La gran variedad de especies de flora y fauna son ejemplos imprescindibles para la protección del medio ambiente. Fotos: Alianza Colciencias

MEDIOAMBIENTE

El buen ejemplo de proteger la biodiversidad

Los resultados de la expedición Colombia Bio en el Parque Municipal Natural Andakí revelaron que la estrategia de los lugareños para cuidar la biodiversidad de Belén de los Andaquíes produce buenos resultados. En solo 26.000 hectáreas aparecieron 47 especies nuevas para la ciencia.

7 de octubre de 2017

Quizás muchos colombianos no conozcan dónde queda Belén de los Andaquíes: es un municipio ubicado en el piedemonte del Caqueta, en el que desde la década de los noventa sus habitantes se organizaron para proteger la biodiversidad con excelentes resultados. Hasta el momento los belemnitas lograron que la Alcaldía y el Concejo declararan en su territorio diez parques municipales naturales, entre los que se encuentra el Parque Municipal Natural Andakí, creado en 2009. Ha tenido tanto éxito que en la actualidad Belén de los Andaquíes recibe el nombre de primer municipio verde de Colombia y protector del agua en el Caquetá.

En contexto: El planeta está cada vez más cerca de la sexta extinción masiva

Toda una proeza porque la regla indica que la creación de reservas le compete a Parques Nacionales Naturales o a las Corporaciones Autónomas Regionales, y “es poco común que los municipios se dediquen a esta labor, algo bastante novedoso”, explica Felipe García, gerente del programa de Colciencias Colombia Bio.

La multiplicidad de parques naturales protegidos en el municipio no es gratuita. Belén de los Andaquíes, al encontrarse ubicado en la zona de transición entre la región andina y la amazónica, es uno de los lugares más biodiversos del país. Sin embargo, esa riqueza no se había podido cuantificar por el conflicto armado, que durante mucho tiempo impidió a los investigadores ingresar a las zonas rurales del municipio.

Con la firma del tratado de paz entre el gobierno y las Farc, amplias zonas del país quedaron abiertas. Entre ellas se encontraba el Parque Municipal Natural Andakí, en donde un grupo de 60 personas, encabezado por investigadores del Instituto Amazónico de Investigaciones Científicas (Sinchi), y conformado por miembros del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de Colombia, del Museo de Investigación Zoológica Alexander Koenig de Alemania, de la Fundación Tierra Viva y habitantes de Belén conocedores de la región, recorrieron el área entre el 22 de enero y el 10 de febrero de este año.

Le sugerimos: Tomarse selfies con animales salvajes es una pésima idea

“Los resultados son sorprendentes. No todos los días se da la noticia de que una expedición de 20 días, en una zona de tan solo 26.000 hectáreas, se encuentren tantas especies, en especial de grupos de vertebrados y plantas”, dijo García. Resumió así los hallazgos de los investigadores revelados la semana pasada por el Sinchi y Colciencias, en el marco del programa Colombia Bio.

Según el reporte, en el parque Andakí se encontraron 47 nuevas especies para la ciencia: 21 de flora, 6 de anfibios, 3 de reptiles, 6 de mariposas y 1 género y 4 especies de peces; así como 190 primeros registros de especies para la biodiversidad colombiana, 41 endémicas y 23 categorizadas con algún grado de amenaza.

Durante los ocho meses que lleva la clasificación, han participado investigadores del (Sinchi), de las Universidades del Valle, de Santander, Pedagógica y Tecnológica de Colombia, del Quindío, Nacional, y especialistas de Perú, Venezuela, Argentina, Reino Unido y Alemania.

Puede leer: Los premios Nobel de ciencias explicados a través de pelos, dulces y gritos

Los resultados de la expedición Colombia Bio no solo confirman la gran biodiversidad de la zona de transición entre los Andes y el Amazonas colombiano, sino que reconocen el trabajo de los habitantes de Belén de los Andaquíes, que desde hace más de dos décadas decidieron jugársela por el medioambiente y participaron activamente en la expedición. Como explica García, “este es un ejemplo de cómo poblaciones de zonas de una gran variedad en flora y fauna no optan por la deforestación y la ampliación de la frontera agrícola, sino por una agenda local de conservación”.