunos dicen recordar que el médico les hablaba, "pero son sólo anécdotas porque científicamente lo que se sabe es que en ese momento no hay registro de actividad en el cerebro", dice Burgos.

Otros no corren con tanta suerte cuando la lesión que se presenta en alguno de los hemisferios no compromete el estado sino el contenido de la conciencia. Pueden abrir los ojos pero no logran conectarse. "Miran un objeto y no saben qué es",aclara Ghajar. En estos casos esas alteraciones se conocen como estado vegetativo. Los médicos son muy cuidadosos en no declarar una persona en dicho estado antes de tres meses. Si sigue sin tener relación con el mundo exterior se llama vegetativo permanente. Una excepción se hace cuando el paciente es joven. "Los niños y jóvenes pueden tener una buena recuperación aun después de un año", afirma Ghajar. No obstante, según éste, la evidencia muestra que nadie en tal estado puede volver a tener conciencia.

Sin embargo, los médicos especializados en rehabilitación notaban que algunos pacientes con daño cerebral severo respondían a una orden o podían seguir un objeto. Hace dos años, en Estados Unidos se logró un consenso de la comunidad científica para establecer un nuevo estado: el de conciencia mínima, en el cual el paciente es capaz de seguir ciertas órdenes como estrechar la mano o coger un vaso, "aunque es un estado intermitente", agrega Ghajar. No se sabe cómo traer de vuelta a estas personas. En algunos casos se suministran medicamentos para el mal de Parkinson que podrían estimular su despertar. En su diálogo con SEMANA, Ghajar citó un estudio realizado por Nicholas Schiff, neurólogo del New York Presbiterian/Weill Cornell Hospital, que comparó la actividad cerebral de dos hombres con un mínimo de conciencia con la de siete hombres sanos. Para el experimento se usaron imágenes y grabaciones de casetes con la voz de una persona cercana a los participantes que contaba hechos pasados familiares. El trabajo mostró que cuando los pacientes con lesión cerebral escuchaban las voces se activaba un patrón en el cerebro similar al de los sanos.

A pesar de esta evidencia, aún los médicos no saben cómo regresar a un individuo de ese estado. De hecho, muchos se podrían mantener en dicha circunstancia la vida entera.

Una persona se puede sumir en uno de estos estados cuando a su cerebro le ha faltado oxígeno por más de 10 minutos, ya sea a causa de un derrame cerebral o un infarto. También sucede cuando hay un golpe. La Fundación Colombiana para el Manejo del Trauma Cerebral -Fundcoma- tiene un proyecto educativo para mejorar el conocimiento del personal médico y paramédico sobre el manejo del trauma cerebral "y así evitar que haya falta de oxígeno, y que sea la lesión la que señale el pronóstico de ese paciente", dice el anestesiólogo Jorge Mejía, director educativo de la fundación. Aún no hay cifras del impacto del programa ni se ha llegado a una situación ideal, pero se asegura que la educación ha ayudado a mejorar el tratamiento.

Por tener que ver directamente con el tema de la conciencia, los neurólogos a menudo transitan de lo científico a lo ético. Cuando la persona presenta muerte cerebral, es decir que su cerebro ha perdido la función para mantener la vida, no hay conflicto pues la ley considera a esa persona como fallecida. Pero si puede respirar por sí mismo, como sucede en el estado vegetativo, se generan todo tipo de cuestionamientos. "¿Dónde está la conciencia, en el cuerpo o en el alma?", pregunta Burgos. Para Ghajar, todo lo que una persona es está en el cerebro. ¿La conciencia es el alma? No hay respuesta y por ahora lo importante para estos médicos es evitar al máximo un daño cerebral mayor y que después del coma, en lugar de un punto final, venga un despertar.