turismo

La joya del Mississippi

Seis razones para visitar a Nueva Orleáns, una ciudad donde hay plan para todos los gustos.

9 de enero de 2005

Cada año más de ocho millones de personas visitan Nueva Orleáns, al sur de los Estados Unidos, atraídos por su cultura ecléctica, producto de la mezcla de tradiciones francesas, españolas y africanas. Es muchas ciudades en una y por eso se adapta a diferentes tipos de turistas. SEMANA estuvo en el lugar y encontró seis razones por las cuales vale la pena visitarla. La música: Nueva Orleáns es la cuna del jazz y nada más atractivo que caminar por los bares del Distrito Francés (French Quarter) para escuchar sus más tradicionales bandas. También puede encontrar conjuntos de blues, rock and roll y música country. La música es parte del ambiente y por eso no es de extrañar que en un paseo por sus calles se encuentre a la vuelta de la esquina con un saxofonista, trompetista o cualquier músico que interpreta ritmos del sur. Verifique las fechas de los festivales musicales, como el afamado Mardi Gras, programados durante todo el año. La gastronomía: La ciudad ofrece una cocina particular, sazonada al mejor estilo creole, producto de la mezcla de sabores franceses y españoles. Pero la más interesante es la comida cajún, caracterizada por su picante y herencia de los franceses canadienses que se asentaron en este lugar. No se puede ir a Nueva Orleáns sin pedir un jambalaya, un po-boy, cualquier plato de comida de mar o visitar en el mercado francés el Café de Monde, famoso por sus beignets, una especie de churros españoles espolvoreados con azúcar. El romance: la ciudad tiene hoteles románticos que preservan la colorida arquitectura francesa. Dar un paseo por el malecón o sentarse relajados en el segundo piso de un café de la calle Decatour para divisar a lo lejos las embarcaciones sobre el Mississippi puede resultar encantador. La historia: un plan ideal puede ser explorar el barrio francés cuadra a cuadra o hacer un tur por las viejas haciendas de plantaciones, recorrer en bote los pantanos o las mansiones de la avenida Explanden, recorridos que trasladan a los visitantes a la era del viejo sur. La ciudad X: Los que quieren experiencias extremas, las noches de la capital de Louisiana ofrecen bares con espectáculos triple X, tiendas de sexo y shows en vivo. En ocasiones especiales, como el día de Halloween, las calles son para los peatones y no es raro ver a algunas mujeres con el torso desnudo. El misticismo: Los espirituales se interesarán por el misticismo que permea la ciudad con sus cementerios, templos de vudú y altares, una tradición que dejó la influencia africana y haitiana en el sur de Louisiana. Pregunte por los tures nocturnos de fantasmas y espíritus.