Navidad en Yiwu | Foto: Sina

CHINA

El pueblo triste que fabrica la navidad

Sin duendes de mejillas rosadas ni un copo de nieve a la redonda, un ejército de personas trabaja día y noche en la ciudad china de Yiwu para fabricar el 60 % de los adornos navideños del mundo.

23 de diciembre de 2014

La capital mundial de la Navidad no queda precisamente en el Polo Norte, en la oficina de Santa Claus, ni está cercada por renos o pinos cubiertos de nieve. Más exactamente queda a unos 300 kilómetros al sur de Shanghái, en China, en un pueblo llamado Yiwu. Allí se siente la navidad todos los meses del año, pues en turnos de 12 horas sus habitantes fabrican todo tipo de juguetes y adornos para esta festividad que luego son vendidos en todos los rincones del planeta.

De hecho, según la agencia estatal de noticias de China –Sina–, más del 60 % de las decoraciones de Navidad en el mundo se hacen ahí. Así que es muy probable que los árboles de navidad, los Papás Noel que decoran las salas de los colombianos y las luces led que adornan las fachadas de las casas para esta época hallan empezado su viaje allí.


Foto: Sian

Con cerca de 750 compañías que hacen decoraciones de Navidad y otros artículos para épocas como San Valentín o Halloween, este pueblo fue declarado por la ONU como el "mayor mercado mayorista de pequeña producción mercantil en el mundo". Y es que además del circuito de producción, hay una especie de mercado de las pulgas gigantesco organizado en cinco distritos diferentes en el que acuden los comerciantes de todas las latitudes a comprar la magia de la navidad a precio de huevo.

Todo en la cadena de producción está diseñado para minimizar los costos. Los más de 1500 trabajadores ganan apenas 1 dólar por cada hora de trabajo, en promedio 400 dólares mensuales, y deben cumplir con una cuota diaria de 5000 adornos para volver tranquilos a casa. La mayoría tienen entre 19 y 20 años y hacen una y otra vez la misma tarea específica: teñir de rojo los adornos navideños, espolvorearle la escarcha o pegar con silicona las barbas de un muñeco Papá Noel.


Foto: Sian

Las condiciones laborales son lamentables, así describió el diario británico The Guardian. La jornada de uno de los empleados del pueblo de la Navidad, como se le conoce en China: “Junto con su padre, Wei trabaja largas jornadas sumergiendo los copos de nieve de poliestireno en un baño de pegamento y luego los pone en una máquina de recubrimiento de polvo hasta que toman el color rojo. En el proceso, ambos terminan recubiertos de pies a cabeza con un polvo fino de color carmesí. Su padre lleva un sombrero de Santa (no por el espíritu festivo, sino para evitar que su cabello se tiña de rojo) y ambos gastan al menos 10 mascarillas al día, tratando de no respirar el polvo”.