LA LUCHA DE LOS GAY

En Estados Unidos el movimiento homosexual ha logrado que esta preferencia sexual no sea considerada enfermedad ni delito

29 de noviembre de 1982

Como una de las tantas minorías que se encuentran en los Estados Unidos, los homosexuales han debido recorrer un largo camino para lograr el reconocimiento del resto de la sociedad norteamericana. Si bien su lucha se remonta hasta el siglo pasado, fue realmente hasta hace unas pocas décadas que el movimiento comenzó a tomar una estructura concreta definida a su vez por la escogencia de metas e instrumentos de lucha claros.
Los años más recientes han visto la consolidación de varios de los logros de la gente Gay (nombre bajo el cual se denomina a los homosexuales en USA), tanto en el campo práctico como en el legal. Quizá, el más importante de estos logros ha sido el de vencer la reticencia de las diferentes personas al verlos y distinguirlos cotidianamente sin molestarlos por ello.
Claro que también en otras áreas se han producido avances destacables: así, por ejemplo, el homosexualismo dejó de ser considerado como delito en los diferentes estados y, hace un tiempo, la Asociación Psiquiátrica Norteamericana lo borró de su lista de enfermedades mentales.
De acuerdo con las cifras estatales, se estima que por lo menos un 10% de la población total norteamericana (unas 22 millones de personas) tiene tendencias homosexuales. El doctor Robert Gallegher, amplio conocedor del tema, considera que tal cifra no es exagerada y que históricamente esa ha sido la proporción, "otra cosa es que ahora haya menor temor a aceptar públicamente el comportamiento homosexual", añade el especialista.
Las frases anteriores tienen estrecha relación con las últimas investigaciones, las cuales arguyen que el homosexual nace y no es producto de un medio determinado, por lo que es prácticamente imposible limitar su aparición.
LA LUCHA POR LOS DERECHOS
Una vez el movimiento homosexual consiguió hacerse conocer en el ámbito estadinense, su labor se ha enfocado hacia el reconocimiento legal como una minoría constituída. Tal ambición se concentra en la protección que el estado debe dar a las personas sin im portar sus preferencias sexuales y cuya ausencia se demuestra cada dia. En ese sentido, un homosexual puede ser despedido de su trabajo por el solo hecho de serlo y sin tener derecho a hacer ninguna reclamación.
Igualmente, instituciones como el Ejército o los cuerpos de inteligencia --CIA, FBI, etc.-tienen como política interna la de impedir el acceso de homosexuales a cargos elevados y en lo posible negar el ingreso de tales personas, inclusive a los cargos más bajos.
Con excepción de ciudades como San Francisco, Nueva York o Los Angeles, donde la proporción de homosexuales supera el 15%, son pocas las ciudades donde por ordenanza municipal se halle consagrada su protección. Obviamente, una ley federal está muchísimo más lejos y en las circunstancias actuales pasará un buen tiempo antes de que se promulge.
RELIGION: ¿BATALLA PERDIDA?...
Casi desde el mismo momento de iniciación de sus actividades, el movimiento homosexual ha buscado el reconocimiento de cada una de las congregaciones religiosas existentes en los Estados Unidos. Grupos como el Dignity en la Iglesia católica, el Integrity en la episcopal o agrupaciones similares en las sinagogas, han tratado reiteradamente de lograr el acceso del movimiento a los servicios e investiduras religiosas. En el caso de la jerarquía católica--una de las de mayor influencia e importancia en los USA--el esfuerzo ha sido permanente y se ha recogido en varias metrópolis. En la ciudad de San Francisco donde uno de cada cinco habitantes es Gay, la iglesia se ha visto enfrentada a la disyuntiva de aceptar el homosexualismo o por el contrario una disminución abrupta de sus fieles. Por este motivo, se han hecho varios intentos de acercamiento, el último concretado en un estudio realizado por 12 personas de diferentes calidades donde a pesar de no aceptar las recomendaciones hechas, se elogió "la seriedad de las propuestas sobre un problema real" .
Al parecer, la mayor oposición en este sentido proviene del mismo Papa Juan Pablo II quien en repetidas oportunidades ha hablado contra el homosexualismo. Contrasta esta actitud del actual Pontífice con la de su predecesor, Juan Pablo I, quien a pesar de un corto tiempo en esta posición, alcanzó a hacer contactos que fueron interrumpidos por su inesperada muerte.
CONNOTACIONES POLITICAS
La fuerza que en algunas ciudades ya han demostrado varios grupos políticos formados por los homosexuales, ha revelado a los especialistas que esta minoría posee unos niveles muy bajos de abstencionismo y unos muy altos de cohesión, de tal forma que la colocan fuera de promedio. Como es de suponer, dicha caracteristica no ha pasado desapercibida y ha contribuido a fomentar el establecimiento de nexos entre los partidos tradicionales (preferencialmente el Demócrata) y la colectividad Gay.
Así, el sepador Edward Kennedy y el exvicepresidente de la administración Carter, Walter Mondale (quienes al parecer se enfrentarán por la candidatura de la presidencia en escaso año y medio), han asistido a sendas reuniones con el fín de expresar su apoyo a la causa Gay.
Aunque esa solidaridad de estos dos personajes no ha ido a los extremos que algunos quisieran, es de por sí significativo que de hecho, así no de derecho, el movimiento homosexual sea tenido en cuenta por los políticos.
Ricardo Avila (Corresponsal de SEMANA en USA.)