HÁBITOS

La 'netiqueta'

El comportamiento en Internet se ha convertido en otro tema que las parejas deben negociar para evitar problemas.

27 de junio de 2010

¿Acepto en mi Facebook a mi ex novia? ¿Será bueno compartir con mi esposo la misma dirección de correo? ¿Habrá problema con mi señora si publico la foto de la fiesta de la empresa? Estas y otras inquietudes son las que han hecho surgir las nuevas tecnologías entre las parejas y que muchos no saben cómo responder acertadamente. Pero lo cierto es que son temas que hoy tienen que discutir así como lo hacen con el dinero, el orden, el manejo de la pasta de dientes, el pelo en el jabón y otros asuntos cotidianos. Los expertos han advertido que las nuevas redes sociales, Google, el correo electrónico, los chats y los teléfonos celulares pueden llegar a hacer estragos si no se establecen estos códigos de comportamiento previos. “Esto es especialmente cierto en el caso de las redes sociales. Uno ve que estos temas ya son parte de la consulta diaria”, dice el sicólogo Camilo Mendoza.

Ellen Helsper, investigadora de The London School of Economics, llama ‘netiqueta’ a este nuevo capítulo de acuerdos, porque son la carta de navegación de la pareja en los temas de la red. La experta hace énfasis en que cuando ambos tienen un acuerdo previo sobre qué es permitido entre ellos y qué no, las relaciones son más armoniosas que las de quienes no han hablado sobre el tema.

El problema más común, según Mendoza, es cuando uno de los dos se queja porque algún amigo de Facebook ha enviado un mensaje a su pareja o existe una persona en ese listado que le genera celos al otro. Gerardo García, de 29 años, cuenta que una vez recibió un mensaje en su muro de una vieja amiga y eso desató toda suerte de suspicacias con su pareja de entonces. “Yo estaba tranquilo en la oficina y de pronto me llamó mi novia para preguntarme quién era ella, por qué me escribía, cuándo la había visto por última vez. Fue tan dramático que si vuelvo a tener novia, no la quiero en mi Facebook”, dice.

Las historias son de nunca acabar. A Jorge Dávila, un amigo de García, casi le rompen el compromiso de matrimonio porque a él no se le ocurrió cambiar su estatus en Facebook de soltero a comprometido. A otro, su novia le exigió que publicara una foto de ellos juntos en su página de Facebook, actitud que fue entendida por él como un esfuerzo por ‘marcar el territorio’. Tulio Triviño cuenta que algunos de sus amigos han optado por compartir la clave de sus correos como prueba de confianza “y esta decisión ha llevado a problemas en 98 por ciento de los casos, porque nunca falta el e-mail del amigo o la amiga que pone inquieto al otro”, dice. El propio Triviño también ha vivido en carne propia estos malentendidos. Fue durante un viaje al exterior en el que usó el chat para mantener contacto con su novia. “Cualquier palabra era mal interpretada y propiciaba unas discusiones larguísimas”, recuerda.

Otro motivo de discordias es la hipervigilancia a la pareja, que se ha vuelto más fácil con las nuevas tecnologías. Los casos de novios y esposos espiando los mensajes del celular abundan. Una investigación hecha por Helsper reveló que en un tercio de las parejas uno de los dos chequeaba en secreto los correos y los mensajes de texto del otro, y una quinta parte miraba el historial del navegador para saber en qué sitios había estado.

En este tema tan novedoso cada cual improvisa una solución, a veces con éxito y otras con resultados nefastos. Sin embargo, Mendoza recomienda que la mejor actitud es hablar del tema para establecer acuerdos. “Cada pareja llegará a diferentes posturas, pero mientras les funcione a ellos está bien”. Pero Triviño, que es un estudioso de las relaciones por Facebook, hace un llamado a la sensatez. “La gente debe ver estos sitios sociales de la red como espacios físicos donde cada miembro de la pareja necesita cierto grado de intimidad”, dice. Por último, Helsper recuerda una vez más que la tecnología no es el problema y por eso lo importante es concentrarse en la relación de pareja.