LA MIRADA BIONICA

El drama del actor Christopher Reeve conmovió al mundo. Sin embargo, casos como el del famoso actor de Supermán se ven a diario. Personas que por un accidente o una lesión quedan completamente paralizadas _cuadripléji-cas_ y sus vidas no sólo se ven reducidas a una silla de ruedas sino que tienen que depender de los demás, aun para las tareas más simples. Este drama es lo que motivó a un quindiano de 30 años, Carlos Alberto Rendón, quien hace unos años decidió poner sus conocimientos de electrónica al servicio de los minusválidos y diseñar dispositivos que les permitan valerse por sí mismos.Gracias a la inventiva de este afiebrado de la robótica _quien a los 12 años de edad ya había construido un robot similar al de la serie de televisión Perdidos en el espacio_ muchas personas han logrado una inesperada rehabilitación y, lo que es más preciado, obtener cierto grado de autonomía. Por ejemplo, la tecnología creada por Rendón permite a las personas que han perdido completamente su movilidad en sus miembros marcar un número telefónico, contestar a un citófono, encender y apagar el televisor o las luces de la casa e incluso trabajar en un computador... sólo con mirarlos. Su invento se denomina 'sistema óptico de control' y consiste en un audífono convencional que tiene incorporado un rayo láser, el cual se activa con el simple movimiento, explica Rendón, quien empezó a trabajar en este proyecto hace varios años, conmovido por el caso de la pequeña gimnasta Claudia Castillo, quien quedó paralizada luego de sufrir una lesión en la columna vertebral durante un campeonato en Palmira. "Como estas personas mantienen la movilidad en la cabeza, en el músculo se les adapta un electrodo y ese impulso activa el rayo láser que el paciente dirige hacia un panel de control, a través del cual la persona puede accionar, con sólo dirigir la mirada hacia la señal del tablero, cualquier aparato eléctrico o también abrir una puerta o marcar un número telefónico", señala.Cualquiera podría pensar que detrás de este proyecto hay un gran equipo de expertos que trabajan en sofisticados laboratorios. Pero en realidad se trata de una pequeña empresa, Robotha (Robótica Humano-Asistencial), donde Rendón mismo desarrolla cada proyecto. Hace tres años diseñó una mano artificial electrónica para un pequeño de cinco años que había nacido sin su mano izquierda. La llamada prótesis mioeléctrica no sólo se asemeja a una mano natural _que sustituye el tradicional garfio o tenaza_ sino que puede ser accionada desde el cerebro por medio de impulsos eléctricos. Y aunque en un país industrializado este tipo de prótesis puede costar 10 millones de pesos, en Colombia vale poco más de un millón de pesos. Pero Rendón no sólo es el inventor de la primera mano biónica hecha en Colombia. También ha diseñado un brazo robótico, el cual se coloca al lado de la silla del paciente, que permite a una persona cuadripléjica controlarlo a voluntad para alimentarse o alcanzar objetos. Para aquellos que poseen algún tipo de movimiento, ha creado un 'prolongador' a través del cual el paciente puede accionar los controles con el simple hecho de mover la cabeza y rozarlos suavemente con el dispositivo. Pero quienes están más impedidos pueden también accionar los controles por medio del rayo láser. Dirigiendo la mirada hacia el panel de control, el paciente puede prender o apagar el televisor e incluso subirle el volumen o cambiar de canal; prender o apagar las luces de la casa; y también, gracias a un audífono y una microbocina, contestar al citófono, responder al teléfono o hacer una llamada, tras enfocar la señal a cada número para hacer la marcación. Con un poco de práctica el paciente desarrolla la precisión necesaria para activar el botón deseado en el panel, explica Rendón, quien agrega que todo se realiza con base en electrodos y parte del principio de que cualquier movimiento muscular es originado en un impulso eléctrico enviado desde el cerebro. La robótica asistencial es un campo que tiene pocos investigadores debido a que no es tan rentable como la robótica industrial. Y en el campo de la optoelectrónica Rendón es el único en Suramérica. Sin embargo su empresa no produce dispositivos en serie. Rendón diseña cada uno según los requerimientos del paciente y sus posibilidades de movimiento. Luego de crear el mecanismo y los controles, adapta todos los aparatos que sea necesario accionar con el rayo láser, cambiando los controles digitales por electrodos. En este momento está trabajando en un dispositivo especial para un paciente mexicano, cuadripléjico, que desea poder trabajar en un computador.